Espondilitis Anquilosante no es solo una condición de adultos mayores, reafirma reumatólogo

El diagnóstico temprano es preponderante para exacerbar las comorbilidades asociadas.

Yolimarian Torres Yolimarian Torres

    Espondilitis Anquilosante no es solo una condición de adultos mayores, reafirma reumatólogo

    El doctor José Rodríguez Santiago, reumatólogo, informó de manera exclusiva a la Revista de Medicina y Salud Pública, que la Espondilitis Anquilosante es una condición que ya no está relacionada con personas de la tercera edad. 

    “Estamos hablando de que jóvenes entre los 20 y 30 años de edad, aunque es más identificable en varones jóvenes y la prevalencia es del 0.06 por ciento”, que incide en hombres y mujeres en proporciones similares, aunque se tenía la creencia de que era mayormente en varones, según lo indicó el especialista. 

    Rodríguez recalcó que el síntoma más claro es el dolor de espalda severo, que aunque se puede confundir con otras condiciones, “y esa es la razón principal por la cual un paciente puede demorar hasta 10 años en ser diagnosticado de manera correcta. Porque si usted trabaja en zonas de carga, o incluso sentado frente a una computadora, los dolores de espalda tipo mecánico van a aparecer por el estilo de vida”. 

    En este sentido, indicó que en el momento en que se exacerban los síntomas y la curvatura de la columna es cada vez mayor, el paciente se expone a padecer enfermedades cardiovasculares, intestinales y dificultad para respirar. “Porque vamos a tener una disminución de la expansión de los pulmones, y desafortunadamente cuando el paciente tiene la posibilidad de recuperación, ya que ese paciente podría desarrollar osteoporosis”. 

    El reumatólogo enfatizó en que esta condición conlleva una serie de complicaciones severas, “por lo tanto, aunque no es muy frecuente, debe ser detectada a tiempo, “porque cuando hablamos de la espondilopatía, a veces se mezcla una enfermedad con otra. Estamos hablando de una serie de comorbilidades”. 

    Tratamientos para retrasar el progreso

    “Nosotros podemos retrasar el progreso. Es muy importante porque muchos pacientes llegan a la oficina preguntando si eso tiene cura, pero no, no hay cura. Ninguna enfermedad reumática inflamatoria autoinmune tiene cura. Nosotros evitamos que progrese”, indicó. 

    Por esa razón, aseguró que el momento correcto para lograr la progresión es la detección con 10 años de anticipación, promedio, para evitar las complicaciones. Sí, tenemos herramientas de moduladores del proceso inflamatorio y los biológicos que se pueden usar, aprobados recientemente. 

    “La genética es muy importante, ya que el gen HLA-B27, que predispone a los caucásicos en su gran mayoría y aquí en Puerto Rico, al tener una mezcla de razas muy interesante, no podemos decir, por cómo se ven las personas, si un paciente tiene o no predisposición. A veces vemos personas que tienen el gen, aunque no lo parece”. 

    “No podemos decir que los estilos de vida tenga una ingerencia en la espondilitis”, explicó el especialista, quien precisó que el nivel de incidencia mayor lo determinan los genes. 

    Diagnóstico de la Espondilitis Anquilosante 

    Los pacientes que sospechen de este posible diagnóstico, deberán realizarse exámenes de resonancia magnética con contraste, donde el reumatólogo podrá ver con certeza y verificar la lesión que con una radiografía no se podría detectar. 

    “En este estudio se pueden ver los cambios inflamatorios, y por esa razón se puede tener la certeza de que no hay razón para no diagnosticar a tiempo. El paciente que sospeche debe ser directo y honesto con el médico primario, decirle que tiene un dolor que no mejora con el tratamiento, y así el doctor debe sospechar que está frente a un joven que tiene la enfermedad y debe referir”, dijo. 

    Enfatizó en que sí hay un paciente de 60 años de edad con la condición, “ya debe tener al menos 30 años con la enfermedad y no hay mucho qué hacer en lo que se refiere a evitar el progreso. Pero sí se puede trabajar el manejo del dolor”, finalizó. 

    Vea la entrevista:


    Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad de Los Andes, Táchira, Venezuela. Locutora Certificada por la Universidad Central de Venezuela. Redactora de Medicina y Salud Pública.

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