Pruebas revelaron que en los días de ayuno intermitente, el tiempo medio de exposición al ácido gastroesofágico fue del 3,5 %, en comparación con el 4,3 % de la dieta de referencia.
Reciente investigación estadounidense, publicada en Journal of Clinical Gastroenterology, mostraría que el ayuno intermitente puede reducir los síntomas del reflujo gastroesofágico, aunque la intervención puede ser difícil de seguir, señala el estudio.
Trastorno costoso
La prevalencia de reflujo gastroesofágico en Estados Unidos se estima entre el 18 % y el 28 %. Los costes anuales de este trastorno ascienden a más de 18.000 millones de dólares al año, en gran medida por los tratamientos farmacológicos y las pruebas de diagnóstico, escribieron el autor principal, Dr. Yan Jiang, de la División de Enfermedades Gastrointestinales y Hepáticas de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, Estados Unidos, y sus colaboradores.
Los inhibidores de la bomba de protones son una de las clases de medicamentos más prescritas en Estados Unidos, indicaron los autores. Sin embargo, la preocupación por los efectos secundarios de estos fármacos a largo plazo, así como el hecho de que la mitad de los pacientes declararon tener síntomas de reflujo gastroesofágico, han generado un interés por los tratamientos sin inhibidores de la bomba de protones en pacientes y médicos por igual.
Sin embargo, el papel de la dieta en el tratamiento del reflujo gastroesofágico sigue siendo poco conocido, a pesar de que la obesidad y el aumento de peso se han relacionado con el reflujo.
Los autores apuntaron que el ayuno intermitente ha demostrado ser beneficioso para la arteriopatía coronaria, los trastornos inflamatorios, la obesidad y la diabetes. Entre los mecanismos propuestos figuran los efectos antiinflamatorios, la reducción del peso corporal y las alteraciones de la secreción hormonal.
Prueba de intervención en una evaluación clínica de 96 horas para el reflujo gastroesofágico
Para investigar los efectos del ayuno intermitente en el reflujo gastroesofágico, los investigadores examinaron a los pacientes remitidos a la clínica gastroenterológica de la Universidad de Stanford a fin de que se les realizaría una monitorización inalámbrica del pH de 96 horas por sospecha de síntomas de reflujo ácido.
Excluyeron a los pacientes menores de 18 años, a las mujeres embarazadas, a los que tenían diabetes insulinodependiente y a los que habían utilizado inhibidores de la bomba de protones en los siete días anteriores. También hubo otros criterios de exclusión.
El estudio fue completado por 25 participantes. La edad promedio de los pacientes era de 43,5 años, un 52 % eran mujeres. Algo menos de la mitad (44 %) eran blancos y el índice de masa corporal medio era de 25,8 kg/m2.
Durante las primeras 48 horas del control del pH, los pacientes siguieron su dieta de referencia. En las segundas 48 horas, se les pidió que siguieran un esquema de ayuno intermitente.
En ese esquema, durante un periodo de 24 horas, había un intervalo de ingesta calórica de ocho horas y ninguna ingesta calórica durante las otras 16 horas consecutivas. Se consideraba que tenían éxito los participantes que ayunaban durante al menos 15 horas, tal y como se indicaba en un registro de alimentos autoinformado.
Resultados de la investigación
Solo el 36 % de los participantes cumplieron totalmente el esquema de ayuno, un 84 % lo cumplieron parcialmente, lo que se definió como el seguimiento del esquema durante al menos uno de los dos días de ayuno intermitente.
En los días de ayuno intermitente, el tiempo medio de exposición al ácido fue del 3,5 %, en comparación con el 4,3 % de la dieta de referencia. El equipo calculó que el cumplimiento del esquema de ayuno intermitente 16:8 redujo un 0,64 % el tiempo medio de exposición al ácido.
El ayuno intermitente también se asoció a una reducción de las puntuaciones totales de los síntomas de reflujo gastroesofágico, de 9,9, tras el cuarto día, a 14,3 tras el segundo. Las puntuaciones de los síntomas de acidez se redujeron 2,6 y las de reflujo 1,8.
Cuando los investigadores compararon a los individuos que cumplieron con el ayuno intermitente con los que solo lo hicieron parcialmente, descubrieron que seguía habiendo una mejora en los síntomas de reflujo gastroesofágico, con una reducción de las puntuaciones de 3,2.
Más ácido, más beneficios
Los hallazgos podrían tener varias explicaciones, dijo el Dr. Jiang a Medscape Noticias Médicas.
En el estudio a corto plazo, un menor número de comidas durante el ayuno intermitente y un mayor número de horas entre la última comida y la hora de acostarse pueden ayudar a mitigar los síntomas de reflujo gastroesofágico en decúbito supino, observó el Dr. Jiang.
A largo plazo, añadió, estudios anteriores han señalado que las alteraciones inducidas por el ayuno en las citocinas o las células inflamatorias podrían ser un mecanismo que contribuya, "pero no es algo que podamos deducir de nuestro estudio".
Los participantes que tenían al inicio una elevada exposición al ácido y que eran más propensos a tener un diagnóstico de reflujo gastroesofágico basado en la monitorización del pH parecían experimentar el mayor beneficio del ayuno intermitente, compartió el Dr. Jiang.
"En este estudio se analizó a todas las personas con síntomas de reflujo gastroesofágico", dijo. "Pero si se hiciera otro estudio en personas con reflujo gastroesofágico comprobado, podrían experimentar un mayor impacto con el ayuno intermitente".
El Dr. Jiang agregó: "Si un paciente está dispuesto a hacer ayuno intermitente, y ciertamente si tiene otros motivos" para hacerlo, "creo que no hace daño, y de hecho podría ayudarle un poco a mejorar sus síntomas actuales".
Se necesitan estudios de seguimiento más amplios y prolongados
El Dr. Luigi Bonavina, del Departamento de Ciencias Biomédicas para la Salud de la Universidad de Milán, Istituto di Ricovero e Cura a Carattere Scientifico (IRCCS) Policlinico San Donato, en San Donato Milanese, Italia, comentó a Medscape Noticias Médicas que era un "estudio bien realizado y original".
"Cabe hacer notar que solo en un estudio anterior se exploró el efecto del Ramadán sobre los síntomas de reflujo gastroesofágico y se encontró una pequeña mejora de sus síntomas", dijo el Dr. Bonavina. "Lamentablemente, la magnitud del efecto en el estudio actual no fue la esperada, debido al pequeño tamaño de la muestra y al bajo cumplimiento del ayuno intermitente".
Aunque el efecto fue "leve en comparación con el observado con los inhibidores de la bomba de protones", "sería interesante ver si los resultados de este estudio preliminar, de prueba de concepto, pueden confirmarse a mayor escala con un seguimiento más prolongado, para demostrar que los síntomas de reflujo no empeoran con el tiempo", anotó.
"El ayuno intermitente puede ser recomendable, sobre todo en pacientes con sobrepeso u obesidad con síntomas de reflujo gastroesofágico que no responden bien a los inhibidores de la acidez gástrica", continuó el Dr. Bonavina. "La reducción de la inflamación, la reducción de la ingesta de comidas y acostarse con el estómago vacío también pueden funcionar en pacientes con reflujo gastroesofágico".
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