Brasil, referente mundial en tratamiento de profilaxis preexposición contra el VIH

Brasil es uno de los primeros países en implementar el uso de la pastilla contra el VIH como método de prevención conocido como el PrEP o profilaxis preexposición cuyo norte es hacer el tratamiento disponible a las personas que saben que están en conducta de alto riesgo.

Medicina y Salud Pública

    Brasil, referente mundial en tratamiento de profilaxis preexposición contra el VIH

    Mayra Acevedo
    Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública

    Para el Dr. Mauro Schechter, uno de los principales investigadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y hepatitis en Brasil, entre los principales retos para reducir la propagación de las enfermedades se encuentra proveer alternativas certeras de prevención a los individuos que poseen mayor riesgo. Hacia eso se dirige la estrategia que han abrazado varios países latinoamericanos.

    Brasil, con una población de sobre 200 millones de personas, fue de los primeros en dar acceso universal y gratuito a tratamientos contra el VIH desde inicios de la pandemia en la década de los 90. Cada individuo con VIH tiene acceso irrestricto a tratamientos. Además, existe en el país un programa nacional de distribución de condones o profilácticos.

    Recientemente se comenzó el mismo programa para pacientes con hepatitis C, en cualquiera de sus 4 etapas. También es el primero en implementar el uso de la pastilla contra el VIH como método de prevención conocido como el PrEP o profilaxis preexposición cuyo norte es hacer el tratamiento disponible a las personas que saben que están en conducta de alto riesgo. Brasil comenzó a financiar la pastilla en enero del 2018. México, Perú y Chile le han seguido.

    El investigador explicó las razones históricas por la que su país fue pionero en la lucha con la pandemia.

    "Teníamos una situación peculiar, una dictadura militar. Cuando en 1988 se acabó la dictadura militar tuvimos un plan de salud universal. Cuando llegó la epidemia del VIH, se afectó sobre todo la población de hombres blancos homosexuales. Muchos de los que habían tenido protagonismo durante la lucha contra la dictadura ya estaban bien organizados. Presionaron al gobierno para tomar acción”.

    Bajo el tratamiento de profilaxis preexposición (PrEP) el individuo puede tomar la pastilla azul, una píldora que combina dos antirretrovirales para reducir el riesgo de contraer el VIH y como método complementario para prevenir el contagio por vía sexual.

    Schechter habló sobre la experiencia de su país con PrEP durante su participación en el Primer Encuentro de Hepatitis y VIH en Puerto Rico que se celebró en San Juan recientemente y al que la Revista de Medicina y Salud Pública tuvo acceso exclusivo. El encuentro, que copresidió, estaba pautado para el 2017 y se había pospuesto por el impacto del huracán María sobre Puerto Rico. Para el investigador hay similitudes entre las poblaciones con mayor riesgo de transmisión en ambos países.

    Brasil, referencia mundial en el tratamiento del VIH/SIDA

    El doctor dedicado su vida profesional al estudio de ambas infecciones y su impacto en diversas poblaciones. Schechter ha servido en numerosos juntas de directores de organizaciones internacionales dedicadas al avance de la investigación, educación y pruebas clínicas sobre el VIH. Entre ellas está la Junta Directiva de la Sociedad Internacional de VIH/SIDA, la Iniciativa de Vacunas contra el SIDA de Sudáfrica y el Consejo Científico Nacional Francés para Investigación sobre SIDA y Hepatitis.

    El galeno anticipa cambios en las políticas de prevención contra el VIH con el gobierno de Jair Bolsanaro. Además, asegura que será difícil porque existe la Ley de Acceso Universal para la Salud; pero se anticipa una reducción en los fondos para programas preventivos dirigidos a los grupos en mayor riesgo como lo son los grupos trans y otros.

    En Brasil, al inicio del programa PrEP se distribuyó la pastilla a personas elegibles en 22 ciudades. La meta es ofrecer PrEP a 54 000 personas en un período de 5 años.

    "Cuando se comenzó las pruebas en 2015 al próximo año 2016 bajó la transmisión entre las personas con conductas de mayor riesgo en un 60%. Si alguien no está infectado, esto reduce dramáticamente el riesgo de contagio. Es para las personas que entran en actividad riesgosa. No es una intervención de por vida, la persona decide cuándo está en riesgo”.

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