La oleada de adicción que sacude a Puerto Rico, Latinoamérica y Estados Unidos a los opiáceos se ha convertido desde principios de este siglo en una de las principales crisis de salud pública.
Durante el Foro Internacional de las Adicciones trasmitido de manera exclusiva por Medicina y Salud Pública, con la destacada participación de expertos de Chile, Colombia y Puerto Rico, los especialistas indicaron que la única manera de abordar este tema es que desde todos los niveles de políticas de salud pública se hagan cambios que permitan dar soluciones efectivas a estos pacientes.
Carolina Pinzón, Nicolás San Martín, Christian Romero, Dr. Felipe Marino especialistas invitados al Foro de las Adicciones organizado por Medicina y Salud Pública.
En este particular, Christian Romero, licenciado y estudiante de maestría en Consejería en abuso de sustancias de la Universidad Central del Caribe en Bayamón señaló que lo ideal es que se pueda integrar a las redes de atención pública, de modo que el paciente tenga la oportunidad de buscar ayuda en etapas tempranas y no que tenga que esperar a padecer trastornos más severos a nivel psicológico y de salud física para que sea atendido.
El experto puertorriqueño indicó que los profesionales de la salud también deben recibir capacitaciones formales para atender a los pacientes con estas patologías, ya que solo así se puede lograr una atención real.
Por su parte, el Dr. Felipe Marino, psiquiatra miembro de la Asociación Colombiana de Psiquiatría agregó que también deben existir espacios y mejoras en la disposición de los tratamientos farmacológicos y de atención integral en otros aspectos presenciales.
También se refirió a los laboratorios que deberían existir para estudiar muchas sustancias que consumen algunos pacientes, es decir, que en su opinión se debería de estudiar más a fondo los efectos y también las soluciones frente a las drogas u otras sustancias, pues los pacientes están expuestos a embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual.
“Depende mucho del lugar que le damos a la persona con adicción, es que todos creen que el paciente consume porque quiere, cuando en realidad es una persona enferma, que no siempre es un delincuente y hasta que no cambiemos esa concepción será muy difícil cambiar la respuesta”, dijo.
Por lo tanto, Nicolás San Martín, psicólogo clínico en atención primaria de abuso de alcohol y drogas en Chile, señaló que parte de los factores que podrían incitar al consumo de sustancias adictivas son los factores biológicos, sociales, psicológicos y por último bio-digital y es que cada vez influyen más las redes sociales.
Pero también, considera que “si el médico se conecta con la herida del paciente es decir, su historia de vida, lo que lo llevó a caer en esa adicción”.
El especialista también se refirió a las condiciones clínicas que son propensas a caer en adicciones psicofarmacológicas como es el caso de los trastornos bipolares; también en el caso de la esquizofrenia.
Por otro lado, indicó que en medio del tratamiento existe la etapa pre-contemplativa, donde el mismo paciente se da cuenta del problema que causa su adicción y donde además se amplía la red de apoyo con la familia y amigos, al igual que la inclusión de más especialistas que ayudarán al paciente.
Por su parte, Carolina Pinzón, psicóloga activista de las personas que usan drogas, fundadora de Deliberar y Máster en prevención y tratamiento de conductas adictivas de la Universidad de Valencia, España, indicó que, además de los factores mencionados, no se pueden dejar de lado la situación económica y social que muchas veces enfrentar personas que terminan siendo adictos.
“En este caso se puede mencionar que existe en Latinoamérica más acceso a estas sustancias por ser productores y exportadores; pero también la extrema pobreza puede hacer que alguien caiga en este consumo y que este tema de la voluntad como que se desdibuje un poco”, dijo.
Agregó que también los profesionales de la salud deben ser más incisivos y quitar la autodeterminación como un poder que ayuda al paciente muchas veces a seguir con su enfermedad.
También, según la doctora, existen personas que no quieren o no puedan dejar de consumir, pero como personal de salud debemos trabajar en la reducción de daños en esos pacientes.
En referencia a los tratamientos y sus manejos, Felipe Mariño, indicó que el tratamiento debe ser interdisciplinario, puesto que no es lo mismo un paciente que usa sustancias psicoactivas o uno que es adicto.
“En primer lugar se debe realizar una desintoxicación, y posteriormente se deben controlar los síntomas de abstinencia, a corto plazo y a mediano plazo es la educación y el mantener esa abstinencia y a futuro es hacer el seguimiento”, explicó.
Desde la medicina -continúo Marino-, la recomendación es que sí la persona ya tuvo adicción a cierta sustancia nunca más debe consumirla porque a nivel neurobiológico hay un daño específico en zonas cerebrales, corteza prefrontal que lo que hace es ponerlo en un riesgo muy alto si vuelve a consumir.
Es por ello que enfatizó en la importancia de los equipos integrados por psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales.
“Abordar al paciente también es ayudarlo a sentirse útil, y así cada uno de los especialistas puede aportar desde su experticia, el trabajo en equipo ha demostrado que se obtienen mejores resultados cuando el paciente es tratado por equipos multidisciplinarios y no cada uno solo”, afirmó.
En este mismo sentido, Christian Romero, precisó que la inclusión de la familia es fundamental para lograr una recuperación holística, puesto que independientemente del país en el que se encuentre el paciente, se debe no solo comprender el proceso individual y familia, sino el manejo de políticas y salud pública.
“El trastorno por el consumo de sustancias es una condición crónica es posible que puedan boicotear los procesos de tratamiento cuando se incluye farmacología, porque muchos piensan que se está cambiando una droga por otra”, dijo Romero.
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