La cardióloga pediátrica Liana Negrón García advierte sobre el incremento alarmante de casos de presión alta en la población infantil y subraya que la prevención comienza en casa con cambios sustanciales en el estilo de vida de toda la familia

La hipertensión arterial en niños ha experimentado un aumento preocupante en los últimos años, impulsado principalmente por cambios en los hábitos de vida de las familias modernas.
Así lo advierte la doctora Lianela Negrón García, cardióloga pediátrica y fellow de la Asociación Americana de Pediatría, en una conversación exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública, quien señala que el sedentarismo, la mala alimentación y el incremento en las tasas de obesidad infantil son los principales responsables de esta tendencia.
Según la especialista, los factores más determinantes en el desarrollo de hipertensión arterial infantil son precisamente aquellos que las familias pueden controlar.
Una dieta alta en grasas saturadas, azúcar y sal, combinada con un estilo de vida sedentario y la falta de ejercicio regular, predispone a los niños a desarrollar obesidad e hipertensión arterial.
"Hemos cambiado nuestros patrones de vida, somos un poquito más sedentarios, estamos haciendo menos ejercicio, por lo menos nuestros niños están haciendo menos ejercicio, las dietas han cambiado, las tasas de obesidad han aumentado", explicó la doctora Negrón García.
Para prevenir la hipertensión arterial en niños, la doctora Negrón García recomienda implementar una dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), un plan alimenticio que ha demostrado científicamente su efectividad para controlar y prevenir la presión alta.
"Lo más importante para todas las familias es tener una dieta balanceada, alta en fibras, o sea, mucha fruta, vegetales, que los granos sean enteros, bajos en grasas, bajos en grasas saturadas específicamente, baja en azúcar, baja en sal", detalló la cardióloga.
En términos prácticos, esto significa:
Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas a diario
Preferir granos integrales sobre refinados
Elegir proteínas magras como pescado, pollo sin piel y legumbres
Reducir drásticamente el consumo de alimentos procesados y comida rápida
Limitar las bebidas azucaradas y jugos industriales
Controlar el consumo de sal, evitando agregar sal adicional a las comidas
En cuanto al ejercicio, la recomendación de la especialista es clara y específica: "Asegúrense que sus hijos están saliendo de la casa, por lo menos una vez al día, que tengan una hora fuera corriendo haciendo ejercicio", señaló, enfatizando que esta actividad debe ser de intensidad moderada a vigorosa.
Esto no significa necesariamente inscribir a los niños en deportes organizados o gimnasios, aunque estas son opciones válidas. Jugar en el parque, andar en bicicleta, nadar, bailar, o simplemente correr y jugar activamente al aire libre son actividades igualmente beneficiosas y, en muchos casos, más sostenibles a largo plazo.
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Para niños completamente saludables sin condiciones preexistentes, la primera medición de presión arterial debe realizarse a los tres años de edad y luego continuar anualmente.
Sin embargo, para niños con factores de riesgo, el protocolo es diferente. "Si ese paciente es un paciente que fue prematuro, tiene condiciones cardíacas, tiene condiciones de los riñones, pues tú puedes empezar a tomar esas presiones anterior a eso, antes de los tres años", añadió, recomendando que estos pacientes de alto riesgo sean evaluados en cada visita al pediatra.
Esta diferenciación es crucial porque permite identificar problemas potenciales antes de que se conviertan en condiciones crónicas que requieran tratamiento farmacológico.
Confirmar el diagnóstico de hipertensión en pacientes pediátricos representa un reto particular. Existen problemas con la técnica de medición en niños, quienes no permanecen quietos, y múltiples factores pueden elevar falsamente la presión sin que exista un diagnóstico real.
Una vez confirmado el diagnóstico, es crucial determinar si se trata de hipertensión primaria (sin causa identificable) o secundaria (con una razón específica como hipertiroidismo). En casos de hipertensión primaria asociada a obesidad y sedentarismo, la primera línea de intervención son precisamente los cambios en el estilo de vida.
La doctora Negrón García subraya que la prevención debe ser un esfuerzo conjunto: "Lo que tienes que enfatizar o promover es un hogar con hábitos sanos. Si en tu casa hacen comidas saludables, lo hacen como familia, hacen actividad física como familia, todas esas cosas van a ayudar a que se integren esos comportamientos como comportamientos completamente normales".
Estos hábitos familiares saludables no solo previenen la hipertensión, sino que establecen las bases para una vida adulta más sana, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo.