Mundial de Qatar: lesiones en futbolistas son musculares en el 60 % de los casos

La práctica de fútbol tiene particularidades entre el deportista profesional y el aficionado, las cargas que manejan estos jugadores pueden ir más allá de la grama.

Alexander Triana Yanquén

    Mundial de Qatar: lesiones en futbolistas son musculares en el 60 % de los casos

    Está terminando el Mundial de Fútbol que se disputa en Qatar, y esto remite para que hablemos de las lesiones más comunes en los futbolistas, y el estrés que enfrentan estos deportistas de alto rendimiento en un certamen como este. Para ello, el doctor Gustavo Pineda, ortopedista de la Clínica del Country y Clínica La Colina, y médico de la Selección Colombiana de Fútbol, nos habla de sus causas y cómo tratarlo

    Cuándo pueden presentarse las lesiones deportivas

    Pueden presentarse durante la práctica de cualquier deporte o ejercicio, y ni siquiera los futbolistas que participan en el Mundial de Qatar están exentos de sufrir una. Sin embargo, existen diferencias entre lo que ocurre con un futbolista aficionado y uno profesional.

    Explica el doctor Pineda que la principal diferencia consiste en que: “los aficionados no entrenan, ni hacen la práctica deportiva como preparación para evitar lesiones; por el contrario, cuando un jugador profesional entrena todos los días y hace adecuaciones, lo que está haciendo es prepararse para evitar lesionarse. Los entrenamientos incluyen tácticas de algunas jugadas y sesiones para medir la fatiga, el estrés y tipo de situaciones en las que está”, dice. 

    Lesiones más comunes

    Cuando hablamos de fútbol – aficionado o profesional –, las lesiones más comunes son las musculares causadas por el exceso de esfuerzo físico, estas representan un 60 % de los casos. El músculo, al estar formado por una parte carnosa y otra tendinosa, se puede ver afectado en las fibras del tendón, derivando de acuerdo con su complejidad en contracturas, estiramiento y/o desgarro.

    Por su parte, al jugar fútbol, las mujeres son más propensas a sufrir rotura del ligamento cruzado por la hiperlaxitud ligamentaria, que es el aumento exagerado de la movilidad de las articulaciones. “Por ejemplo, en muchas pacientes femeninas, la rodilla se encorva hacia atrás o al estirar los codos se encorvan hacia adelante, este es un factor influyente para que se rompa el cruzado, siendo fundamental en estos casos, trabajar en el fortalecimiento muscular” detalla el experto.

    Recuperación de las lesiones

    Los tratamientos pueden tomar entre 10 y 15 días, o incluso extenderse hasta 3 meses. Para establecer el adecuado, se realizan resonancias y técnicas que permiten identificar el grado, tipo de lesión y pronóstico para conocer el paso a seguir. Lo fundamental para no agravar el traumatismo es indispensable no jugar lesionado, no solo empeorará el estado del músculo o ligamento afectado, sino la zona aledaña.

    Por ejemplo, si existe una lesión en el cruzado, también se puede romper el colateral y el menisco; si se juega con un desgarro, se termina rompiendo el músculo, dejando cicatriz y perdiendo potencia.

    Las lesiones de primer y segundo grado son las más sencillas de tratar, mediante tácticas específicas se fortalecen ligamentos, músculos y tendones de la zona afectada.

    Lesiones notorias del Mundial de Qatar

    Los traumas craneoencefálicos son los más recurrentes. Casos como el del jugador Yasser Al-Shahrani quien fue operado de urgencia al chocar con su arquero o el jugador de la  Selección de Irán. 

    De acuerdo con el Dr. Pineda, un trauma como el sufrido por el futbolista Saudí Árabe que requiere cirugía, puede llevar a un deportista a quedar fuera del certamen futbolero y de la competencia por aproximadamente un semestre, “romperse el cruzado saca al futbolista entre seis y ocho meses de competencia; un menisco entre tres y cuatro meses; y una lesión muscular entre 15 días y tres meses”, explica.

    Estrés deportivo y cómo controlarlo

    Otra posible situación médica al practicar fútbol es el estrés deportivo, que obedece a un conjunto de respuestas corporales como presión arterial alta, frecuencia cardíaca anormal, concentración de azúcar en la sangre, entre otros síntomas que se presentan ante una situación desafiante, incierta o incontrolable.

    Existen aproximadamente ocho señales con las cuales medir el estrés del deportista, tales como la calidad del sueño, alimentación y comportamiento (si se aísla de los demás jugadores). Del mismo modo, se emplean mediciones proporcionadas por un GPS ubicado en la espalda del futbolista para medir su variabilidad cardiaca, horas de sueño y descanso.

    Concluye el doctor Pineda, asegurando que: “como médico de la selección hago mucho énfasis en que en una concentración deben dormir muy bien, sin ruidos; el sueño es una parte muy importante de la recuperación. Adicionalmente, si están en altura a nivel del mar, no dejarlos deshidratar y mantener la alimentación al día para que no sufran de estrés”. 

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