Avances médicos han permitido detectar con mayor eficacia la presencia de cepas peligrosas de VPH en el organismo.
Desde hace varias décadas, el Virus del Papiloma Humano se ha relacionado específicamente con la salud de la mujer por su gran relación con algunos cánceres asociados al sistema reproductor femenino, sin embargo, los expertos actualmente resaltan que las consecuencias de esta condición también pueden presentarse en hombres, a través del cáncer de garganta, cáncer de pene, cáncer anal, entre otros.
Esto lo explica el Dr. Micael López, Ginecólogo y Director de Ginecología y Ginecología Oncológica en el Manatí y Bayamón Medical Center, afirmando que la literatura no es muy clara, hablando de este tema en los hombres: “sabemos que en las mujeres hay maneras de detectar el virus de muchas maneras, pero parte del problema es que las guías en los hombres no están tan rigurosas como en la salud femenina”.
Sin embargo, gracias a los avances en ciencia y tecnología es mucho más sencillo identificar la presencia del virus en el organismo de hombres y mujeres a través de las pruebas de cernimiento, cuyo objetivo es poder detectar cambios precancerosos en el cuerpo antes de que ocurra el cáncer.
“Hoy en día, la prueba de cernimiento tiene dos componentes: uno es el Papanicolaou (PAP) y el otro es la prueba molecular para el virus del papiloma. Se hacen ambas pruebas en una, pero no es lo mismo”.
Las investigaciones han determinado que existen cientos de cepas asociadas al virus del papiloma, dentro de los cuales se encuentran las cepas de alto riesgo, que son molecularmente potenciales de causar cáncer o precáncer.
“Si uno tiene la prueba en la que el virus de hpv de alto riesgo es positivo, eso usualmente nos lleva a que el doctor haga un examen más detallado donde revisa la cérvix con microscopio y toma biopsias para ver si hay cambios pre cancerosos”, explicó el especialista.
Desafortunadamente, Puerto Rico cuenta con un alto porcentaje de diagnósticos positivos de cáncer de cérvix en la población, comparada con la tasa poblacional de otros países, como Estados Unidos, por ejemplo. La mayor preocupación para los expertos es que esta es una condición completamente prevenible siempre y cuando se siga un control ginecológico adecuado, y se tenga la vacuna contra el VPH.
“La recomendación es que la vacuna se administre en niñas y niños a partir de los 11 años, hasta los 45 años”, resaltó. “Las vacunas pueden, no solo prevenir el contagio, sino que en personas ya contagiadas, fortalece el sistema inmune y la posibilidad de que puedan combatir el virus de manera eficaz”.
Cáncer cervical como consecuencia del VPH
Cuando la condición se detecta en etapa temprana, el pronóstico de las mujeres diagnosticadas es excelente; la sobrevivencia es altísima y las probabilidades de cura también son muy altas: “Entre más temprano se detecte, mayores serán las posibilidades de que la paciente se cure”, afirmó.
En estos casos, las alternativas de tratamiento son amplias, e incluso pueden no requerir quimioterapia. Caso contrario sucede cuando la enfermedad es detectada en un estadío mayor, ya que algunas de las terapias más recomendadas no tienen el mismo porcentaje exitoso de funcionalidad, y por ende la sobrevivencia tampoco es la más alta.
“Hay mucho avance, pero desafortunadamente para el cáncer de cérvix en un estado avanzado, los chances de una cura real son sumamente bajos”
Dicho esto, el especialista hizo un llamado a la población a tener más conciencia sobre la salud reproductiva, pues asegura que aún para los padres, hablar sobre ETS e instruir a los niños sobre estos temas podría propenderlos a iniciar una vida sexual antes de tiempo, sin embargo, esto no es así.
“Es cuestión de educación al público, mi recomendación principal es que todas las niñas y niños puedan vacunarse contra este virus antes de que inicien su vida sexual”, concluyó.
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