Los falsos positivos pueden causar tratamientos innecesarios con antibióticos, efectos secundarios, y alteraciones sociales, como la interrupción de clases en escuelas y la afectación de la rutina familiar.
Desde el 13º Congreso Anual de Asma y Enfermedades Respiratorias Crónicas celebrado en el Hotel Royal Sonesta de Puerto Rico, la revista Medicina y Salud Pública transmitió en vivo un encuentro con el doctor Héctor Meléndez, infectólogo, quien expuso una preocupación sobre el diagnóstico de infecciones respiratorias.
En el contexto de un aumento de síndromes catarrales en la población, el especialista clarificó cuándo y cómo se deben realizar las pruebas para detectar mycoplasma, un patógeno bacteriano común, advirtiendo sobre las graves consecuencias de utilizar los métodos incorrectos.
El doctor Meléndez identificó el problema central: la utilización generalizada de una prueba serológica que puede conducir a diagnósticos erróneos. Al respecto, señaló: "Sabemos que de entrada, la prueba que se hace en muchas personas, la prueba de sangre IgM, es una prueba que no te identifica si realmente el paciente tiene o no tiene micoplasma".
Aseguró que este método es notorio por generar una alta tasa de falsos positivos, razón por la cual su uso no está recomendado en la práctica clínica actual.
El impacto de este error diagnóstico, según explicó el infectólogo, se extiende desde el individuo hasta la comunidad, generando dos problemas principales. Por un lado, conduce a tratamientos innecesarios que no benefician al paciente y, por el contrario, pueden causar daño.
"Una, es que suelen dar antibióticos o que se sobremediquen a las personas de manera innecesaria. Hay que recordar que los antibióticos tienen efectos secundarios también", afirmó.
Además, recalcó que incluso en un caso real de micoplasma, "el antibiótico no disminuye el tiempo de infección, no disminuye tampoco el tiempo de síntomas", por lo que medicar se convierte en un acto similar a administrar un placebo.
Por otro lado, el sobrediagnóstico genera una alteración social significativa, tal como se ha observado en entornos escolares.
El doctor Meléndez ejemplificó con algo que es común que suceda en las escuelas: " No sé si te has dado con la situación o has escuchado que de momento varios niños en un salón tienen enfermedades catarrales, le hacen una prueba de micoplasma y de momento un montón de niños tienen pruebas positivas, incluso niños sin síntomas. ¿Y qué tiende a pasar? Que entonces dicen vamos a cancelar las clases, todo el mundo regresa a sus casas".
Esta reacción, aunque bienintencionada, provoca una "pérdida innecesaria de estudios de los niños [y] hace una ruptura en la rutina de trabajo" de las familias, innecesariamente.
En cuanto al diagnóstico correcto, afirmó que "la prueba que se debe usar en pacientes de alto riesgo es una prueba molecular, una prueba que llamamos de PCR", la cual está disponible en laboratorios selectos y hospitales.
Además, añadió que: "Es importante saber y recalcar que lo más importante y lo primordial en un cuadro respiratorio, viral, catarral, es el descanso, es la hidratación, es la buena alimentación y lo que llamamos terapia de soporte".
Finalmente, concluyó con un llamado a la responsabilidad ciudadana para frenar la propagación de virus y bacterias, recomendando el uso de mascarillas en lugares concurridos o cerrados, el lavado frecuente de manos y el aislamiento voluntario al presentar síntomas.
"Yo creo que la clave está en ser considerado y si usted comienza a sentirse mal, pues entonces actuar de manera inmediata y evitar que se propague la enfermedad", concluyó.