La osteoartritis no tiene cura, pero las opciones terapéuticas que existen actualmente podrían reducir el dolor y permitirle a los pacientes movilizarse con mayor facilidad.
César Fuquen Leal y Marcela Boyacá Mesa
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La osteoartritis, también conocida como artrosis, es una de las condiciones reumáticas con mayor prevalencia en Puerto Rico y Estados Unidos. Este tipo de artritis no tiene cura, pero las opciones terapéuticas que existen actualmente podrían reducir el dolor y permitirle a los pacientes movilizarse con mayor facilidad.
Para conocer más sobre las guías actualizadas de tratamientos para la osteoartritis, la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) conversó con el Dr. Ricardo Gago Piñero, reumatólogo y vicepresidente de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico.
Según el especialista, las articulaciones que se ven más afectadas por este tipo de artritis son las manos, las rodillas, la cadera y la columna vertebral. Para mitigar la inflamación de las mismas, actualmente existen dos métodos para tratar la osteoartritis: las medidas farmacológicas y las no farmacológicas.
Los tratamientos que incluyen medicamentos siguen marcando un eficaz precedente en el tratamiento de la artrosis. Estos van desde los menos invasivos, hasta los que podrían desencadenar algunos efectos secundarios. El Dr. Gago explicó los más comunes.
Este medicamento también conocido como Panadol o Tylenol es de los más comunes en el tratamiento de la artritis. Sin embargo no es recomendado en pacientes con problemas de hígado. Entre sus beneficios se destacan:
“No tiende a causar ningún tipo de disturbio gastrointestinal, no aumenta los riesgos cardiovasculares, ni tampoco tiene efectos nefrotóxicos. Por lo tanto, es de las primeras líneas que te dicen las guías de artritis que se debe intentar”, mencionó el Dr. Gago.
Medicamentos como Ibuprofeno, Nabumetone, Diclofenalco, Meloxican y todos los no esteroidales aumentan el riesgo cardiovascular. Sin embargo, el reumatólogo explicó que a pesar de sus efectos secundarios son medicamentos bastante efectivos, pero no se debe abusar de ellos debido a que podrían causar:
“Úlcera gástrica, disturbios gástricos porque evitan la recuperación de la mucosa, tienen efectos nefrotóxicos, lo que quiere decir que los pacientes que tienen problemas renales no deberían tomarlo debido a que puede aumentar el riesgo de sangrado gastrointestinal y sangrado espontáneo”.
Además, agregó que el Diclofenaco en crema, conocido comercialmente como Voltaren es una de las mejores opciones debido a que al ser en gel o crema, el efecto sistémico es menor.
“Debe tener claro que si está usando esa crema no debe utilizar ningún otro medicamento oral de la misma clase por lo menos en 4 horas para evitar estos efectos secundarios graves”.
El especialista en reumatología explicó que en caso de que las opciones terapéuticas antes mencionadas no rindan frutos, se puede intentar con inyecciones intra articulares con cortisona o antiinflamatorio “permitan bajar la inflamación aguda que se da en los momentos que causa mucho dolor”.
El reumatólogo hizo énfasis en que solo cuando el dolor es intratable y el paciente no ha respondido positivamente a ninguna de las terapias antes mencionadas se puede considerar la opción de intervención quirúrgica.
“Tomar la opción de la cirugía de reemplazo, en este caso las más utilizadas son las de rodilla y de cadera. Es importante que tengan claro que no va a eliminar el dolor por completo, la finalidad de la cirugía es que tengas una mejor funcionalidad y mejor calidad de vida”, ahondó.
El reumatólogo expresó que llevar estilos de vida saludables es el método más efectivo para contrarrestar los dolorosos síntomas de la osteoartritis. Igualmente, explicó otras tácticas que pueden desarrollarse para tal fin.
Evitar el sobrepeso y la obesidad mejora significativamente la osteoartritis de rodilla debido a que se disminuye significativamente la presión sobre la articulación.
“Un paciente que reduzca un 15 por ciento su peso va a mejorar un 30 por ciento su funcionalidad. Se ha visto que los pacientes obesos tienen unas enzimas en el tejido adiposo que crean un medio ambiente inflamatorio que ocasiona inflamación en las articulaciones”, advirtió el especialista.
El doctor Gago explicó que algunos pacientes en estadíos tempranos de osteoartritis podrían probar con omega 3 y cúrcuma para reducir la inflamación ocasionada por la enfermedad. Sin embargo, enfáticamente explicó que estos métodos no son curativos y podrían utilizarse únicamente como medidas terapéuticas complementarias.
“Realmente no hay una dosis de cúrcuma que esté avalada. Por lo usual, hay ciertas cápsulas o medicamentos que se venden como suplementos que son de alrededor de 500 miligramos y que se pueden tomar una o dos veces al día. Hay otras personas que simplemente lo que hacen es añadirlos en su dieta y lo usan como suplemento, pero realmente no hay una guía como tal para esos efectos”, determinó el reumatólogo.
Según el galeno, la terapia física trae óptimos y múltiples beneficios para los pacientes con esta enfermedad reumatológica. Y explica que en muchos casos debe haber sometimiento a la misma antes de probar con otros métodos terapéuticos.
“El objetivo principal es el fortalecimiento de los músculos alrededor de la articulación afectadas para dar estabilidad. El ejercicio es un mecanismo antiinflamatorio y al mismo se tiempo el control del peso”, resaltó.
Escuche la entrevista completa aquí.
Medicina & Salud Pública | Noticias
·
Actualización en las guías para tratamiento de la artritis
Con lo anterior, se evidencia que existen múltiples y efectivas opciones terapéuticas para los pacientes con osteoartritis, una condición que se produce cuando el cartílago protector que amortigua los extremos de los huesos se desgasta con el tiempo.
El futuro presidente de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico, Ricardo Gago, instó a los pacientes a mantener comunicación constante con su especialista para identificar tempranamente los factores de riesgo. E igualmente, invitó a la comunidad con enfermedades reumáticas que mantengan estilos de vida saludables para evitar no solo artritis, sino otras patologías.