Sarcomas: el cáncer que con frecuencia se confunde con un golpe o una lesión común y avanza en silencio

La ausencia inicial de dolor es engañosa. Hace que tanto pacientes como médicos subestimen el problema.

Katherine Ardila

    Sarcomas: el cáncer que con frecuencia se confunde con un golpe o una lesión común y avanza en silencio

    Los sarcomas que surgen en huesos o tejidos blandos como músculos, grasa o cartílagos, constituyen menos del 1% de todos los cánceres, lo que los sitúa en la categoría de enfermedades raras. 

    "Esta rareza conlleva escasa visibilidad social, dificultad para establecer centros de referencia bien dotados y falta de formación entre profesionales no especializados", explica el Dr. Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del MD Anderson Cancer Center Madrid.  

    Síntomas que podrían hacer sospechar de un sarcoma 

    El diagnóstico tardío se ha convertido en el principal obstáculo para combatir estos tumores. Los primeros síntomas suelen pasar desapercibidos: un bulto indoloro que persiste, una inflamación que no cede o molestias musculares vagas. 

    "Estas manifestaciones se confunden fácilmente con lesiones benignas o traumatismos comunes", advierte el Dr. Cubedo. El problema se intensifica cuando los tumores se localizan en zonas profundas del cuerpo, donde pueden crecer considerablemente antes de manifestarse. 

    La falta de sospecha clínica en médicos no especializados completa este escenario adverso, retrasando el diagnóstico y comprometiendo las posibilidades de curación.  

    Señales de alarma que no deben ignorarse:  

    Los especialistas insisten en prestar atención a ciertas señales clave:  

    - Bultos de más de 5 cm (2 cm en niños) que no desaparecen  

    - Hinchazón persistente sin causa aparente  

    - Dolor nocturno inexplicable  

    - Molestias articulares o musculares atípicas  

    "La ausencia inicial de dolor es engañosa. Hace que tanto pacientes como médicos subestimen el problema", alerta el oncólogo. La recomendación es: cualquier síntoma persistente o atípico merece evaluación especializada.  

    Avances terapéuticos en un campo con grandes desafíos  

    Aunque los progresos en sarcomas no han sido tan espectaculares como en otros cánceres, existen avances significativos. La cirugía sigue siendo el pilar del tratamiento curativo, pero las terapias dirigidas han mejorado para subtipos específicos con alteraciones genéticas conocidas. 

    "Los inhibidores de tirosina quinasa han revolucionado el tratamiento del GIST, un tipo de sarcoma gastrointestinal", destaca el Dr. Cubedo.  

    La inmunoterapia, aunque aún con un papel limitado, muestra resultados prometedores en ciertas variedades. No obstante, el desarrollo de tratamientos se enfrenta a enormes retos: la baja incidencia dificulta los ensayos clínicos y la financiación, mientras que la enorme diversidad de subtipos (docenas diferentes) complica aún más la investigación.  

    Diferencias entre sarcomas pediátricos y adultos  

    En la población pediátrica predominan tipos como el osteosarcoma o el sarcoma de Ewing (en huesos) y el rabdomiosarcoma (en músculos), prácticamente inexistentes en adultos

    "Los niños responden mejor a la quimioterapia y presentan mayores tasas de curación", señala el especialista. Sin embargo, enfrentan desafíos únicos, como las consecuencias del crecimiento asimétrico tras intervenciones en extremidades.  

    En contraste, los adultos suelen desarrollar sarcomas en tejidos blandos (como liposarcomas) que raramente aparecen en niños. Esta distinción hace necesarios los enfoques personalizados según la edad del paciente.  

    Aunque los sarcomas son raros, su impacto puede ser devastador cuando no se detectan a tiempo. La creación de unidades especializadas y el acceso a ensayos clínicos emergentes ofrecen nuevas esperanzas, pero la clave sigue estando en reconocer las señales de alerta y buscar atención especializada sin demora. 




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