Los trastornos alimenticios o también conocidos como psicopatología alimentaria, son trastornos de tipo emocional que se manifiesta visiblemente en personas con preocupaciones obsesivas por la figura corporal.
Los trastornos alimenticios, o también conocidos como psicopatologías alimentarias, son trastornos de tipo emocional que se manifiestan visiblemente en personas con preocupaciones obsesivas por su figura. Hay diferentes tipos de trastornos alimenticios como la anorexia, la bulimia, vigorexia, entre otros, que afectan en su mayoría a niños y adolescentes. Con la llegada del coronavirus se han agravado más estos trastornos ya sea por el estrés causado en el hogar, relacionado con dificultades emocionales, económicas o sociales, o por la ansiedad que causa el encierro.
La nutricionista Kennie Rivera da una perspectiva de la situación proporcionando algunos datos de un artículo publicado en la revista Internacional de Trastornos alimentarios en junio del 2020, realizado por el doctor Watson, en el cual se entrevistaron 1021 pacientes con trastornos alimenticios en Estados Unidos y Holanda, se demostró que en Estados Unidos un 60% de los pacientes con anorexia reportaron un aumento en la limitación y miedo de conseguir alimentos que no eran consistente con su plan de alimentación; los pacientes con bulimia, por su parte, reportaron un 30% en Estados Unidos y un 15% de Holanda reportaron tener un aumento de ansiedad generalizada.
La nutricionista nos habla sobre otro artículo en la misma revista donde reveló que hay tres riesgos importantes en el aumento de los síntomas de bulimia y anorexia, uno de ellos es el aislamiento social provocado por la pandemia pues con esto se limitó las actividades diarias ya que afecta las forma en que ellos comen, su actividad física y los patrones del sueño. La parte social es otro de los factores que contribuyen a que las personas se vean afectadas, ya que para ellos en la mayoría de casos es necesario un grupo de apoyo, familiar y de amigos y al no tenerlos cerca pueden tener recaídas y aumento los comportamientos de las enfermedades.
Rivera hace total énfasis en las redes sociales en general son uno de los métodos de distracción para los individuos en tiempo de pandemia, este también es un factor de riesgo para las personas que sufren de estos trastornos, pues el ver personas más delgadas o estereotipos en estas redes puede llegar a afectarlos, nos aclara que personas que aconsejan a las diferentes audiencias que no tienen ningún tipo de conocimiento sobre nutrición. Y, por último, el miedo al contagio, ya que no se saben qué alimentos pueden llevar al virus a sus hogares al consumirlos.
“Hay un sin números de factores que afectan, pero en mi caso en particular y mis pacientes si ha habido una preocupación en términos de ganancia de peso y lo que están haciendo, particularmente no he tenido un caso de bulimia y anorexia en la pandemia, pero sí de control de peso”, afirma la nutricionista.
Estos trastornos tienen mayor prevalencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes a los cuales es importante observar, los padres pueden ver los patrones de conducta y cómo cambian esos comportamientos.
Rivera aconseja “hay que buscar ayuda, si los comportamientos cambian, esta enfermedad no es algo que cualquier persona pueda salir solo porque realmente se trata de una enfermedad mental, y como todas las enfermedades se requiere un equipo multidisciplinario” concluye.
La nutricionista confirma que es importante observar a los hijos, amigos, estar pendiente ellos y cuestionarlos, para de esta manera si es necesario ir a un especialista no sea muy tarde.
La obesidad es otro trastorno alimenticio que afecta a una gran parte de la población este trastorno es causado por un alto índice de masa corporal y esto significa que el peso de la persona es superior a lo que se piensa que es saludable para su estatura.
Con la llegada del COVID-19 este trastorno también ha llegado a ir en aumento por la falta de ejercicio y exceso de ansiedad, como en la anorexia o bulimia, juega un papel importante en la obesidad.
Rivera explica que en algunos casos sí se vio, pero se asombra resaltando “te puedo decir que muchas personas me sorprendieron porque al estar encerrados y no tener el estrés que el trabajo les ocasiona pudieron estructurarse mejor y aprovecharon ese momento”. Pero la especialista resalta que al tener tanto tiempo libre hace que las personas si consumen más alimentos y por otra parte el no tener apoyo social para prácticas como el deporte influye que la persona no haga ejercicio.
El plan nutricional de las personas es esencial para poder ayudar al paciente pues cada persona tiene diferentes rutinas, calorías y calidad de los alimentos que consumen. Es importante que se hable con el paciente de la mejor manera y de manera positiva, dándole argumentos que le hagan confiar que lo que consuma no le hará daño le dará un beneficio a su salud y su cuerpo.
La doctora recomienda comer alimentos ricos en vitamina C, en antioxidantes como lo son las frutas y vegetales, la importancia de comer balanceado “es importante que se aseguren de tener más de tres colores o más en su plato y así se aseguran que consumen alimentos de diferentes grupos”.
Ejercitarse es importantes, el movimiento para fortalecer el sistema inmunológico, tomar el sol de manera moderada ya que la vitamina C también puede fortalecer el sistema inmune, la nutricionista finaliza aconsejando que coman alimentos que beneficien su sistema inmune y esto también le ayudará a no tener alto riesgo de contagio del COVID-19.