Por primera vez una investigación demuestra su utilidad en un tumor sólido y plantea un cambio en la práctica clínica
La biopsia líquida se está convirtiendo en un eficaz procedimiento para tratar el cáncer. Dicho método, se realiza a través de un análisis de sangre, el cual detecta el ADN tumoral circulante y es posible llevar a cabo un seguimiento de la enfermedad y predecir posibles recaídas o resistencias a tratamientos. Por otra parte, en la enfermedad metastásica, donde hay muchas mutaciones y los tumores están dispersos, su validez está comprobada, sin embargo, hay muchas dudas si puede ser implementado en etapas tempranas del cáncer.
Para ampliar y detallar más sobre este procedimiento, la autora principal Jeann Tie, del Peter MacCallum Cancer Centre de Melbourne, Australia, demostró que la biopsia líquida es capaz de ayudar a identificar aquellos pacientes que tras una cirugía para la resección de un cáncer de colon en estadio II no van a necesitar de quimioterapia adyuvante.
Los resultados de este estudio han sido publicados en The New England Journal of Medicine, además de ser presentados de forma simultánea en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se está celebrando estos días en Chicago, Estados Unidos.
“Esta es una aplicación de la biopsia líquida que se ha estado investigando desde hace años parapersonalizar el tratamiento del cáncer y en concreto es el primer estudio que demuestra que tiene un valor pronóstico para el tratamiento adyuvante”, explica Clara Montagut, jefa de la Sección de Cáncer Digestivo del Hospital del Mar de Barcelona y que ha firmado una editorial en la misma revista valorando los hallazgos presentados por Jeann Tie y su equipo de colaboradores.
Montagut señala que esta utilidad en el contexto del tratamiento adyuvante de la biopsia líquida también se está estudiando en otros tumores, como el de mama o el de pulmón. “Pero este de colon es el primer en demostrar su utilidad en un tumor sólido y por eso es tan importante también”.
Un tratamiento sin cambios en los últimos 40 añosEl cáncer de colon de estadio II se considera que es un tumor localizado y operable. Normalmente, se realiza una cirugía para su resección y tras ella un equipo de patólogos valora si el paciente necesitará quimioterapia que pueda eliminar cualquier rastro no visible de la enfermedad y prevenir de esta forma una recaída. “Sin embargo, hasta ahora se carecía de un criterio claro que ayudar a en la toma de esta decisión. Los criterios que se seguían eran de hace 40 años y dependía mucho de la valoración que hiciera el patólogo para establecer si había riesgo o no de recaída”, añade Montagut
La biopsia líquida ya había demostrado en el contexto de la enfermedad metastásica que era útil para predecir la evolución de la enfermedad, pero en la comunidad oncológica todavía había recelos sobre su aplicación en etapas anteriores del cáncer. “Que la enfermedad esté en etapas tempranas hace que existan pocas células tumorales y, por tanto, era necesario contar con una herramienta muy específica y sensible que pudiera captar esta información y este artículo ha demostrado que esto es técnicamente posible”, sigue explicando Clara Montagut.
Es posible personalizar el tratamiento adyuvante para comprobar si el uso de la biopsia líquida realmente podía ayudar a personalizar el tratamiento y evitar que aquellas personas con bajo riesgo tuvieran que verse sometidas a quimioterapia, Jeann Tie y su equipo contaron con una cohorte de 455 pacientes que se asignaron aleatoriamente a dos grupos. Uno de ellos recibió quimioterapia adyuvante según criterios patológicos y el otro grupo se guio por los resultados de la biopsia líquida, aplicando solo quimioterapia cuando esta era capaz de detectar ADN tumoral circulante.
Tras dos años de seguimiento, los resultados demostraron que la supervivencia libre de recurrencia no se veía resentida en el grupo guiado por biopsia líquida, con un 93,5% con respecto al 92,4% del grupo que siguió criterios patológicos. También se pudo ver que la supervivencia libre de progresión a los tres años entre los pacientes negativos a la detección de ADN tumoral circulante fue del 92,5%.
“Estos resultados creemos que van a cambiar la manera en como tratamos a los pacientes y permitirán utilizar la biopsia líquida para la selección de aquellos que se van a beneficiar de la quimioterapia y evitarán que aquellos que no obtendrían beneficio de esta tengan que verse sometidos a los graves efectos secundarios que producen estos tratamientos, con la evidente mejora para su calidad de vida”, comenta Clara Montagut, quien añade como ahora el siguiente reto que se plantea el demostrar que esta herramienta puede servir también para el diagnóstico inicial de la enfermedad.
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