Experta revela el impacto físico y emocional de esta condición que afecta a pacientes de todas las edades y sus familias.
La dermatitis atópica es mucho más que una simple afección cutánea. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que impacta profundamente la calidad de vida de quienes la padecen, afectando no solo su bienestar físico sino también su salud mental y relaciones familiares.
Así lo explica la doctora Eneida de la Torre, dermatóloga especialista en el tema, en una entrevista exclusiva de la revista Medicina y Salud Pública.
La dermatitis atópica se caracteriza por ser una de las condiciones más comunes de la piel. "Es una condición crónica. Crónica lo que significa es que una vez el paciente la tiene, pues realmente la tiene a través de su vida", explica la doctora De la Torre.
La especialista detalla que esta enfermedad tiene tanto componentes hereditarios como ambientales: "Todo empieza por una afección que sabemos que es hereditaria y ambiental. Sabemos que el paciente ya tiene una predisposición genética y factores ambientales hacen que la piel pierda esa habilidad de humectar".
Uno de los aspectos más preocupantes de esta condición es su carácter estigmatizante. "Es una condición que muchas veces puede ser estigmatizante. El ver un paciente con lesiones en la piel puede llevar a que alguien lo vea y diga qué tiene, que pueden en la escuela, por ejemplo, un niño rechazarlo", señala la dermatóloga.
El impacto se extiende más allá del paciente. "No importa la etapa de la vida, sabemos que es una condición que va a afectar no solo al paciente, sino a su entorno, a toda la familia", advierte la especialista, quien describe situaciones donde adultos manchan las sábanas con sangre durante la noche debido al rascado constante.
La dermatitis atópica también genera importantes trastornos del sueño y problemas psicológicos. "Un niño que no pueda descansar bien, un niño que no va a tener la misma habilidad en la mañana, en la escuela, concentrarse, hacer buen trabajo", explica la doctora.
En cuanto a la salud mental, De la Torre es clara: "Se saben que están más asociadas con condiciones como ansiedad y depresión, especialmente depresión, porque el paciente se aísla buscando refugiarse en sí mismo para que nadie lo vea".
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Afortunadamente, la ciencia ha avanzado significativamente en el tratamiento de esta condición. "Estamos en una etapa de la dermatología de la ciencia donde ya los avances han llevado a trabajar específicamente con esas interluquinas", indica la especialista.
Los nuevos tratamientos incluyen medicamentos biológicos y los llamados inhibidores de JAK. "Se han desarrollado medicamentos que van a atacar eso específicamente. Entre ellos, como te dije, están los biológicos, que hay medicamentos recientemente, además de que ya teníamos uno en el mercado, que es Dupixent", detalla la doctora.
La doctora De la Torre enfatiza la necesidad de un tratamiento integral: "Siempre es importante tener un equipo de trabajo para pacientes de dermatitis atópica, especialmente si vemos que el paciente está teniendo su afectación y está afectando su calidad de vida".
Este enfoque puede incluir dermatólogos, psicólogos, nutricionistas y alergistas trabajando en conjunto para brindar la mejor atención posible.
Para aquellos pacientes que sienten haber agotado todas las opciones, la especialista es contundente: "Lo primero que yo le digo al paciente es que no se den por vencido. No se den por vencido. La dermatitis atópica es una condición que tiene tratamiento".
La doctora también explica la importancia de la educación del paciente: "Para nosotros es bien importante el conocimiento, el educar al paciente, porque es un paciente que está bien educado, es un paciente que va a tener mejores resultados".
Finalmente, hace un llamado a la paciencia en el proceso terapéutico, recordando que muchas veces es necesario seguir protocolos específicos para acceder a tratamientos más avanzados a través de los planes médicos.
La dermatitis atópica representa un desafío médico y social importante, pero con los avances actuales en el tratamiento y un enfoque integral, los pacientes pueden aspirar a una mejor calidad de vida y control de su condición.