Cambiar hábitos nutricionales favorece el tratamiento de la esclerosis múltiple

La esclerosis afecta la mielina, componente que recubre los axones de las neuronas y se inflaman.

Alexander Triana Yanquén

    Cambiar hábitos nutricionales favorece el tratamiento de la esclerosis múltiple

    La alimentación sana y el cambio de hábitos, son parte complementaria del tratamiento farmacológico para cualquier enfermedad, aunque en el imaginario colectivo de la población se piense que esto no tiene relación. Investigaciones médicas han revelado a lo largo de décadas que una buena alimentación tiene un impacto positivo durante el proceso de recuperación de los pacientes. 

    Ahora, la esclerosis múltiple no es la excepción y por tal motivo en un espacio propuesto por la Revista de Medicina y Salud Pública, la Lcda. Wanda González, nutricionista dietista y fisióloga del ejercicio, nos habla sobre ciertas recomendaciones puntuales para este tipo de pacientes.

    Según la licenciada en nutrición, “un tratamiento o un medicamento no puede ser 100 % efectivo si no hacemos cambios en nuestros hábitos de alimentación y en nuestro estilo de vida”. 

    Agrega que en muchas ocasiones los pacientes, una vez reciben el diagnóstico, se enfrentan a una serie de dudas sobre qué deben consumir para tener una buena alimentación durante su proceso. Claro está, con los avances de internet se tiene acceso a consultas y allí encuentran diferentes recomendaciones que pueden ser efectivas, aunque advierte que es importante hablarlo con el especialista. 

    Esclerosis y nutrición

    Cabe mencionar que cuando hablamos de esclerosis múltiple, se refiere puntualmente a la interrupción del flujo eléctrico de las neuronas y se pierde la comunicación que debería estar allí entre las mismas. Además, dependiendo del área, el paciente puede presentar diferentes síntomas, o como le dicen los expertos: “síntomas invisibles”. 

    Algunos de estos síntomas pueden variar, uno de ellos es la fatiga, que en el caso de la esclerosis múltiple, se convierte en agotamiento extremo, hormigueos, entumecimiento, irritabilidad, cambios en los estados de ánimo, vértigo, inclusive se puede ver afectado el proceso cognitivo con la falta de concentración. 

    “Cuando hablamos de alimentación, siempre buscamos trabajar con el manejo de los síntomas. Al momento no existe una dieta o alimentación para la esclerosis, pero sí existen múltiples recomendaciones y todas van enfocadas a mejorar la calidad de vida, a disminuir los síntomas, a reducir el riesgo de discapacidad y ayudan a prevenir el progreso de la condición disminuyendo el brote o las posibles recaídas”, sostiene.

    Comenta la licenciada que es importante la consideración de hacer modificaciones en su alimentación, teniendo en cuenta que el sistema inmune es el que determina la severidad de la condición y si “hay daño oxidativo”. 

    Agrega que los alimentos antioxidantes pueden ayudar a disminuir esa inflamación que se presenta con la condición a nivel celular y fisiológico: “Son estos los que venimos a incorporar en nuestra alimentación, y es importante eliminar la ingesta de aquellos productos que nos lleven a procesos de inflamación”, dice. 

    Guía de recomendaciones nutricionales

    Vitaminas que necesita el cerebro

    “Se ha identificado que con bajos niveles de vitamina D, el paciente pudiese tener eventos de recaída y nuevas lesiones. En estos casos se le hace al paciente un amaray o una resonancia magnética, en donde se identifican manchas, las cuales son una muestra de un proceso de desmielinización. Por tal razón, los neurólogos están en el constante monitoreo de los niveles de vitamina D. En caso que haya una deficiencia, siempre se suplementa”, detalla.

    Alimentos como el salmón, el huevo (principalmente la yema), el aceite de bacalao, los alimentos fortificados; son la sugerencia que hace González. Estos se van a encargar de proveer al cuerpo ese aporte que necesita. Agrega que la vitamina C (frutos cítricos) es parte vital “y con esto le estamos dando al cerebro alimentos que necesita para ayudarnos con ese enfoque, para ayudarnos más en la concentración”.

    Advierte que los alimentos ricos en vitamina A y vitamina E son los recomendables para ayudar al cuerpo en su proceso de antioxidación: “la vitamina A, se encuentra en alimentos que son anaranjados, amarillos o rojos. Estos los podemos incorporar como parte de nuestras comidas como también en las meriendas. Y estamos ayudando en ese proceso antiinflamatorio y antioxidante”.

    Ahora, la vitamina E es un potencial antioxidante y “lo encontramos mucho en lo que son los vegetales de colores verdes intensos”. 

    Salud de la flora intestinal

    Explica la experta que el cuidado de la flora intestinal es vital, pero se debe consultar con el médico tratante. Además, enfatiza que los probióticos pueden ser una gran alternativa: “podríamos incorporar lo que es el yogurt, o alimentos que son fermentados que nos ayudan a tener ese balance en la flora intestinal”. 

    Esto es debido a que en el intestino se presenta una regulación del sistema inmunológico, “y si esa microbiota no está saludable, eso me puede predisponer a mayor inflamación, a mayor exacerbación de síntomas”, comenta.

    Carbohidratos, la teoría del hungry brain

    “La esclerosis afecta a nivel del sistema nervioso central, en la literatura médica hay un término que se llama ‘Hungry brain’ (cerebro hambriento), y es porque de todos los órganos el que más energía utiliza es el cerebro (...) consume un 20 % de todas las calorías (carbohidratos) que consumimos en el día y la glucosa viene a ser su principal fuente de energía”, aclara la experta. 

    Condimentos

    “Dentro de los condimentos que podemos utilizar está el cúrcuma, y se ha identificado que también ayudan en la reducción de ese proceso de inflamación para pacientes con dolores y condiciones crónicas”, afirma.

    Destaca que es vital que se comunique al médico de estos ajustes o modificaciones porque es posible que algunos de estos alimentos tengan una reacción sobre los medicamentos y el tratamiento

    Ácidos grasos, azúcar e impacto negativo

    Para poder explicar la importancia que tienen los ácidos grasos sobre el organismo, tenemos que referirnos a un fenómeno que se presenta. El sistema inmune ataca la mielina, la cual protege los axones de las neuronas; ahora, el 60 % de los componentes de esa mielina son lípidos (grasa): “nuestro cerebro necesita grasas saludables para mantener un funcionamiento adecuado. De igual manera estas grasas ayudan a mejorar el flujo sanguíneo, en el proceso cognitivo y cuando hablamos de ácidos grasos, nos referimos a Omega 3”, enfatiza González.

    Este compuesto nutricional en muchos casos se suplementa, en otros no, pero eso es algo que se debe consultar con el médico tratante. Estos ácidos grasos los podemos encontrar “en proteína animal como el pescado, en las semillas de lino, el aguacate, aceites de origen vegetal que ayudan en el manejo del proceso inflamatorio”, comenta la licenciada.

    “Se ha podido identificar que la ingesta de alimentos con altos azúcares añadidos, en grasas, ultra procesados, bebidas azucaradas, alimentación alta en sodio, tuvieron aumento en los síntomas y tiene un impacto negativo en pacientes con esclerosis múltiple”, comenta.

    Estilos de vida, el cigarrillo y el alcohol

    Las personas que fuman tienden a pensar que esta actividad no tiene nada que ver con los procesos inflamatorios: “En algunos casos, los pacientes sustituyen comidas por el hábito de fumar, o afecta su selección de alimentos porque la nicotina afecta las papilas gustativas”

    Se ha podido establecer con diversos estudios, según González, que “fumar aumenta el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. De igual manera, si usted es un paciente y tiene el hábito de fumar, se exacerba la condición”.

    También es necesario hablar del alcohol, “el ingerir alcohol puede tener interacción con ciertos medicamentos y exacerbar ciertos síntomas: desequilibrio, falta de coordinación, y empeorar la condición. El alcohol causa irritación y urgencia urinaria, deprime el sistema nervioso central”, aclara.

    Dietas nutricionales y comparativos

    Recientemente la Asociación Americana de Esclerosis Múltiple publicó un artículo en el que se hace un comparativo de diferentes tipos de dieta y recomendaciones nutricionales. Se tomaron en consideración la Dieta Mediterránea, de la se habla mucho como un estándar en el manejo de condiciones autoinmunes. También se evaluó la dieta cetogénica, la dieta restrictiva en calorías, los ayunos, la dieta vegetariana. 

    “En cada una de ellas se evidenció beneficios y una disminución en síntomas: fatiga, mejoría en movilidad, en procesos cognitivos (concentración, enfoque); así como mejor calidad de vida, y reducción de peso”. aclara.

    Aclara la licenciada que estas son alternativas, pero siempre se debe considerar con el médico tratante: “no es enfocarnos en cuál dieta tenemos que llevar, sino en cuál de todas estas se adapta a mi estilo de vida. Cuando hacemos cambios en los hábitos de alimentación, buscamos que sean sustentables. No estamos llevando una dieta, estamos llevando un estilo de vida que es el que vamos a llevar por siempre”, detalla.

    Es decir, los cambios en la dieta alimentaria “se deben adaptar a nuestros gustos, nuestra preferencia, la disponibilidad de alimentos, la capacidad de preparación. En ese caso trabajamos con una modificación en los hábitos de alimentación”, concluye la especialista.

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