Endocrinóloga explica los síntomas, diagnóstico y tratamiento de una de las enfermedades endocrinas más comunes, que afecta principalmente a mujeres.
La glándula tiroides, ese pequeño órgano con forma de mariposa ubicado en el cuello, tiene una responsabilidad enorme: controlar el metabolismo, el sistema nervioso central, el cardiovascular y hasta el intestinal.
Pero cuando esta glándula deja de producir suficiente hormona tiroidea, el cuerpo entero lo presiente. A esta condición se le conoce como hipotiroidismo, y según explica la Dra. Zahira Lugo, endocrinóloga especialista en obesidad, en entrevista exclusiva de la revista Medicina y Salud Pública "es lo que conocemos que la glándula está vaga".
El hipotiroidismo se presenta en dos formas: el franco y el subclínico. El primero tiene una prevalencia de entre 1.1% y 2% de la población, mientras que el segundo puede afectar entre 4% y 10% de las personas.
"Es mucho más común en las mujeres", señala la Dra. Lugo, quien advierte que muchos síntomas se confunden especialmente cuando las pacientes atraviesan la menopausia.
La causa más frecuente de esta condición es la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico desarrolla anticuerpos que atacan la propia glándula tiroides. Sin embargo, la especialista aclara un punto importante: "El Hashimoto, si los laboratorios están normales, no causa síntomas y no se trata".
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Los signos del hipotiroidismo franco son variados y pueden presentarse todos a la vez o solo algunos de ellos.
"Pueden presentar cambios en la piel, cambios en el pelo, en las uñas, pueden tener intolerancia al frío, estreñimiento, pueden tener el cambio de la parte de las menstruaciones en la fémina, infertilidad, entre muchísimos otros síntomas", enumera la Dra. Lugo.
Un aspecto que la endocrinóloga enfatiza es el del peso: "Esta parte del peso es técnicamente alrededor de 5 a 10 libras y es por retención de líquidos". El cansancio y el aumento de peso son los motivos más comunes por los que los pacientes acuden a consulta, aunque estos síntomas deben venir acompañados de laboratorios alterados para confirmar el diagnóstico.
"El TSH va a ser nuestro laboratorio por excelencia", afirma la Dra. Lugo al explicar el proceso diagnóstico. Este análisis de sangre se complementa con la medición de T4 libre para establecer si existe hipotiroidismo franco, caracterizado por un TSH elevado con un T4 disminuido.
Sin embargo, la doctora hace una advertencia crucial: "No todo TSH elevado se trata, es bien importante poder interpretar esos TSH". Factores como la obesidad, la edad mayor de 70 años o el uso de ciertos medicamentos pueden elevar el TSH sin que esto signifique necesariamente hipotiroidismo que requiera tratamiento.
A pesar de los años transcurridos y diversos estudios, "la hormona T4 sigue siendo por excelencia el tratamiento indicado para lo que viene siendo el tratamiento de hipotiroidismo", explica la especialista.
Aunque existe la opción de combinar T4 con T3, los estudios no han demostrado superioridad en esta combinación. "La conclusión de todos los estudios es que no ha sido superior el tratar los pacientes con los hormonados de T4 más con los hormonados de T3", señala la Dra. Lugo, quien añade que se guían por las recomendaciones de la American Thyroid Association.
La adherencia al tratamiento es fundamental. "El medicamento se tome en ayunas, solamente con agua, que se debe esperar media hora a una hora luego de tomarse el medicamento para poder ingerir cualquier tipo de alimento", indica la doctora. Además, multivitaminas con calcio, hierro o antiácidos deben tomarse cuatro horas después del medicamento tiroideo para evitar problemas de absorción.
Un fenómeno común en la consulta son los pacientes con laboratorios normales que siguen reportando síntomas. "Si esos laboratorios están dentro de los parámetros normales, los síntomas que pueda estar presentando el paciente no tienen nada que ver con lo que es la glándula de tiroides", aclara la endocrinóloga.
En estos casos, el enfoque cambia radicalmente. "Vamos a la base, vamos a cómo estamos comiendo, nos estamos viendo con nutricionistas, estamos haciendo ejercicio, estamos durmiendo bien, cómo estamos manejando ese estrés, todas estas cosas son multifactoriales y siempre la contestación está ahí", explica la Dra. Lugo.
La alimentación, el ejercicio, el sueño y la hidratación adecuada son factores que la especialista considera fundamentales para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
"Si nosotros tenemos un control de todo esto, la parte del hipotiroidismo va a tener una mejor calidad de vida todavía", concluye la doctora, recordando que el control hormonal es solo una parte de un abordaje integral que debe incluir cambios en el estilo de vida y monitoreo médico periódico.