Las personas que sufren de talasemia pueden padecer de múltiples infecciones, debido a las transfusiones de sangre que reciben o por la enfermedad en sí.
Quienes sufren de talasemia pueden tener una sobrecarga de hierro en su cuerpo, debido a las frecuentes transfusiones de sangre o por la enfermedad en sí. Mucho hierro puede causar daños al corazón, hígado y sistema endocrino, el cual incluye las glándulas que producen hormonas que regulan los procesos en el cuerpo.
Las infecciones son complicaciones importantes, de hecho, constituyen la segunda causa más común de mortalidad y una de las principales causas de morbilidad en pacientes con talasemia, un grupo de trastornos genéticos de la síntesis de hemoglobina caracterizados por una alteración en la producción de cadenas de globina.
Además, quienes sufren de talasemia pueden sufrir de infecciones severas. Una de las razones podría ser la cantidad de transfusiones de sangre que requieren dichos pacientes; algunas veces, las infecciones se pueden llevar en la sangre que ellos han recibido.
Otra de las razones que puede explicar la aparición de infecciones es que a veces a los pacientes que tienen talasemia beta se les debe extirpar el bazo, encargado de ayudar a luchar contra las infecciones, por lo que la extirpación pone a la persona en riesgo de contraer más infecciones.
Talasemia e infecciones, ¿cómo prevenirlas?
A las personas con talasemia se les suele indicar un suplemento con vitamina B, es decir, ácido fólico, para ayudarles a tratar la anemia. Este suplemento puede ayudar a la producción de glóbulos rojos.
Ciertas infecciones, como la hepatitis, se pueden transportar en la sangre. Por ello, en algunos países, los suministros de sangre son examinados y monitoreados para que sean seguros y que el riesgo de contraer una infección por transfusión de sangre sea bajo. Sin embargo, pese a todo, el riesgo continúa existiendo.
Una buena forma de prevenir muchas infecciones graves es por medio de las vacunas. Los niños y los adultos con talasemia deberían recibir todas las vacunas recomendadas, incluyendo la vacuna contra la influenza.
Las personas con talasemia se consideran con “alto riesgo” de ciertas infecciones, especialmente si se les ha extirpado el bazo, por lo que deberían seguir un calendario de vacunación especial con la vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo b (Hib), la vacuna antineumocócica y la vacuna antimeningocócica.
Igualmente, se deben considerar los factores que predisponen a las infeciones en pacientes talasémicos, los cuales incluyen anemia grave, sobrecarga de hierro, esplenectomía y anomalías inmunitarias.
Los principales organismos causantes de infecciones bacterianas en pacientes talasémicos son Klebsiella spp en Asia y Yersinia enterocolitica en países occidentales.
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Las infecciones virales asociadas a transfusiones (especialmente la hepatitis C) pueden provocar cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular. Una infección única y desafiante detectada en pacientes asiáticos es la pitiosis, causada por un organismo similar a un hongo, cuya tasa de mortalidad es muy alta.
El pronóstico de la talasemia ha mejorado bastante. Son muchos los pacientes que sobreviven hasta la quinta década de vida en los países desarrollados, por lo que urge reducir la mortalidad, reconociendo y tratando las infecciones lo más rápido posible.
En ausencia de un diagnóstico de laboratorio rápido y fiable, el tratamiento debe iniciarse sobre la base de la sospecha clínica. En tales casos, se deben tomar las siguientes medidas:
-Detener la terapia de quelación de hierro inmediatamente;
-Obtener muestras de laboratorio, adecuadas;
-Iniciar tratamiento antibiótico inmediatamente.
Las especies de Yersinia son típicamente intracelulares y, por lo tanto, se recomiendan antibióticos con buena penetración intracelular. En casos de sospecha leve, la ciprofloxacina oral es el tratamiento de primera línea recomendado.
En pacientes gravemente enfermos, la terapia parenteral inmediata es obligatoria con el mismo fármaco. Iv trimetoprim-sulfometoxazol o cefalosporinas se pueden agregar o usar como alternativa.
En general, es recomendable continuar con los antibióticos durante al menos dos semanas después de la infección comprobada. No se debe reiniciar la quelación de hierro hasta que el paciente haya estado asintomático por más de una semana. Algunos pacientes recaen después de reiniciar la deferoxamina. Siempre que sea posible, se debe prescribir un quelante alternativo. A diferencia de la deferoxamina, los quelantes sintéticos, la deferiprona y el deferasirox no parecen desencadenar la virulencia de Yersinia enterocolitica.
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