La grasa intermuscular está vinculada con un aumento en la inflamación del cuerpo, lo que a su vez puede dañar los vasos sanguíneos, incluidos los que irrigan el corazón.
Un estudio de la Universidad de Harvard, dirigido por la profesora Viviany Taqueti y publicado en el European Heart Journal, ha puesto en evidencia los peligros de la grasa intermuscular, un tipo de grasa que se acumula entre las fibras musculares y que no es visible a simple vista.
A pesar de que comúnmente se asocia el riesgo cardiovascular con el sobrepeso y la obesidad, esta grasa afecta también a personas de peso normal.
Según los hallazgos, por cada aumento porcentual en la grasa muscular, el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas crece un 7%.
El envejecimiento y la acumulación de grasa muscular
Otro factor preocupante es el envejecimiento. A medida que las personas se hacen mayores, la masa muscular tiende a disminuir, mientras que los depósitos de grasa dentro de los músculos aumentan.
A partir de los 40 años, la pérdida de masa muscular puede ser de entre el 1% y el 3% por año, y la tasa se acelera aún más después de los 70 años.
Este proceso de envejecimiento no solo afecta la estética, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2.
Una condición que afecta tanto a personas delgadas como con sobrepeso
Aunque la grasa intermuscular está estrechamente vinculada con el sobrepeso, este problema no se limita a quienes tienen un exceso de peso.
Las personas con una apariencia delgada también pueden acumular grasa en sus músculos, lo que hace que la condición sea aún más difícil de identificar sin pruebas especializadas.
Afortunadamente, el ejercicio puede ser una herramienta poderosa en la lucha contra la grasa intermuscular.
Estudios han demostrado que entrenamientos que combinan ejercicios cardiovasculares, de fuerza y de flexibilidad son los más efectivos para combatir la infiltración de grasa en los músculos.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Utah han mostrado que realizar tres sesiones semanales de entrenamiento de resistencia durante tres meses puede reducir significativamente la grasa intermuscular, especialmente en personas mayores.
La importancia de la potencia muscular
El entrenamiento de potencia muscular es otro aspecto esencial para reducir la grasa intermuscular.
A diferencia del entrenamiento de fuerza tradicional, el entrenamiento de potencia combina fuerza y velocidad, lo que permite realizar movimientos explosivos y efectivos para prevenir caídas y mejorar la calidad de vida.
El Dr. Jason Moran, de la Universidad de Essex, recomienda actividades como saltos verticales, ejercicios rápidos con pesas y movimientos explosivos para mantener y mejorar la potencia muscular.
Estos ejercicios no solo ayudan a reducir la grasa intermuscular, sino que también tienen un impacto positivo en la longevidad y la funcionalidad muscular, especialmente en adultos mayores.
Los expertos sugieren que actividades como subir escaleras rápidamente, saltos en cuclillas y el uso de balones medicinales son excelentes para desarrollar la potencia muscular.
En cuanto al levantamiento de pesas, la clave está en realizar movimientos rápidos, con entre 6 y 8 repeticiones por serie, priorizando la velocidad sobre la carga.
Sumado a esto, el estudio de Harvard añade la importancia de una rutina que combine ejercicios cardiovasculares, de fuerza y de potencia para reducir la grasa intermuscular. Este enfoque no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también ayuda a preservar la funcionalidad muscular y la independencia en la vejez.
Según el profesor Claudio Gil Araújo, de la clínica Clinimex en Brasil, "las personas con mayor fuerza muscular tienden a vivir más tiempo y a enfrentar menos riesgos de muerte prematura".
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