Exitoso conversatorio sobre EII reúne a pacientes y estudiantes de la Escuela de Medicina

La investigación en enfermedades inflamatorias del intestino (EII) es fundamental, pues busca no solo entender mejor los mecanismos subyacentes que causan la enfermedad, sino también desarrollar tratamientos más efectivos y personalizados para los pacientes.

Katherine Ardila

    Exitoso conversatorio sobre EII reúne a pacientes y estudiantes de la Escuela de Medicina

    El Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM), organizó recientemente un conversatorio con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Inflamatorias del Intestino. Liderado por la Dra. Esther Torres, profesora de la Escuela de Medicina, este evento contó con la participación de estudiantes de medicina quienes a su vez, relataron su experiencia como pacientes de enfermedades inflamatorias del intestino.

    Las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, son trastornos complejos caracterizados por una inflamación persistente del tracto gastrointestinal. " Estas condiciones tienen una base de predisposición genética; esto no es de enfermedades hereditarias. A veces varían los genes  y predisponen a una respuesta inapropiada del sistema inmune.  Hasta la fecha, se han descrito 240 variantes genéticas asociadas con estas enfermedades" explica la Dra.Esther. 

    ¿El microbioma intestinal al no estar balanceado, puede no estimular de manera correcta el sistema inmune?

    El microbioma intestinal está compuesto por billones de bacterias y otros microorganismos que residen en nuestro tracto digestivo. Estos microorganismos juegan roles críticos en la digestión, la producción de nutrientes, la protección contra patógenos y la regulación del sistema inmunológico.

    En personas con enfermedades inflamatorias del intestino (EII), como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, el microbioma suele estar desequilibrado, un estado conocido como disbiosis. Este desbalance en el microbioma implica una reducción en la diversidad y cantidad de bacterias beneficiosas, junto con un aumento en bacterias potencialmente dañinas. Asimismo, "no solo no podrá defenderse de las bacterias, sino que no estimula apropiadamente el sistema inmune." explicó la especialista. 

    Un punto crucial abordado en el conversatorio fue el impacto de los factores ambientales, en este caso, el uso de antibióticos durante la infancia, la Dra. Esther argumenta que " Los antibióticos afectan el microbioma. Los niños que  han recibido antibióticos durante la niñez, están propensos a desarrollar esta enfermedad." Esta interacción entre predisposición genética, factores ambientales y la salud del microbioma es central en la comprensión y el manejo de las enfermedades inflamatorias del intestino.

    Puedes ver el programa completo aquí. 



    Nuevos estudios que se llevan a cabo para las enfermedades inflamatorias del intestino

    La investigación en enfermedades inflamatorias del intestino (EII) es fundamental para avanzar en el entendimiento y tratamiento de estas condiciones complejas y debilitantes. A través de la investigación, se busca no solo entender mejor los mecanismos subyacentes que causan la enfermedad, sino también desarrollar tratamientos más efectivos y personalizados para los pacientes.

    "La esperanza es que la investigación nos ayude a identificar factores específicos en pacientes específicos y modular la enfermedad a través de otras intervenciones que no sean necesariamente los medicamentos que usamos hoy en día". Comentó la Dra.Esther.

    "Incluso párate del sueño es que algún día podamos prevenir y decir ´esta persona con este perfil genético, con este microbioma que tiene, está predispuesto a desarrollar esta condición´."

    Estudiantes del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, relatan sus experiencias como pacientes de enfermedades inflamatorias del intestino.

    Entre los participantes, Daniel Pérez Cordero y Angélica Quiñones contaron sus experiencias de como es el día a día viviendo con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, respectivamente. Además, Jesús Rivera Román, estudiante de medicina y también paciente, ofreció una perspectiva única sobre cómo el estrés puede exacerbar los síntomas de estas enfermedades.

    Daniel Pérez Cordero, quien fue diagnosticado con la enfermedad de Crohn en 2021, compartió su experiencia durante el conversatorio, ofreciendo una visión esperanzadora y práctica de cómo maneja su condición. A pesar de describir su caso como más leve, Daniel reiteró la importancia de aprender a vivir con la enfermedad y hacer ajustes conscientes en su vida diaria, especialmente en su dieta.

    "Desde que me diagnosticaron, he aprendido a sobrellevar la enfermedad. Uno aprende a identificar qué cosas debe evitar, especialmente con la comida." explicó Daniel.

    Su diagnóstico llegó después de experimentar síntomas significativos que lo llevaron a consultar a un gastroenterólogo. "Cuando tenía los síntomas, fui a un gastroenterólogo. Me realizaron todos los estudios necesarios, como una colonoscopía y una endoscopía, y comenzaron el tratamiento rápido", señaló.

    Daniel también mencionó la importancia de las opiniones médicas y cómo decidió buscar una segunda opinión para confirmar su diagnóstico: "Busqué una segunda opinión, me diagnosticaron oficialmente cuando tenía 20 años" dijo. "Como pacientes, sabemos que hay personas que pueden aguantar más el dolor o disimularlo mejor, pero el dolor es algo que solo uno puede catalogar".

    La adaptación es necesaria para manejar estas enfermedades.

    Asimismo, Angélica Quiñones abordó su lucha con la colitis ulcerosa durante el conversatorio, detallando su experiencia desde el diagnóstico hasta cómo maneja su condición actualmente. Diagnosticada en julio del año pasado, Angélica enfrentó numerosos desafíos médicos y personales debido a su enfermedad.

    "Comencé a tener síntomas como sangrado y mucho dolor en el estómago, y no podía comer porque todo me caía mal", relató Angélica. Inicialmente, su visita al gastroenterólogo no proporcionó respuestas claras, lo que llevó a una continua búsqueda de un diagnóstico correcto. "Fui al gastroenterólogo y no dieron con el diagnóstico. Luego, mi médico primario me hizo una placa y se dieron cuenta de que tenía el intestino inflamado", explicó.

    La situación de Angélica se estabilizó cuando finalmente se realizó una colonoscopia. "Luego de la colonoscopia, me dieron medicamentos y se fueron todos los síntomas y pude seguir con mi segundo año de medicina normal", compartió.

    Sin embargo, Angélica visitó otro centro médico donde le realizaron otra colonoscopia y le diagnosticaron colitis de moderada a severa. "Los esteroides no me estaban haciendo efecto, y no podía dormir", dijo.

    Angélica destacó que los medicamentos que le recetaron están diseñados para modular la actividad del sistema inmune, un enfoque crucial para manejar su condición. 

    Un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

    Jesús Rivera Román, desde una temprana edad, ha enfrentado los desafíos de vivir con una enfermedad inflamatoria del intestino. "Desde los 14 años, en noveno grado, me salieron unas ronchas dolorosas en la parte de abajo, fue uno de los peores dolores que he experimentado en mi vida", contó Jesús. Tras ignorar inicialmente los síntomas, la situación se agravó rápidamente, lo que llevó a una intervención quirúrgica urgente. "Esa área se inflamó bastante y me dolió muchísimo... Tenían que quitarme ese absceso. Era como un granito y dolía un montón; no podía hacer mis necesidades, caminar, orinar, ni defecar".

    El dolor era tan intenso que Jesús llegó a desmayarse en una ocasión cuando intentaba orinar. Su tratamiento empezó en diciembre, a cargo de un gastroenterólogo que había dado una conferencia sobre obesidad en su primer año de medicina. "Me trataron con medicamentos, tomando entre 10 a 12 pastillas diarias. Sentía dolor de barriga todos los días, constantemente, y cada ocho días iba a que me inyectaran un suero", explicó Jesús.

    Durante diez años, Jesús estuvo bajo medicación, lidiando no solo con los síntomas físicos sino también con el cansancio extremo. "Todo lo que era de diciembre a mayo, el Crohn se me activaba con dolores y malestar." comentó. Muchos de esos meses de diciembre se tuvo que someter a una colonoscopia, y es precisamente por la cantidad de estrés que estos meses implican, ya que son los periodos de semifinales en medicina, el estrés puede siempre activar este tipo de enfermedades inflamatorias.



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