Anticuerpos conjugados, una estrella emergente en el tratamiento del cáncer de ovario

La estructura de los ADC, hace que liberen el agente quimioterapéutico directamente en las células cancerosas, minimizando el daño a las células sanas.

Katherine Ardila

    Anticuerpos conjugados, una estrella emergente en el tratamiento del cáncer de ovario

    Durante el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), celebrado en Barcelona del 13 al 17 de septiembre, se destacó el potencial de los anticuerpos conjugados en el tratamiento del cáncer de ovario, un tipo de cáncer que aún enfrenta grandes desafíos terapéuticos. 

    Estas moléculas innovadoras fueron el foco de una sesión dirigida por la Dra. Susana Banerjee, oncóloga y jefa de la Unidad de Investigación Ginecológica del Royal Marsden NHS Foundation Trust en Londres, quien recalcó la importancia de estos nuevos enfoques para abordar la necesidad de tratamientos más efectivos y menos tóxicos.

    ¿Qué son los anticuerpos conjugados?

    Los anticuerpos conjugados (ADC), son una clase emergente de terapias dirigidas, a menudo referidas como "quimioterapia inteligente". Estas terapias combinan tres componentes principales:

    Un anticuerpo, que reconoce y se une a una diana específica en las células cancerosas, una carga útil citotóxica, generalmente un agente quimioterapéutico que se clasifica en dos categorías: los que dañan el ADN (por ejemplo, inhibidores de la topoisomerasa) y los que destruyen los microtúbulos (como las auristatinas), y un enlazador, que conecta el anticuerpo con la carga útil y puede ser escindible o no escindible.

    Esta estructura permite que los ADC liberen el agente quimioterapéutico directamente en las células cancerosas, minimizando el daño a las células sanas. La relación entre la cantidad de fármaco y el anticuerpo es clave para garantizar la eficacia y seguridad del tratamiento.

    Mecanismo de acción de los anticuerpos conjugados

    El anticuerpo reconoce la diana (un antígeno) en la célula tumoral, facilitando su internalización por endocitosis. Una vez dentro de la célula, la carga útil se libera, lo que conduce a la destrucción de la célula cancerosa. Sin embargo, como mencionó Banerjee, un desafío persistente es que solo entre un 1-3% de la carga útil se internaliza completamente, lo que puede dejar fármaco citotóxico en el entorno extracelular y causar efectos secundarios.

    El interés en estos fármacos sigue en aumento, y nuevas tecnologías están permitiendo su constante evolución para mejorar su eficacia y minimizar sus efectos adversos.

    Los ADC en el cáncer de ovario

    El cáncer de ovario es una enfermedad para la que aún existen importantes necesidades clínicas no cubiertas, particularmente en los casos de cáncer resistente al platino. Aunque la introducción de los inhibidores de PARP ha supuesto un avance en la terapia de mantenimiento, sigue siendo necesario encontrar nuevas opciones, especialmente para las pacientes que no responden a la quimioterapia estándar. 

    El cáncer de ovario es una neoplasia de gran interés para el desarrollo de ADC, ya que presenta varias dianas moleculares potencialmente utilizables en estas terapias, como el receptor de folato (FR alfa), cadherina (CDH6), HER-2, TROP-2, y NaPi2b. 

    Actualmente, hay más de 40 ADC en desarrollo clínico para el cáncer de ovario, lo que indica un fuerte interés en este enfoque terapéutico.

    Entre los fármacos más destacados en investigación se encuentran:

    - Luveltamab tazevibulina y farletuzumab ecteribulina, que se dirigen a FR alfa.

    - Trastuzumab deruxtecan, que reconoce HER2, una diana presente en aproximadamente el 35% de los tumores serosos de alto grado.

    Fuente consultada aquí

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