Adiponectina, la hormona que protege a las mujeres del cáncer de hígado

La hormona adiponectina, segregada por el tejido adiposo y producida en mayor cantidad en mujeres que en varones, protege el desarrollo de cáncer de hígado.

Estefanía Santos

    Adiponectina, la hormona que protege a las mujeres del cáncer de hígado

    La hormona adiponectina, segregada por el tejido adiposo y producida en mayor cantidad en mujeres que en varones, protege del desarrollo del principal tipo de cáncer de hígado: el carcinoma hepatocelular. Los resultados abren la posibilidad de dos nuevos tratamientos.

    Ahora, un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha hallado una explicación por la que el cáncer de hígado, que afecta a más de un millón de personas cada año en todo el mundo, incide más en los varones.

    La clave reside en la adiponectina, una hormona producida por el tejido adiposo y generada en mayor cantidad en las mujeres, que protege al hígado del desarrollo del principal tumor hepático: el carcinoma hepatocelular.

    Usando un grupo de sujetos sanos, el equipo –dirigido por Guadalupe Sabio– ha identificado que esta hormona es más abundante en mujeres y en personas delgadas. Su objetivo es comprender mejor las razones por las que las personas con obesidad tienen más probabilidades de tener cáncer de hígado.

    Los resultados abren la posibilidad de dos nuevos tratamientos contra un cáncer para el que actualmente no existe tratamiento

    Estudio en ratones

    Para comprobar el efecto directo de esta hormona, se utilizaron ratones hembra que no producían adiponectina y comprobaron que el crecimiento del cáncer de hígado era igual al de los machos. Los resultados se publican hoy en el Journal of Experimental Medicine.

    “Nos centramos en estudiar el efecto de la testosterona sobre el tejido adiposo para comprender mejor el mecanismo por el que la grasa controla el crecimiento de los tumores en el hígado”, señala Leticia Herrera-Melle, otra de las autoras del CNIC. Gracias a estos estudios, “demostramos que la testosterona es la causante de que la grasa libere menos adiponectina a la sangre”.

    Los resultados, añade Guadalupe Sabio, “abren la posibilidad de dos nuevos tratamientos contra un cáncer para el que actualmente no existe tratamiento: el primero sería a través de la propia adiponectina, y el segundo mediante la metformina, un fármaco contra la diabetes que se sabe que activa en el hígado la misma proteína anticancerígena que la hormona de este estudio”.

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