La sexualidad no termina con la menopausia: Expertas ofrecen soluciones para el síndrome genitourinario

Durante el semanario se abordaron tratamientos disponibles, importancia del sexo seguro en mujeres mayores y estrategias para mantener una sexualidad plena durante esta etapa.

Laura Guio

    La sexualidad no termina con la menopausia: Expertas ofrecen soluciones para el síndrome genitourinario

    En el marco del tercer conservatorio "Menopausia sin Filtro", organizado por el Hospital Damas y cubierto por la revista Medicina y Salud Pública, la Dra. Gladysmaria Figueroa, ginecóloga certificada en menopausia, y la Dra. Delorean Torres, sexóloga clínica, desmitificaron uno de los tabúes más persistentes en torno a esta etapa de la vida: la sexualidad durante y después de la menopausia.

    La Dra. Figueroa comenzó abordando el mito generalizado de que la menopausia marca el fin de la vida sexual, recordando cómo históricamente la sexualidad se limitaba exclusivamente a la procreación. "Tenemos que normalizar la sexualidad como algo normal, como algo más en nuestras vidas", enfatizó la especialista.

    Contrario a la creencia popular, el deseo y la actividad sexual varían durante la menopausia: algunas personas experimentan una disminución del deseo debido a molestias físicas, mientras que otras sienten un aumento significativo al liberarse del temor al embarazo.

    El síndrome genitourinario

    La Dra. Figueroa explicó que la disminución del estrógeno puede causar problemas sexuales y genitourinarios, con efectos progresivos y crónicos que no mejoran sin tratamiento. Entre los síntomas más comunes del síndrome genitourinario se encuentran:

    • Resequedad vaginal

    • Picor en el área genital

    • Dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales)

    • Infecciones urinarias recurrentes

    Muchas pacientes describen la sensación como "tener una lija allí abajo", lo que convierte las relaciones sexuales en un calvario que algunas mujeres prefieren evitar completamente. Este silencio perpetúa el problema, llevando a tratamientos inadecuados como antibióticos innecesarios para infecciones recurrentes.

    Tratamientos y soluciones disponibles

    Como primera línea de tratamiento para las molestias durante las relaciones sexuales, se recomiendan lubricantes a base de agua o silicona, evitando productos con glicerina o petrolato. Además, es fundamental utilizar hidratantes vaginales de mantenimiento.

    La actividad sexual regular ayuda a mantener la elasticidad y el flujo sanguíneo en la zona genital, pero es crucial que estas relaciones no se conviertan en una fuente de sufrimiento.

    Sexo seguro: Una necesidad en todas las edades

    Un tema frecuentemente ignorado es la protección contra enfermedades de transmisión sexual en mujeres menopáusicas. Durante esta etapa aumenta el riesgo de infecciones de transmisión sexual debido a que la vagina está más seca y frágil, con mayor vulnerabilidad a microlesiones, y el sistema inmune no es tan eficiente como antes.

    La Dra. Figueroa fue enfática: "La menopausia elimina el riesgo de embarazo, pero no el de enfermedades de transmisión sexual. Es importante desmantelar el mito de que las mujeres mayores no necesitan sexo seguro. Sí lo necesitamos más porque somos más propensas".

    Vea programa completo aquí:

    La perspectiva de la sexología clínica

    La Dra. Delorean Torres aportó una visión integral desde la sexología clínica, destacando la importancia de entender los cambios emocionales y físicos que experimenta la mujer durante esta transición.

    Perimenopausia: Síntomas tempranos ignorados

    La especialista compartió su experiencia personal, explicando cómo desde los 30 años comenzó a experimentar síntomas que se confundían con estrés o depresión, incluyendo fatiga extrema, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo. Estos síntomas, característicos de la perimenopausia, frecuentemente pasan desapercibidos o se atribuyen a otras causas.

    La Dra. Torres enfatizó la diferencia entre sexo (factores hormonales y biológicos), sexualidad (factores emocionales, sociales y culturales) y prácticas sexuales, que incluyen mucho más que la penetración: caricias, besos, estimulación oral y otras formas de contacto íntimo.

    El ciclo de respuesta sexual

    Basándose en la investigación de Masters y Johnson, la Dra. Torres explicó las fases del ciclo de respuesta sexual:

    1. Deseo: Existen dos tipos de deseo: el espontáneo (característico de la juventud) y el reactivo o responsivo, que surge en respuesta a estímulos y requiere más tiempo de preparación, similar a precalentar un horno.

    2. Excitación: Incremento del flujo sanguíneo hacia los genitales, cambios de color y aumento de la frecuencia cardíaca.

    3. Meseta: Intensificación de las reacciones físicas y emocionales, preparación para el orgasmo.

    4. Orgasmo: Contracciones rítmicas involuntarias que constituyen el clímax del placer. Durante la menopausia, la intensidad puede disminuir debido al debilitamiento del suelo pélvico.

    5. Resolución: Retorno gradual al estado no excitado.

    La brecha orgásmica

    Según la revista Sexual Medicine, el 82% de los hombres alcanza el orgasmo durante las relaciones sexuales, en comparación con solo el 32% de las mujeres. Las mujeres requieren más tiempo de estimulación y conexión emocional para alcanzar el clímax.

    Factores que afectan la función sexual

    La Dra. Torres identificó múltiples factores que impactan la sexualidad durante la menopausia:

    Psicológicos y emocionales:

    • Baja autoestima y autoimagen negativa

    • Pérdida de identidad femenina

    • Ansiedad y miedo a perder la conexión con la pareja

    Ambientales:

    • Problemas económicos

    • Conflictos de pareja

    • Tensiones familiares

    Físicos:

    • Tratamientos médicos (cáncer, lesiones)

    • Medicamentos antidepresivos que disminuyen la libido

    • Desbalance hormonal

    Recomendaciones prácticas para una sexualidad plena

    Comunicación abierta

    Ambas especialistas enfatizaron la importancia de hablar abiertamente con la pareja y con profesionales de la salud. "Hablar con su pareja y hablar con el profesional de la salud" es fundamental para abordar las dificultades.

    Preparando el ambiente

    La Dra. Torres sugirió estrategias sencillas y económicas:

    • Masajes con aceites (como aceite de almendras)

    • Música relajante

    • Iluminación tenue

    • Lencería cómoda y atractiva

    Autoconocimiento y autoestimulación

    La autoexploración es fundamental para comprender las propias necesidades y comunicarlas a la pareja.

    Instrumentología sexual

    Aproximadamente el 30% de las mujeres no alcanzan el orgasmo mediante la penetración únicamente, por lo que el uso de instrumentos de estimulación puede ser beneficioso. Es importante que las parejas entiendan que estos recursos son complementos, no sustitutos.

    Cuidado del suelo pélvico

    El fortalecimiento del suelo pélvico es esencial para mantener una buena función sexual y aumentar la intensidad de las sensaciones.

    Prácticas diversas

    • Mindfulness sexual y respiración sincronizada

    • Citas sensuales programadas

    • Exploración de nuevas formas de placer (uso de hielo, lubricantes con cambios de temperatura)

    • Baños compartidos

    • Mensajes de complicidad

    El rol de la pareja

    La Dra. Torres destacó la importancia del apoyo de la pareja, compartiendo su experiencia personal sobre cómo el respaldo de su esposo ha sido fundamental en su proceso. Los esposos pueden:

    • Educarse sobre la menopausia

    • Acompañar a las citas médicas

    • Mostrar empatía sin juicios

    • Ser pacientes durante el proceso de adaptación

    • Mantener una comunicación efectiva

    Un estudio realizado en San Diego demostró que las mujeres en proceso de menopausia que recibieron atención de terapeutas sexuales y del suelo pélvico mejoraron significativamente su función sexual al sentirse escuchadas y validadas.

    Tratamiento hormonal y complementos

    La Dra. Torres compartió su experiencia con terapia de reemplazo hormonal, incluyendo:

    • Inyecciones semanales de testosterona

    • Infusiones de vitaminas

    • Suplementos específicos

    Estos tratamientos, combinados con ejercicio cardiovascular y eliminación de sustancias nocivas (alcohol, cigarrillos), contribuyen a mejorar significativamente la calidad de vida y la función sexual.


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