La toxicidad farmacológica podría generar cambios en la estructura vascular, según estudio

Los descubrimientos científicos arrojan luz sobre los efectos adversos de los medicamentos angiogénicos en los vasos sanguíneos.

Agencia SINC

    La toxicidad farmacológica podría generar cambios en la estructura vascular, según estudio

    Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha publicado un estudio en Nature Cardiovascular Research, el cual revela que el efecto molecular y celular de ciertos medicamentos utilizados para regular la formación de nuevos vasos sanguíneos en enfermedades cardiovasculares y cáncer no es la causa de la toxicidad y fisiopatología vascular en algunos pacientes.

    Los hallazgos, resaltó Rui Benedito, director de la investigación, “no solo aumentan significativamente nuestra comprensión de la biología de los vasos sanguíneos, sino que ayudarán a la hora de seleccionar la forma más efectiva y segura de modular la angiogénesis en tejidos isquémicos o en el cáncer”.

    El rol del sistema vascular

    El sistema vascular desempeña un papel crucial al proporcionar oxígeno y nutrientes a todos los tejidos y órganos del cuerpo. No obstante, no se limita a ser un conducto de flujo sanguíneo, sino que también contribuye activamente a la fisiología, además, la homeostasis de los tejidos y órganos a lo largo de la vida. 

    Aunque la mayoría de los vasos sanguíneos se encuentran en un estado inactivo, expresan numerosos genes, incluyendo aquellos de la vía genética mediada por los ligandos Delta y los receptores Notch, para mantener esta condición.

    Fármacos angiogénicos

    Ahora bien, en los últimos años, se han desarrollado diversos compuestos farmacológicos con el objetivo de bloquear o inducir la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) en enfermedades cardiovasculares y cáncer

    Entre estos compuestos se encuentran aquellos que inhiben diferentes componentes de la vía de señalización de Delta-Notch, una vía crucial no solo para la angiogénesis, sino también para mantener nuestros vasos sanguíneos en un estado inactivo.

    Asimismo, se ha demostrado que estos compuestos tienen una eficaz capacidad para bloquear el crecimiento tumoral al intervenir en el proceso de angiogénesis. Además, se ha comprobado su capacidad para inducir la angiogénesis en tejidos isquémicos, lo que contribuye a mejorar la regeneración y la función del tejido afectado.

    Toxicidad farmacológica

    No obstante, estos compuestos farmacológicos también generan toxicidad vascular en órganos no afectados por enfermedades previas, como el hígado o el corazón, lo cual ha reducido el interés clínico en su uso.

    Hasta ahora, se creía que esta toxicidad se debía a la activación de genes que promueven la angiogénesis y pueden ocasionar la formación de neoplasmas o tumores en los vasos sanguíneos.

    “El estudio muestra por primera vez que la expresión de genes implicados en la angiogénesis y los neoplasmas detectados no es lo que causa los problemas vasculares y patologías que pueden surgir tras el tratamiento”, afirmó Rui Benedito.

    Cambios en la arquitectura vascular

    Mediante el uso de modelos genéticos avanzados en ratones, microscopía confocal de alta resolución, técnicas de secuenciación de células individuales y proteómica, el equipo liderado por Rui Benedito ha revelado que la toxicidad vascular causada por estos compuestos farmacológicos se debe a alteraciones en la arquitectura vascular, lo cual afecta el flujo sanguíneo adecuado.

    Es decir, los investigadores han demostrado que estos cambios en la arquitectura vascular ocurren incluso cuando se bloquea la activación celular y la expresión de genes relacionados con la angiogénesis, “aunque los neoplasmas y la expresión de genes relacionados con la angiogénesis están asociados al cambio en la arquitectura vascular, no son la causa de ese cambio”, explicó Rui Benedito.

    Se han encontrado nuevas formas de controlar la angiogénesis patológica

    Según la investigadora Macarena Fernández Chacón, autora principal del estudio, se han descubierto nuevas formas de controlar la angiogénesis patológica sin afectar significativamente la arquitectura vascular de otros órganos, lo que evita la aparición de toxicidad. Esto se logró mediante el análisis de diversos genes y compuestos farmacológicos dirigidos a los vasos sanguíneos.

     

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