54 personas son víctimas de violencia de género por cada cien mil habitantes en Puerto Rico, este dato es alarmante dado que la literatura médica señala que esto es una pandemia.
El Dr. José Rodríguez Orengo, director Ejecutivo del Puerto Rico Public Health Trust destacó el problema de salud pública en cuanto a la violencia de género registrado en el país, indicando que la misma afecta a un promedio de 54 personas por cada cien mil habitantes, aunque la cifra podría ser mayor debido a aquellos casos que nunca llegan a ser reportados ante las autoridades, aseguró.
Por tal razón también catalogó estos eventos como una epidemia, debido a que, “entre los 19 y 35 años, siempre hemos visto, en particular los hombres, que son los que están implicados en estos hechos”, aseguró.
Rodríguez Orengo señaló que estas cifras se comparan en otros lugares donde hay guerras, por ello insistió en la necesidad de educar y crear consciencia sobre este flagelo que afecta a la población femenina.
La Organización Mundial de la Salud define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
Educación en casa y salud mental
Puerto Rico ha atravesado por múltiples muertes violentas de mujeres asesinadas recientemente. Una fue hallada calcinada en el municipio de Cayey por su expareja y la otra fue muerta en estado de embarazo y hallada en la Laguna San José de San Juan por también quien fuera su pareja.
La psiquiatra Karen Martínez conversó con MSP acerca de este problema de salud pública que afecta al mundo entero, es por ello que aclaró que la mayoría de estos casos no tienen su base en problemas de salud mental, sino en creencias y crianza de los individuos.
La experta y catedrática del Recinto de Ciencias Médicas en Puerto Rico, Karen Martínez indicó que, aunque hay algunas condiciones de salud mental que se asocian al problema de la violencia contra la mujer, usualmente las personas agresoras no tienen ninguna condición mental que defina lo que hace.
“Sería fácil tener una explicación, pero esa no es la realidad, pudiesen estar asociados algunos factores de salud mental como el déficit de atención, uso de sustancias entre otros; pero la realidad es que las víctimas son quienes sí tienen secuelas en su salud mental a raíz de los abusos vividos”, indicó la Dra. Karen Martínez.
La razón, según la especialista, por la que una persona decide agredir a otra, puede ser causado por diversos factores sociales entre los que se destacan las creencias y la crianza.
“Los casos donde hay una consecuencia fatal y un acto violento en contra de la mujer, no es lo más común. Lo común es la manipulación y control de otra persona, en este caso mujer. Todo es violencia, entiéndase todo lo que es físico, psicológico o económico”, ratificó la psiquiatra.
La crianza del individuo
En el caso de violencia contra la mujer, aunque muchos se resistan a comprenderlo, puede venir de cualquiera, es decir, un hombre, una mujer e incluso organismos. Por ello es fundamental, en opinión de la experta, en crear conciencia sobre la importancia de la crianza responsable, respetuosa y basada en el respeto al otro.
La Dra. Martínez señaló que es imprescindible que se entienda que la violencia, dentro de un círculo vicioso, podría dar lugar a víctimas y victimarios en hogares disfuncionales, ya que desde muy pequeños fueron expuestos a hechos donde maltrataban a un familiar directo.
“Uno de los puntos más importantes es prevenir la exposición de la violencia en niños y niñas. La educación juega un papel fundamental, tenemos que desarrollar estrategias para que desde el hogar se eviten hechos donde la violencia forme parte del día a día porque eso hace que existan adultos violentos”, explicó.
En los países de América Latina y el Caribe, la violencia contra las mujeres es un obstáculo significativo al desarrollo. Por tratarse de una violación fundamental de los derechos humanos y un problema de salud pública, la violencia contra las mujeres repercute en la salud, las oportunidades económicas, los derechos, y el bienestar de 30% a 50% de las mujeres en la región.
Tipos de violencia
La violencia probatoria es la que se relaciona con individuos de rasgos antisociales, es decir, aquellos que no siguen las leyes y normas establecidas de la sociedad. En este caso, es poco o nada lo que pueden hacer los especialistas para frenar este comportamiento, ya que la persona perdió cualquier tipo de empatía frente a cualquier otro ser humano.
La Dra. indicó que la única manera de evitar que un hombre llegue a ser un violento probatorio es cuidar su educación desde temprana edad y establecer patrones de conocimientos basados en el respeto por el otro.
La violencia reactiva es aquella en donde el individuo responde con agresividad al sentirse amenazado, y es esa precisamente la que lleva a que mujeres sean el blanco de sujetos que no controlan su ira y terminan cometiendo terribles actos.
“Ese comportamiento es asociado a eventos traumáticos en la niñez, donde el hombre, en este caso, ha estado sometido a estrés durante toda su vida, y no sabe cómo manejar sus emociones, ya en este punto los especialistas sí podemos canalizar y evitar hechos que lamentar”dijo la Dra.
Precisó que en ambos tipos de violencia la raíz del problema se encuentra en la niñez, por ello fue enfática en la necesidad de alejar y cuidar a los niños y niñas de estos hechos que trastocan su mente, su psiquis y los lleva a ser adultos con problemas graves que terminan convirtiéndolos en asesinos.
Vea la entrevista completa:
Combatir la validación de la violencia es clave para evitar más feminicidios
Por su parte, el Dr. Julio Santana Marino, psicólogo clínico ofreció un detallado resumen de lo que, a su juicio, está ocurriendo en la mente del hombre y de la sociedad en general en medio de los feminicidios que han ocurrido recientemente.
Entender el contexto de la violencia es importante, pero más allá de eso, es comprender que la violencia forma parte del discurso que vivimos a diario y la normalización de este hace mella en la mente de las personas, según lo refiere el especialista.
“La sociedad no ha dejado de promover la validación a este tipo de comportamiento. Si los hombres desde que nacemos, nos van asignando roles y funciones y nos justifican el comportamiento violento, pues nosotros vamos aprendiendo a desarrollar estos comportamientos que generan estos resultados” explicó.
Añadió que estos comportamientos son aprendidos y que por lo tanto, los esquemas sociales en donde le hombre domina a la mujer a través de los golpes los vemos a diario a través de la televisión, redes sociales o incluso en los hogares cuando se cierra la puerta.
“Digamos sin en una relación de pareja yo aprendí a ver que para lograr conseguir o cambiar el comportamiento de la mujer puedo golpearla o agredirla, yo voy a reproducir ese comportamiento”, dijo.
Visibilización del problema
El experto indicó que la mujer merece respeto, sea cual sea su condición, “hace 40 años existía la violencia de género, pero ahora la visibilización del problema, que hay un cuestionamiento y un movimiento que levanta la voz en favor de las víctimas.”, esto debe seguir pasando, en opinión del médico.
Por otra parte, el especialista señaló que conocer los detalles íntimos de cómo quedan los cadáveres o la modalidad de asesinato incita a que otros sujetos quieran hacer algo peor, por ello insistió que se debe humanizar y respetar la memoria de las afectadas.
Asimismo, refirió el morbo a la hora de conocer las emociones de las familias luego de conocer la muerte de su hija, madre o amiga. “Desde que el Gobernador de Puerto Rico decretó la orden ejecutiva del estado de emergencia en contra de la violencia de género hubo un cambio significativo”, explicó.
Para el agresor
En opinión del experto se debe ampliar la atención a las víctimas y crear prevención, sin embargo, precisó que los hombres que están bajo la orden de la Ley 54 deben ser obligados a ver y asistir a talleres de perspectiva de género, resolución de problemas, control de impulsos y otros que ayuden a evitar este tipo de tragedias a futuro.
Vea la entrevista completa: