Uróloga destacó cómo la urología reconstructiva devuelve funcionalidad, bienestar y plenitud a pacientes que enfrentan secuelas físicas tras superar el cáncer.

Superar el cáncer es solo una parte de la batalla. Una vez los pacientes alcanzan la etapa de supervivencia, muchos deben enfrentarse a consecuencias físicas y funcionales derivadas de los tratamientos. Radiaciones, cirugías o terapias oncológicas, aunque salvan vidas, pueden dejar secuelas que afectan la micción, la función sexual o la comodidad diaria.
En entrevista con la revista Medicina y Salud Pública, la Dra. Mariela Martínez, uróloga reconstructiva, explicó que su trabajo se enfoca en restituir la calidad de vida de quienes han vencido el cáncer, utilizando las herramientas más avanzadas de la urología moderna.
"Luego de pasar por un tratamiento de cáncer, no es suficiente con decir ´ya no tengo cáncer y voy a seguir con mi vida así como estoy´. Queremos devolverle a esa persona la mejor funcionalidad posible, la mejor calidad de vida, que puedan volver a tener una vida plena", expresó la especialista.
Uno de los grupos más afectados son los pacientes que han recibido tratamiento por cáncer de próstata, el tipo de cáncer más común entre los hombres en Puerto Rico y el Caribe.
"Usualmente los pacientes más comunes que vemos son aquellos tratados por cáncer de próstata, ya sea por radiación o por cirugía. Estos pueden desarrollar incontinencia urinaria, disfunción eréctil o estrecheces del tracto urinario", señaló Martínez.
Estas complicaciones, según la uróloga, pueden presentarse de manera transitoria o prolongarse en el tiempo, afectando la autoestima, la intimidad y la vida social del paciente.
"La gente se acostumbra a vivir con las consecuencias del cáncer, pero la realidad es que no tienen que continuar viviendo así. Si notan síntomas como pérdida de orina, dificultad para orinar o problemas de erección, deben buscar ayuda médica", insistió.
La urología reconstructiva es una subespecialidad que utiliza técnicas quirúrgicas para restaurar las funciones urinarias y sexuales mediante reconstrucciones anatómicas o la implantación de dispositivos médicos.
"Podemos utilizar tejido del mismo paciente, incluso de la mucosa oral, para reconstruir la uretra", explicó la doctora. "También trabajamos con prótesis urinarias y peneanas, que ayudan a recuperar la continencia y la función eréctil."
Además de los aspectos físicos, este campo también aborda el impacto emocional y psicológico del proceso, permitiendo a los pacientes recuperar confianza y reintegrarse plenamente a su vida cotidiana.
"Trabajamos desde el ámbito sexual y urinario, combinando técnicas para que el paciente pueda volver a sentirse bien consigo mismo", destacó Martínez.
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El momento ideal para acudir a un urólogo reconstructivo puede variar, pero Martínez recomienda hacerlo incluso antes de iniciar el tratamiento oncológico, como parte de una preparación integral.
"Hay pacientes que nos visitan antes de recibir su tratamiento, y eso es importante porque pueden tener una idea de las expectativas y las posibles consecuencias", explicó.
En cuanto al tiempo de espera después del tratamiento, la especialista sugiere observar la evolución de los síntomas:
"Si la incontinencia persiste por más de seis meses y a los 12 meses no ha mejorado, probablemente no lo hará por sí sola. Ese es un buen momento para buscar ayuda."
La orientación temprana también permite a los pacientes tomar decisiones informadas sobre las opciones de reconstrucción y planificar su recuperación de manera más segura y efectiva.
Más allá de la cirugía o la técnica, la Dra. Martínez insiste en que su labor está guiada por un principio fundamental: la esperanza.
"Eso es lo importante: que sepan que hay esperanza, que no tenemos que vivir así. Si ya se curaron del cáncer, lo próximo es continuar con su vida de la mejor manera posible", subrayó.
La especialista recordó que cada avance en la urología reconstructiva representa una oportunidad para que los pacientes recuperen no solo funciones físicas, sino también su identidad, su intimidad y su bienestar emocional.
"Nuestro objetivo es devolverle al paciente la persona que era antes de haber pasado por esa situación. Que se mire al espejo y vuelva a sentirse completo", concluyó.