Comer papas fritas tres veces por semana aumenta 20% el riesgo de diabetes tipo 2: estudio

El estudio demuestra que el método de cocción es clave: hornear o hervir papas no presenta riesgos significativos.

Laura Guio

    Comer papas fritas tres veces por semana aumenta 20% el riesgo de diabetes tipo 2: estudio

    Una nueva investigación publicada en el British Medical Journal ha encendido las alarmas sobre el consumo frecuente de papas fritas y su relación directa con el desarrollo de diabetes tipo 2. 

    El estudio, liderado por especialistas de la Universidad de Harvard, analizó los hábitos alimentarios de más de 205.000 profesionales de la salud estadounidenses durante casi cuatro décadas y arribó a conclusiones que podrían cambiar la forma en que vemos este popular alimento.

    Los resultados son contundentes: consumir papas fritas tres veces por semana incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 20%, cifra que se eleva dramáticamente al 27% en personas que las ingieren hasta cinco veces por semana.

    Sin embargo, la investigación también revela una distinción crucial que podría tranquilizar a los amantes de las papas: no todas las formas de preparación presentan el mismo peligro.

    El método de cocción marca la diferencia

    Contrario a lo que muchos podrían pensar, las papas en sí mismas no representan una amenaza para la salud. 

    El verdadero problema radica en cómo las preparamos. Según el estudio, hornear, hervir o preparar puré de papas no mostró un aumento estadísticamente significativo en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

    La fritura en aceite fue identificada como la modalidad claramente asociada al mayor incremento del riesgo, en comparación con métodos de cocción que aportan pocas grasas

    Esta diferencia se atribuye a la mayor densidad calórica de las papas fritas, su elevado contenido de grasas y la frecuente adición de sal, factores que favorecen el aumento de peso y las alteraciones metabólicas.

    Posibles reemplazos y soluciones

    Los investigadores no se limitaron a identificar el problema, sino que propusieron soluciones concretas. El análisis detallado demuestra que reemplazar las papas fritas por cereales integrales puede reducir significativamente el riesgo de diabetes tipo 2.

    La sustitución por granos integrales disminuye la probabilidad de padecer la enfermedad en un 8% en términos generales, mientras que el reemplazo específico de papas fritas por cereales integrales alcanza una reducción del 19% en el riesgo.

    Limitaciones y contexto del estudio

    Los propios autores de la investigación reconocen que los resultados son de naturaleza observacional, lo que significa que se han encontrado asociaciones estadísticas, pero no una comprobación irrefutable de una relación de causa y efecto directa entre el consumo frecuente de papas fritas y el desarrollo de diabetes tipo 2.

    Esta distinción es importante porque subraya la necesidad de observar los datos en el contexto de la totalidad de la dieta y los hábitos de vida de cada persona. 

    El estudio abarcó datos recogidos en encuestas alimentarias actualizadas cada cuatro años entre 1984 y 2021, proporcionando una base sólida para el análisis longitudinal.


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