Por dos décadas, la Asociación de Médicos Pediatras del Área Este (AMPRE) ha sido un pilar en la educación médica continua, la unión profesional y el compromiso con el bienestar de los niños en el país.

La Asociación de Médicos Pediatras del Área Este (AMPRE) celebró 21 años de servicio, educación y unidad profesional, consolidándose como una de las organizaciones más queridas y estables dentro de la pediatría en Puerto Rico.
Lo que comenzó como un pequeño grupo de médicos en Caguas hoy reúne pediatras de toda la isla, impulsados por un mismo propósito: cuidar mejor a la niñez puertorriqueña.
Su origen se remonta al Hospital Interamericano de Medicina Avanzada (HIMA), donde un grupo de pediatras decidió crear un espacio educativo alineado a las necesidades reales de los pacientes de la isla.
“El paciente de la isla difiere un poquito del paciente del área metropolitana. Queríamos una educación médica dirigida a nuestra población: sencilla, humilde, pero fiel”, recordó el Dr. Juan Delgado Rodríguez, cofundador y expresidente de AMPRE.
Con los años, esa iniciativa local se transformó en una organización sin fines de lucro comprometida con la educación continua, el bienestar de los niños y el fortalecimiento del rol del pediatra dentro de la comunidad.
“Nuestra meta siempre ha sido ayudar a los niños del país, no solo en su salud física, sino también en la mental y espiritual”, añadió el Dr. Delgado, quien también uno de los dos socios fundadores que aún permanecen activos en la asociación.
Aunque originalmente AMPRE se enfocaba en el área este, su alcance pronto trascendió las fronteras geográficas. Hoy participan pediatras de Ponce, Mayagüez, San Juan y otras regiones del país, atraídos por un modelo educativo práctico, accesible y orientado a las realidades clínicas del día a día.
La actual presidenta, la Dra. Jossie Fuentes Gutiérrez, destaca que uno de los mayores logros es que la asociación continúe viva y relevante en un momento histórico donde cada vez hay menos pediatras en Puerto Rico. “Queremos demostrar lo bello que es la pediatría. Necesitamos más estudiantes y médicos jóvenes enamorándose de esta profesión y uniéndose a la comunidad pediátrica”, expresó.
Con esa visión, este año AMPRE integró por primera vez a residentes y estudiantes de medicina dentro de la agenda científica y las actividades de confraternización. El objetivo es exponerlos al trabajo cotidiano de los pediatras comunitarios y fortalecer la cadena de relevo generacional en una especialidad crítica para el país.
Para AMPRE, la convención anual es más que un evento científico: es una oportunidad de encuentro, apoyo emocional y fortalecimiento de vínculos. Además de conferencias clínicas de alto nivel, incluyen actividades sociales, espacios de bienestar y momentos de reconocimiento para pediatras destacados que han marcado la profesión en Puerto Rico.
“Las actividades de confraternización son esenciales. Los pediatras deben sentirse acompañados; todos compartimos los mismos retos y sueños por nuestros niños”, señaló Fuentes. Parte del enfoque reciente ha sido ofrecer herramientas de autocuidado, reconociendo el desgaste que puede generar la práctica diaria de la pediatría.
AMPRE trabaja para modernizarse y fortalecer su presencia digital con una página web activa y contenido educativo para pediatras, pacientes y familias. La asociación también aspira a convertirse en un puente entre profesionales veteranos y la nueva generación de médicos.
El Dr. Delgado, quien ha visto a estudiantes convertirse en especialistas que ahora atienden a los hijos de sus primeros pacientes, resumió el espíritu de AMPRE con una reflexión:
“Fuimos pilares una vez. Ahora son los pediatras jóvenes los que continúan la obra. AMPRE seguirá, porque está hecha con amor por nuestros niños y con un compromiso real con la isla”.
La organización asegura que continuará su misión de educar, unir y fortalecer la pediatría en Puerto Rico, preservando un legado que nació en un pasillo de hospital y que hoy es hogar para cientos de médicos en toda la isla.