Un equipo de investigadores logró transformar un riñón humano para que funcione en receptores de cualquier grupo sanguíneo.

Las personas con sangre tipo O enfrentan una de las mayores esperas en la lista de trasplantes de riñón. Aunque los órganos tipo O pueden funcionar en pacientes con otros grupos sanguíneos, su escasez limita las posibilidades de donación.
Ahora, un equipo de instituciones de Canadá y China ha dado un paso trascendental: crear un riñón "universal", capaz de adaptarse a cualquier tipo sanguíneo.
El órgano transformado fue trasplantado a un receptor con muerte cerebral, con el consentimiento de su familia. Según los resultados publicados en Nature Biomedical Engineering, el riñón funcionó durante varios días sin rechazo hiperagudo, el tipo de respuesta inmune que destruye un órgano incompatible en minutos.
"Esta es la primera vez que observamos este fenómeno en un modelo humano", explicó el bioquímico Stephen Withers, de la Universidad de Columbia Británica. "Nos proporciona información invaluable sobre cómo mejorar los resultados a largo plazo".
El origen de este avance se remonta a 2019, cuando el equipo de Withers y el doctor Kizhakkedathu descubrió dos enzimas capaces de eliminar los azúcares que determinan el tipo de sangre A, convirtiéndola efectivamente en tipo O.
"Estas enzimas son muy activas, altamente selectivas y funcionan en concentraciones muy bajas. Eso hizo viable todo el concepto", explicó Kizhakkedathu.
En 2022, un grupo de Toronto aplicó este enfoque a pulmones humanos, demostrando que también podían transformarse. A partir de ahí, los investigadores comenzaron a probar la técnica en sangre, pulmones y riñones fuera del cuerpo, antes de llegar a su prueba definitiva dentro de un organismo humano.
Durante el ensayo, el riñón modificado funcionó dos días sin señales de rechazo.
Al tercer día, algunos marcadores del tipo sanguíneo reaparecieron y causaron una reacción inmunitaria leve, pero el daño fue significativamente menor al observado en trasplantes incompatibles.
Incluso, los investigadores notaron signos de tolerancia inmunológica, una señal alentadora para futuros ensayos.
"Es como quitar la pintura roja de un coche y descubrir la imprimación neutra. Una vez hecho esto, el sistema inmunitario ya no percibe el órgano como extraño", explicó Withers.
Aunque los resultados son prometedores, aún quedan muchos desafíos antes de aplicar esta técnica en pacientes vivos.
La empresa Avivo Biomedical, surgida de la Universidad de Columbia Británica, será la encargada de desarrollar las enzimas y gestionar la aprobación regulatoria para los próximos ensayos clínicos.
El objetivo final: crear órganos y sangre de donante universal, que eliminen las barreras de compatibilidad en los trasplantes y las transfusiones.
"Así es como se ve cuando años de ciencia básica finalmente se conectan con la atención al paciente. Ver cómo nuestros descubrimientos se acercan al impacto en el mundo real es lo que nos impulsa a seguir adelante", afirmó Withers.