El caso de Ezra Miller podría ser un ejemplo de eso, ya que recientemente declaró que sus conductas ilícitas se deben a una crisis mental por la que está pasando.
Pese a que es un hecho que las personas con trastornos mentales son más vulnerables a ser detectados o arrestados, no se ha comprobado que cometan con frecuencia algún tipo de delito, aunque, en diversas ocasiones, la enfermedad mental puede ser un desencadenante de este tipo de actos.
En el caso de Erza Miller, quien afirmó que comenzó un tratamiento por sus problemas complejos de salud mental, deberá comparecer el próximo 26 de septiembre para lectura de cargos en el Tribunal Superior de Vermont, después de haber sido citado por un delito grave de robo en Stamford, Vermont.
Las conductas erráticas y una serie de arrestos del actor estadounidense, de 29 años, lo condujeron a buscar un tratamiento de salud mental y así lo manifestó en un comunicado: “habiendo pasado recientemente por un momento de intensa crisis, ahora entiendo que estoy sufriendo problemas complejos de salud mental y he comenzado un tratamiento continuo. Quiero disculparme con todos los que he alarmado y molestado con mi comportamiento pasado. Me comprometo a hacer el trabajo necesario para volver a una etapa saludable, segura y productiva en mi vida”.
Miller fue arrestado dos veces a principios de este año en Hawái, por alteración del orden público y acoso en un bar de karaoke, y el segundo incidente fue por agresión en segundo grado. Otro incidente estuvo relacionado con una acusación en contra de Miller, por presuntamente realizar comportamientos inapropiados hacia menores de edad.
Cabe mencionar que los signos y síntomas de la enfermedad mental pueden variar según el trastorno, las circunstancias y otros factores, además de afectar las emociones, los pensamientos y las conductas de la persona.
De acuerdo con Mayo Clinic, las principales manifestaciones son los sentimientos de tristeza o desánimo, pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración, miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa, altibajos y cambios radicales de humor, alejamiento de las amistades y de las actividades, cansancio, baja energía, problemas de sueño, desconexión de la realidad (delirio), paranoia o alucinaciones, incapacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria, problemas para comprender y relacionar las situaciones y las personas, problemas con el uso de alcohol o droga, cambios importantes en los hábitos alimentarios, cambios en el deseo sexual, exceso de enojo, hostilidad o violencia y pensamiento suicida.
¿Tienen relación con los comportamientos violentos?
Con relación a las conductas violentas como factor desencadenante de ciertos actos ilícitos, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), indica que, "la mayor parte de las personas violentas no sufren enfermedad mental y con tratamiento, la persona con trastorno mental no es más peligrosa que la población general". No obstante, diversos estudios científicos han demostrado que personas con desequilibrios psiquiátricos graves, aquellos que tienen un tratamiento inadecuado o que, aún siendo adecuado, no lo siguen, son más propensos a manifestar conductas violentas que la población general.
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