Hasta el 31% de las prescripciones pediátricas presentarían errores de medicación: Experto

Por sus diferencias fisiológicas como la inmadurez metabólica, la distinta proporción de agua corporal, la falta de ácido gástrico y de enzimas hepáticas maduras, los niños no pueden ser medicados como un "adulto pequeño".

Katherine Ardila

    Hasta el 31% de las prescripciones pediátricas presentarían errores de medicación: Experto

    En el marco del Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2025, celebrado en Colombia, se llevó a cabo el foro "Actúa a tiempo, cuida con intención por la protección de recién nacidos y niños", un evento que reunió a expertos en salud para analizar los principales desafíos en la protección de la población más vulnerable. 

    La Organización Mundial de la Salud ha señalado que los errores de medicación son una causa significativa de daño evitable en los sistemas de salud a nivel global.  La literatura científica evidencia que los pacientes pediátricos experimentan tasas de errores de medicación sustancialmente mayores que la población adulta, con estudios que indican que hasta el 31% de las prescripciones en este grupo etario presentan discrepancias potencialmente peligrosas. 

    Esta vulnerabilidad farmacológica se deriva de múltiples factores, incluyendo la necesidad de ajustes posológicos basados en peso corporal, la inmadurez de los sistemas metabólicos y excretores, y la frecuente ausencia de formulaciones farmacéuticas adecuadas para la edad pediátrica. 

    Por eso, durante este foro, el Dr. Ricardo Peña, experto en farmacología pediátrica, estableció los fundamentos básicos para una correcta administración de fármacos, señalando que todo comienza con un diagnóstico preciso: "los profesionales de salud debemos hacer un diagnóstico correcto y, de acuerdo con ese diagnóstico, proponemos una terapia que puede incluir medicamentos. En ese caso tenemos el fármaco correcto para la enfermedad apropiada y ahí arranca todo".

    Diferencias farmacológicas entre niños y adultos

    Profundizando en las particularidades de la farmacología pediátrica, el Dr. Peña señaló que los pacientes infantiles presentan características fisiológicas únicas que requieren consideraciones especiales. 

    "Los niños no son adultos pequeños" dijo, "en los niños los sistemas orgánicos están en desarrollo y esto afecta drásticamente cómo se procesan los fármacos", refiriéndose a las diferencias en farmacocinética y farmacodinamia. 

    "Los niños van a tener diferencias en los receptores, en la madurez de órganos y en las respuestas fisiológicas", añadió. Además explicó que "un niño cuando está recién nacido, es casi un 80% de su peso agua, pero poco a poco, a medida que se desarrolla más o menos a los dos años, alcanza una distribución de agua corporal más o menos similar a la que tendría un adulto", esto hace que, desde el inicio, no puedan ser medicados como lo harían normalmente en un adulto. 

    Para esclarecer estas variaciones, dio un ejemplo: "un recién nacido prácticamente no tiene ácido gástrico" y añadió que las enzimas hepáticas del complejo citocromo P450 "solo alcanzan el nivel adulto cuando los niños, en algunos casos, llegan a ser adolescentes". 

    Estas diferencias, combinadas con el hecho de que "muchos medicamentos han sido estudiados sólo en poblaciones adultas", hacen vulnerables a los menores y hace necesario  protocolos específicos y extremo cuidado en la prescripción.

    Clasificación y magnitud del problema

    El análisis de los procesos de medicación en pediatría revela que los errores podrían ocurrir a lo largo de toda la cadena terapéutica, desde la prescripción hasta la administración y monitorización.

    "Cualquier evento evitable que puede causar o llevar un uso inapropiado de un medicamento, puede llevar a daño grave al paciente". Estos errores, advirtió, pueden ocurrir en cualquier fase del proceso terapéutico, desde la prescripción hasta la administración.

    La clasificación es importante: cuatro categorías principales donde los errores se manifiestan: 

    • Entre los más preocupantes, los de prescripción, "Una dosis incorrecta, un medicamento incorrecto, una frecuencia errónea, esto es un error de prescripción".
    • Luego tenemos los "errores de dispensación. Estos son los que suceden en la farmacia cuando se administra un medicamento con una concentración incorrecta en una cantidad errónea".
    • "También hay errores de administración. Esto ocurre en la fase final, cuando se entrega al paciente, el error está en cómo se administra".
    • "Hemos visto errores de monitorización, donde no se hace un seguimiento adecuado o no se hacen las pruebas necesarias para verificar si un fármaco está teniendo el efecto que se espera" 

    Y es que según datos que fueron tomados principalmente de estudios en Estados Unidos, de la base de notificación del USP que se llama MEDMARX, "hasta en un 31% de prescripciones se podían encontrar errores" en pediatría, más del doble del 13% registrado en adultos. 

    No obstante, las unidades de cuidados intensivos pediátricos, las estadísticas muestran que se reportan "entre 22 y 59 errores por cada mil dosis administradas", una tasa siete veces superior a la de otras áreas hospitalarias.

    Este mapeo numérico expone una realidad crítica pero prevenible: "Más o menos un 40% de los errores podría ser un daño muy leve, pero en un 2.5% de esos errores pueden llegar a causar un daño severo al paciente. Sin embargo, se calcula que en Estados Unidos hay 7.5 millones de errores al año y que la mayor parte de estos daños podrían ser completamente prevenibles si se establecen controles adecuados en los procesos", aseguró el doctor. 

    Estrategias  para la prevención de errores de medicación en pediatría

    A modo de cierre, el doctor presenta un marco de acción para abordar en mayor medida, algunas de estas problemáticas. Mencionó, por ejemplo,  el método teach-back: "repítame las instrucciones para verificar que está entendiendo de manera correcta". Esta estrategia demostraría reducir los errores de administración en el ámbito ambulatorio. 

    En cuanto a las medidas de seguridad doméstica,  es necesario implementar "almacenamiento y seguridad para evitar intoxicaciones accidentales" y asegurar "que los fármacos estén en lugares que no sean fácilmente alcanzables por los niños".

    Por otro lado, para el ámbito institucional, se presenta una hoja de ruta clara: comenzar con "una evaluación inicial, mirar cuáles son nuestros errores actuales, identificar cuáles son los medicamentos más involucrados y mirar qué recursos tenemos para mejorar". 

    La implementación tecnológica escalable es clave, desde "tecnología básica como algunos sistemas de prescripción electrónicos" hasta "controles avanzados más robustos dentro de la historia clínica electrónica" cuando los recursos lo permitan.

    Su mensaje para concluir, fue dirigido a la educación práctica continua: "Necesitamos programas de educación continua, prácticos, no solamente teóricos. No es dar una clase, es que la persona pueda practicar, hacer un cálculo en una ilusión en el ambiente real", menciona. "Los profesionales de química farmacéutica pueden ser un aliado muy importante en sus instituciones hospitalarias", concluyó.



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