La asociación fue directa al cáncer de colón, entre tanto los resultados fueron distintos para el cáncer rectal.
"Las asociaciones positivas entre el uso de antibióticos y el cáncer de colon proximal comenzaron en el nivel más bajo de uso de antibióticos, proporcionando una posible justificación para reducir las prescripciones de antibióticos en la práctica clínica", indicó un estudio en el que investigadores trabajaron los datos de al menos 240 mil personas.
Los resultados refuerzan la evidencia previa y proporcionan nuevos conocimientos sobre la carcinogénesis específica del sitio, así como un apoyo indirecto para el papel de la microbiota intestina, comentaron los autores.
El estudio, dirigido por Sophia Harlid, médioc asociado del Departamento de Radiooncología de la Umeå University, en Umeå, Suecia en Journal of the National Cancer Institute, refiere que el aumento del riesgo podría ser el resultado de que los antibióticos tengan un "efecto disruptivo" en el microbioma intestinal.
El hallazgo de un mayor riesgo de cáncer en el colon proximal, pero no más allá a lo largo del tracto digestivo "es consistente con un alto impacto microbiano en el colon proximal y una concentración de ácidos grasos de cadena corta que disminuye a lo largo del colon", comentaron los autores.
Esto da como resultado "una mayor actividad bacteriana, formación de biopelículas y fermentación en el colon proximal, en comparación con el recto y el colon distal".
Un análisis posterior mostró que el uso de quinolonas y sulfonamidas o trimetoprimas se asoció con un mayor riesgo de cáncer de colon proximal, mientras que el uso de nitrofurantoínas, macrólidos o lincosamidas, y metronidazoles o tinidazoles se asoció inversamente con el cáncer de recto.
En general, el uso de antibióticos se asoció positivamente con el cáncer de recto, pero no con el cáncer de colón. La exclusión de cualquier uso de antibióticos durante los 2 años anteriores al diagnóstico de cáncer de recto atenuó la asociación.
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