Se debe mantener un alto índice de sospecha ante síntomas respiratorios persistentes, especialmente tos que perdura por más de tres semanas.
El paciente, un hombre de 45 años con antecedentes significativos de tabaquismo de un paquete diario durante 10 años, diabetes tipo 2, obesidad con índice de masa corporal de 33 e hipertensión, acudió al departamento de emergencias por tos persistente de 3 semanas de evolución. El paciente había recibido tratamiento empírico con levofloxacina durante una semana sin mejoría clínica.
La sintomatología se caracterizaba por tos con expectoración ocasional pero sin hemoptisis, acompañada de disnea de esfuerzo leve y episodios febriles intermitentes.
Llamativamente, el paciente negaba la presencia de sudores nocturnos, pérdida de peso o edema de extremidades inferiores, síntomas clásicamente asociados con tuberculosis avanzada.
El contexto ocupacional del paciente resultó particularmente relevante. Trabajaba como camionero realizando rutas entre California, Texas y Colorado durante los últimos 6 meses, con pernoctación frecuente en moteles y albergues.
Esta exposición a ambientes de hacinamiento y condiciones variables de higiene constituía un factor de riesgo significativo para la exposición a tuberculosis. El paciente negaba contactos con enfermos conocidos y se encontraba al día con sus vacunaciones.
Una semana previa había consultado en urgencias con sintomatología similar, donde se realizaron pruebas que resultaron negativas para COVID-19, influenza y virus respiratorio sincitial. En esa ocasión fue dado de alta con antibioterapia empírica, pero sin mejoría posterior.
El paciente se presentaba estable hemodinámicamente, alerta y orientado, sin signos de distress respiratorio agudo.
Los signos vitales revelaban temperatura de 99.5°F, frecuencia respiratoria de 22 por minuto, saturación de oxígeno del 95% respirando aire ambiente, frecuencia cardíaca de 95 latidos por minuto y presión arterial de 132/75 mmHg.
El examen físico mostró hallazgos focales en el sistema respiratorio, específicamente rhonchi leves en el campo pulmonar inferior derecho. El resto de la exploración, incluyendo examen neurológico, cardiovascular y abdominal, no mostró alteraciones significativas. No se encontraron adenopatías palpables ni signos de edema periférico.
Los estudios de laboratorio mostraron hemograma y panel metabólico normales, pero con elevación significativa de proteína C reactiva a 10 mg/dL, indicando proceso inflamatorio activo.
La radiografía de tórax reveló consolidación del lóbulo inferior derecho, contrastando dramáticamente con la radiografía normal de una semana previa. Esta progresión radiológica rápida sin respuesta a levofloxacina elevó considerablemente la sospecha de tuberculosis.
Se implementaron inmediatamente medidas de aislamiento respiratorio en sala de presión negativa y se obtuvieron muestras de esputo para estudios microbiológicos especializados.
La prueba de amplificación de ácido nucleico resultó positiva para Mycobacterium tuberculosis con sensibilidad confirmada a rifampicina, estableciendo el diagnóstico definitivo de tuberculosis pulmonar primaria.
La confirmación diagnóstica llevó a la suspensión inmediata de levofloxacina para evitar resistencia, interconsultas con Infectología y Farmacia, y notificación obligatoria al Departamento de Salud para rastreo de contactos.
Dada la estabilidad clínica del paciente y la disponibilidad de vivienda segura, se optó por manejo ambulatorio con aislamiento domiciliario, seguimiento por telesalud en 24 horas e inicio de terapia antituberculosa estándar de cuatro fármacos por dos meses, seguido de terapia dual durante 4-7 meses adicionales.
Este caso, según los investigadores, Joel Hamm., et al, refleja una tendencia epidemiológica preocupante que ha emergido en Estados Unidos. Después de un descenso constante durante 25 años consecutivos, la incidencia de tuberculosis ha experimentado un aumento significativo desde la pandemia de COVID-19 en 2020.
Este incremento ha sido particularmente notable en estados como California, Texas y Nueva York, precisamente las regiones por donde transitaba frecuentemente nuestro paciente en su trabajo como camionero.
En California específicamente, los casos de tuberculosis aumentaron un 15% entre 2022 y 2023, y brotes recientes como el ocurrido en Long Beach han generado mayor conciencia sobre la reemergencia de esta enfermedad que muchos consideraban del pasado.
Los determinantes sociales de la salud, incluyendo hacinamiento, inseguridad habitacional, condiciones insalubres y pobreza, continúan siendo factores precipitantes importantes.