Un estudio de 2019 reveló que Puerto Rico es el tercer país con más casos de cáncer de tiroides del mundo. Ahora, se ha podido establecer la relación entre la diabetes y la tiroides para tomar medidas ante la alta incidencia.
En el marco del foro Puerto Rico: alianza en control de la diabetes, la Dra. Leticia Hernández, endocrinóloga y presidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología Diabetología, habló con la Revista de Medicina y Salud Pública sobre la relación que existe entre la diabetes y la tiroides.
Diferentes estudios han revelado que la diabetes tipo 1 y la tiroides están fuertemente ligadas, debido a que son condiciones autoinmunes. Dando como resultado hipotiroidismo e hipertiroidismo: “cuando detectamos una condición autoinmune, puede ser que tengamos anticuerpos para múltiples condiciones autoinmunes”, asegura la doctora Hernández.
En marzo del presente año, la Dra. Hernández reveló que, según un estudio, Puerto Rico es el tercer país con más casos de cáncer de tiroides en el mundo. Basados en la data, 40 por cada 100,000 entre las mujeres puertorriqueñas frente a 19.4 por 100,000 en los Estados Unidos.
Ahora bien, esto muestra una alta incidencia, lo cual remite a las autoridades a generar programas de prevención y capacitación de la población, así como el generar conciencia sobre la situación.
Tiroides y Diabetes
La glándula tiroidea es un órgano que se encuentra en la base del cuello y produce hormonas que ayudan a controlar el ritmo cardíaco, la presión de la sangre, la temperatura del cuerpo, el sistema reproductivo, el metabolismo de grasas y otros aspectos metabólicos.
Frente a este escenario, la Dra. Hernández asegura que desde hace mucho se conoce de una relación entre la tiroides y la diabetes tipo 1, ya que ambas son condiciones autoinmunes. “Sabemos que los pacientes que viven con diabetes tipo 1, tienen una probabilidad mayor de desarrollar tanto hipotiroidismo como hipertiroidismo”, asegura la endocrinóloga.
Ahora, frente a la relación con la diabetes tipo 2, Hernández asegura que puede existir “tanto en términos de desarrollo, como en términos de control”, dice. Agrega que los pacientes que tienen diabetes tipo 2, tienden a desarrollar hipotiroidismo.
Diabetes: hipotiroidismo e hipertiroidismo
Es importante aclarar lo que diferencia la una de la otra. Para empezar, las complicaciones de esta glándula se dan cuando la tiroides (glándula) no produce cantidades adecuadas de hormonas (hipotiroidismo), o cuando las produce en exceso (hipertiroidismo). A lo largo de la lucha que ha dado la ciencia, se ha podido establecer que la diabetes se caracteriza por las deficiencias en la producción de insulina, y frente a estas alteraciones de la tiroides, el riesgo aumenta.
“En términos de control, sabemos que el hipertiroidismo va a acelerar el metabolismo y parte de este es el metabolismo de insulina. Esto puede significar que tengamos que optimizar el tratamiento de insulina de un paciente que tiene hipertiroidismo”, asegura.
Por otra parte, “en el caso de hipotiroidismo, esa depuración de insulina se retrasa, y en este caso tenemos mayor riesgo de hipoglucemia”, dice Hernández.
Hipotiroidismo, relación bidireccional
“Esta relación es bidireccional, y se estima que personas con diabetes tipo 2, tienen mayor riesgo de desarrollar hipotiroidismo porque, se entiende que hay una disregulación de lo que es la reacción de la pituitaria, a la estimulación por parte del hipotálamo. El hipotálamo libera TRH que se supone que estimula a la pituitaria para liberar el TSH, y esa desregulación hace que tengamos que elevar ese nivel de TSH, para tener una respuesta adecuada que eventualmente puede causar hipotiroidismo también”, aclara.
Estos pacientes diabéticos que desarrollan hipotiroidismo tienden a tener aumento de peso, así como resistencia a la insulina: “varios estudios de metaanálisis han encontrado que pacientes con riesgo de diabetes, cuando tienen niveles más elevados de TSH, desde los rangos normales altos, hasta elevaciones francas de TSH el riesgo puede aumentar un 17 %, por encima de pacientes que tienen unos niveles normales de TSH”, explica.
Además, explica la Dra Hernández que en los pacientes con diabetes que desarrollan hipotiroidismo: “la glándula tiroide libera mayormente la hormona T4, el 80 % de esta producción la hace la glándula tiroides, y es en los tejidos blancos que esta hormona se cambia a la hormona activa, que es la hormona T3, a través de unas deiodinasas, las cuales pueden tener un funcionamiento menor que disminuya esa conversión de T4 a T3, que podría incidir en el desarrollo de hipotiroidismo”, aclara.
¿Esto quiere decir que el especialista debe hacer pruebas o hacer cernimiento de laboratorios para todas las personas que tienen diabetes?
“No. Esto significa que tengo que hacer una evaluación clínica que incluya un historial de síntomas, que nos puede decir que tengo una condición de tiroide y una exploración física", dice Hernández.
Alerta temprana
Estas son condiciones que están interrelacionadas, hay que estar atentos tanto de las complicaciones de la tiroides, como de la diabetes de manera recíproca: “si tenemos diabetes, tenemos que estar pendientes del desarrollo de hipotiroidismo, de síntomas que nos puedan dar la clave que nuestros pacientes lo estén desarrollando; igualmente tenemos que estar pendientes del desarrollo de diabetes”, asegura.
“Algo bien importante es que cuando los niveles de TSH se elevan, nosotros tenemos que considerar causas fisiológicas para dicha elevación. Según la edad van a aumentar los niveles de TSH y van a seguir aumentando; los aumentos de peso producen un aumento de TSH. Esto nos remite a evaluar si estamos tratando un hipotiroidismo subclínico, donde tenemos unos niveles de hormonas T4 y T3 que son normales, o si tenemos un hipotiroidismo franco”, afirma.
Sintomatología
Los pacientes que tienen estas condiciones experimentan cambios de: “regulación de temperatura (intolerancia al frío o al calor), un aumento moderado de peso; una acumulación de fluidos (edema), particularmente a nivel del rostro; en el tránsito intestinal, evacuaciones menos frecuentes o estreñimiento, con lo cual se podría indicar que tenemos un caso de hipotiroidismo”, revela.
En el caso de hipertiroidismo los cambios que presenta el paciente se asocian con “el tránsito intestinal, evacuaciones más frecuentes”, asegura.
“Tengo que tener un historial, una exploración física que vaya con ese diagnóstico diferencial de una posibilidad de una condición de tiroides a la hora de determinar si voy a realizar pruebas de evaluación en estos pacientes. Estas son situaciones que se tienen que seguir estudiando”, concluye la Dra. Hernández.
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