La N,N-dimetiltriptamina (DMT), una sustancia psicoactiva presente de forma natural en plantas y en el cerebro humano, podría reducir el daño cerebral y la inflamación tras un accidente cerebrovascular

Investigadores del Instituto de Biofísica HUN-REN BRC y del Centro Cardiovascular de la Universidad Semmelweis en Budapest, Hungría, descubrieron que el DMT reduce el volumen del infarto y la formación de edema en un modelo de accidente cerebrovascular (ACV) en ratas.
Además, en estudios con cultivos celulares y modelos animales, el compuesto logró restaurar la estructura y función de la barrera hematoencefálica y mejorar la actividad de los astrocitos, células clave en la protección del tejido cerebral.
"Es asombroso cómo siempre podemos recurrir a la naturaleza para encontrar soluciones ingeniosas para problemas de salud", señaló María Deli, coautora principal del estudio.
El DMT, conocido por sus efectos psicodélicos, está siendo evaluado en ensayos clínicos para determinar su seguridad y eficacia en la recuperación de la función cerebral tras eventos neurológicos graves.
El ACV sigue siendo una de las principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial. Los pacientes que sobreviven enfrentan secuelas neurológicas severas que impactan su calidad de vida, así como altos costos de atención médica y rehabilitación.
A pesar del desarrollo de múltiples agentes neuroprotectores, ninguno ha logrado una implementación clínica rutinaria. Las terapias actuales, trombolisis intravenosa y trombectomía endovascular, son efectivas solo dentro de una ventana de tiempo limitada y no todos los pacientes pueden acceder a ellas.
El daño cerebral producido por un ACV se caracteriza por una compleja respuesta inflamatoria. Tras el evento, se activa la microglía y se liberan citocinas que rompen la barrera hematoencefálica, permitiendo el ingreso de moléculas y células inmunes al tejido cerebral, lo que agrava la inflamación y el edema.
El estudio identificó a la barrera hematoencefálica (BHE) como un objetivo clave para el DMT. Los investigadores observaron que este compuesto reduce la inflamación y protege la integridad de la BHE, evitando la entrada de sustancias dañinas al cerebro.
En modelos experimentales, el DMT disminuyó los niveles de proteínas inflamatorias y promovió la producción de moléculas protectoras como BDNF e IL-10, además de inhibir los cambios estructurales en las células microgliales, responsables de la neuroinflamación.
"Las opciones terapéuticas actuales para el ACV son muy limitadas. El efecto dual del DMT, que protege la barrera hematoencefálica y reduce la inflamación, ofrece un enfoque novedoso y prometedor", explicó Judit Vigh, coautora principal del estudio.
Aunque el uso del DMT como tratamiento aún está en fase experimental, los resultados apuntan a una posible alternativa complementaria a las terapias actuales. Su acción multifacética sobre la inflamación y la reparación cerebral lo posiciona como un candidato con gran potencial para mejorar la recuperación neurológica tras un ACV.
Los investigadores subrayan que futuras investigaciones y ensayos clínicos en humanos serán esenciales para determinar la seguridad, dosis óptima y aplicabilidad clínica de esta molécula natural.