El cáncer multiplica entre cuatro y seis veces el riesgo de sufrir la enfermedad tromboembólica, que es la tercera causa de muerte en hospitales.
Este riesgo se ha incrementado por la mayor agresividad de los tratamientos y la mayor supervivencia de los pacientes. Según la secretaria del Grupo de Enfermedad Tromboembólica de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la doctora Olga Madridano Cobo, en el marco del XVII Fórum de Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETV), estas dos enfermedades están relacionadas.
La trombosis es más frecuente durante el diagnóstico, al inicio de la quimioterapia, y en fases avanzadas del cáncer. Factores como la cirugía, obesidad y el propio cáncer aumentan este riesgo.
En el caso de las mujeres, existen otros factores de riesgo adicionales, como el embarazo, que incrementa el riesgo de enfermedad tromboembólica hasta "seis veces"; el puerperio, en el que este riesgo aumenta hasta "unas 20 veces"; y el uso de anticonceptivos hormonales, cuyo efecto indeseado menos frecuente es la tromboembolia, con un aumento del riesgo entre tres y seis veces.
Además, la terapia hormonal sustitutiva puede ser una opción razonable para mujeres con síntomas moderados o graves de la menopausia, siempre que tengan un bajo riesgo cardiovascular", ha añadido.
Madridano también ha hablado sobre la embolia pulmonar, que es una "manifestación de la enfermedad tromboembólica", y que se presenta cuando el trombo se desprende de la pared de las venas y viaja hasta alojarse en las arterias pulmonares, lo que tiene una incidencia de un caso por cada millar de habitantes al año.
La enfermedad tromboembólica se ha consolidado como la tercera causa de muerte en los hospitales, según ha afirmado Miguel Martín Asenjo, coordinador del Grupo de Enfermedad Tromboembólica de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Asenjo destacó que los servicios de Medicina Interna manejan el mayor número de casos hospitalizados, particularmente en pacientes pluripatológicos y de edad avanzada, quienes tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Además, otros factores como el cáncer o las cirugías aumentan significativamente el riesgo. Por ello, la SEMI aboga por la creación de equipos de Asistencia Compartida para mejorar el tratamiento y la profilaxis de esta patología, en la que el especialista en Medicina Interna juega un papel crucial gracias a su enfoque integral del paciente.
Complicaciones y avances tecnológicos en el tratamiento de la enfermedad tromboembólica
La enfermedad tromboembólica puede derivar en complicaciones graves como la hipertensión pulmonar tromboembólica o la trombosis venosa profunda, que en algunos casos lleva a un síndrome postrombótico con síntomas debilitantes. Aunque no existen tratamientos definitivos para estas complicaciones, un diagnóstico temprano es clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Así mismo, los tratamientos pueden generar efectos secundarios, siendo la hemorragia la complicación más frecuente, especialmente en pacientes mayores o con insuficiencia renal. En cuanto a los avances tecnológicos, Asenjo destacó la utilidad de la Inteligencia Artificial (IA) para facilitar el trabajo clínico, pero subrayó que la medicina debe seguir manteniendo su enfoque humanístico. En colaboración con el Grupo de Nuevas Tecnologías, la SEMI lanzará un proyecto sobre el uso de Chat-Box en la guía de embolia pulmonar, con el objetivo de mejorar el diagnóstico y tratamiento.
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