Puerto Rico siempre ha estado expuesto a los polvos del Sahara durante todo el año. Sin embargo, al finalizar la primavera y el inicio del verano la cantidad aumenta significativamente
Puerto Rico siempre ha estado expuesto a los polvos del Sahara durante todo el año. Sin embargo, al finalizar la primavera y el inicio del verano la cantidad aumenta significativamente, lo que afecta a la población asmática y personas con condiciones alérgicas. Sin embargo, no existe una estadística concreta de cuántas personas se afectan específicamente.
Según datos del Programa de Asma del Departamento de Salud, 1 de cada 7 niños es asmático, y en el caso de los adultos, 1 de cada 8. Cuando se combinan ambas poblaciones resulta que entre un 70 y un 80% padece de rinitis alérgica.
"Es complejo hacer estadística, porque es algo que no se piensa como un elemento solo, sino, que tiene muchos componentes, el polvo de Sahara es un particulado pequeño y arrastra muchas cosas que no se conocen bien. Trae microorganismos, esporas de hongos, polen, alérgenos; pero no se sabe bien cuál es el factor contribuyente, lo que se sabe es que se puede depositar en las vías respiratorias causando inflamación, provocando diferentes síntomas al paciente",
explicó el doctor Wilfredo Cosme Blanco, especialista en alergia, asma e inmunología.
Actualmente, el Programa de Asma del Departamento de Salud de Puerto Rico junto a otros colaboradores realizan más estudios de salud pública en cuanto a la condición en la isla.
Adicionalmente, se ha visto una asociación con un incremento de reclamos de quejas de asma tanto en visitas a salas de emergencias y clínicas durante las temporadas de aumento de particulado en el aire y presencia de esporas de hongos, como publicó recientemente el Dr. Bolaños y su equipo del Recinto de Ciencias Médicas.
Además, la misma época del polvo del Sahara puede coincidir con la época de lluvia en Puerto Rico, lo que provoca un aumento en humedad y por consiguiente abundancia de hongo y ácaros del polvo. Este último es la causa de alergia ambiental más importante en Puerto Rico, según realizado por el Departamento de Alergia en Inmunología del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.
Las condiciones atópicas más comunes en la isla son rinitis y asma. La presencia de polvo del Sahara y aumento en alérgenos ambientales causan síntomas similares mayormente en una población susceptible. Un paciente puede presentar síntomas de rinitis que incluyen gotereo nasal, carraspera, congestión y puede asociarse con picor en los ojos. Los asmáticos también presentan falta de aire, tos, y dificultad respiratoria.
Cosme Blanco, quien además tiene una doctorado en genética de cáncer, afirmó que los tratamientos preventivos usuales son los aerosoles nasales o inhalados con esteroides que ayudan a bajar la inflamación. Aunque son remedios por excelencia, el experto entiende que muchos de los pacientes no son bien educados para su condición o el uso de los mismos.
"Mi impresión es que muchos pacientes no usan estos medicamentos correctamente. La recomendación es que lo usen todo el tiempo porque (los aerosoles nasales) trabajan lento, no son de alivio inmediato. La clave de estos medicamentos es utilizarlo todos los días, aunque no se tenga síntomas",
aseguró.
Otro posible tratamiento serían los antihistamínicos de segunda generación, como la loratadina, ceterizina, fexofenadina, entre otros. Estos tienen menos efectos de sedación y pueden ayudan a mejorar los síntomas agudos.
Por otro lado, existe un tratamiento conocido como inmunoterapia, también conocido como vacunas para alergias; este, ayuda a crear tolerancia contra alérgenos ambientales que pueden estar causando problemas al paciente. Este procedimiento está indicado únicamente para rinitis y asma alérgica . Además, está aprobado por la FDA hace muchos años.
"Con este procedimiento se le hace una reeducación al sistema inmunológico para crear tolerancia en vez de alergia contra esos alérgenos identificados. Depende de la duración del tratamiento, el efecto positivo puede durar muchos años hasta toda la vida, una vez se finaliza el procedimiento ",
resaltó el médico.
Usualmente los meteorólogos tienden a alertar sobre presencia de vientos del Sahara en la zona, polen y hongos y -a su vez- indican los índices de calidad ambiental; algo que no todo el mundo entiende de primera mano.
Cuando se anuncia que la calidad del aire está en "nivel moderado" se entiende que pacientes sensitivos podrían estar siendo afectados. Cuando se menciona el “nivel insalubre” toda la población podría presentar algún tipo de síntoma. O sea que, mientras más afectada la calidad del aire, más personas pueden verse afectadas sin importar que tengan historial de alergia.
Existen pruebas de piel o percutáneas, estas consisten en un raspado en la piel superficial mediante el cual detectan la sensibilidad de alérgenos y pueden mostrar resultados en 15 o 20 minutos. También, existen pruebas de sangre específicas. Ambas se pueden realizar con el propósito de dar herramientas seguras y acertadas para mejorar la calidad de vida de esta población.
"El mayor reto sería la limitación de pacientes a alergistas, no hay muchos en la isla y limita al paciente. Hay menos de veinte alergistas en toda la isla. Por ejemplo, solo hay cuatro alergistas cubriendo desde Ponce hasta Isabela",
alertó el alergista con práctica en Aguadilla.
En contraste, los planes médicos cubren estos procedimientos; e incluyen la inmunoterapia, que en muchas especialidades esto no ocurre.