Los ritmos circadianos influyen en la progresión y propagación de los tumores según varias investigaciones y este conocimiento puede utilizarse para mejorar la precisión del diagnóstico y el éxito del tratamiento.
En una búsqueda constante por entender y mejorar la salud, la ciencia nos ha llevado a explorar áreas previamente desconocidas del cuerpo humano. La cronobiología es una de esas áreas y es un campo de estudio que examina los ritmos biológicos y su influencia en la salud.
La impactante Influencia de la cronobiología en la quimioterapia
Juan Antonio Madrid, es fundador de Cronolab y Doctor en Ciencias Biológicas, Madrid ha estado involucrado en la cronobiología durante más de cuatro décadas y su experiencia en esta área han resultado en una comprensión profunda de cómo nuestros ritmos biológicos afectan todos los aspectos de nuestra vida.
Una de las conclusiones más impactantes del especialista es la influencia de la cronobiología en la administración de la quimioterapia en pacientes con cáncer. Su investigación ha demostrado que la toxicidad de la quimioterapia varía según la hora del día en que se administra y esto significa que la elección de la hora adecuada para recibir este tratamiento puede marcar una gran diferencia en los resultados y los efectos secundarios para los pacientes.
Optimizando la quimioterapia en tumores cerebrales de acuerdo a la cronobiología
No solo Madrid ha investigado la cronobiología de la quimioterapia y su impacto en el paciente. De acuerdo con una investigación liderada por William Walker, de la Universidad de Virginia Occidental sobre la barrera hematoencefálica del cerebro, se ha revelado que la eficacia de la quimioterapia puede variar significativamente según el momento del día en que se administre. De hecho, el estudio exploró cómo la barrera hematoencefálica puede ser más receptiva a los fármacos de quimioterapia en momentos específicos del día.
Esta investigación, financiada por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, descubrió que la quimioterapia que administraron a ratones durante la fase oscura mataba más células tumorales cerebrales que las administradas en la fase luminosa. Incluso, que los tratamientos de quimioterapia en la fase oscura también consiguieron retrasar mejor los síntomas neurológicos, como patrones de marcha extraños y pérdida de control muscular.
Demostrando que la barrera hematoencefálica es un sistema dinámico y no estático respecto a la quimioterapia, lo que sugiere que la programación adecuada de este tratamiento puede permitir que lleguen de manera más efectiva a los tumores cerebrales.
Tratar el cáncer a través de los ritmos circadianos
La revista 'Trends in Cell Biology' publicó un artículo de revisión que destaca el papel crucial de los ritmos circadianos en el desarrollo, diagnóstico y tratamiento del cáncer. Los ritmos circadianos influyen en la progresión y propagación de los tumores según la investigación y este conocimiento podría utilizarse para mejorar la precisión del diagnóstico y el éxito del tratamiento.
"El ritmo circadiano rige la mayoría de las funciones celulares implicadas en la progresión del cáncer, por lo que su explotación abre nuevas y prometedoras vías en la lucha contra la metástasis", escriben los autores, los oncólogos moleculares Zoi Diamantopoulou, Ana Gvozdenovic y Nicola Aceto, de la ETH de Zúrich (Suiza).
Así pues, se menciona que la cronoterapia podría ser una opción valiosa en el tratamiento del cáncer, como por ejemplo, un estudio en el que los pacientes con melanoma que recibieron inmunoterapia antes de las 16:30 horas y tenían casi el doble de probabilidades de sobrevivir que aquellos que recibieron el tratamiento más tarde.
El auge de la cronobiología
La cronobiología ha ganado importancia en los últimos años, especialmente después de que los cronobiólogos estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young fueron galardonados con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2017 por sus investigaciones sobre el funcionamiento de nuestro reloj biológico y los ritmos circadianos. Este reconocimiento ayudó a impulsar la conciencia pública sobre la importancia de comprender y respetar nuestros ritmos biológicos.
