Los corticosteroides, frecuentemente recetados para pacientes, pueden ser precursores de osteoporosis.
La Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa son los principales tipos de enfermedad inflamatoria intestinal que, entre los dos, poseen grandes similitudes. Sin embargo, hay varias diferencias entre sí.
En un espacio dedicado a la nutrición de los pacientes, organizado por el portal de Artritis y Reumatología y la Revista de Medicina y Salud Pública, la Licenciada en nutrición, Wanda González Otero, explicó las características fundamentales de estas condiciones.
“La colitis afecta, principalmente, al colon y al intestino grueso. Por el contrario, la enfermedad de Crohn puede causar daños en cualquier parte del tracto gastrointestinal”.
El tracto gastrointestinal tiene, dentro de sus funciones, la de convertir los alimentos ingeridos en energía. Además, favorece la absorción de nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para el organismo. Asimismo, contribuye al proceso de eliminación de desechos y toxinas.
"El intestino delgado se compone de tres divisiones: el duodeno, el yeyuno, y el hilio. Y menciono esto porque es importante que sepamos que en diferentes partes del intestino delgado van a ocurrir absorciones de ciertas vitaminas, electrolitos, nutrientes y minerales", resaltó la nutricionista. “Si usted presenta algún tipo de inflamación, debe notificar a su médico, porque dependiendo del área donde se esté presentando esa molestia, puede deberse a la deficiencia de algunas vitaminas y minerales”.
Es importante, poder identificar el estado en que se encuentra la condición, es decir, si se encuentra con inflamación y/o sangrado activo para determinar cuál es el tipo de alimentación que más le conviene a dicho paciente.
“En muchos casos no se da alimento por boca, porque hay que dejar que la inflamación intestinal baje, así que ahí se trabaja, más bien, con terapia médica. Ahora bien, si el paciente tolera los alimentos, se recomienda una dieta totalmente baja en fibra, ya que aumenta el tamaño de las heces fecales”.
Podemos encontrar la fibra en diferentes alimentos, como los cereales integrales, el pan integral, arroz integral, la pasta integral, entre otros. También debemos evitar el consumo de nueces, semillas, vegetales crudos y frutas con cáscara.
Al hablar de dietas antiinflamatorias, los profesionales de la salud se enfocan en el consumo de probióticos y prebióticos, pues estos ayudan a restaurar la flora gastrointestinal. Los probióticos son microorganismos vivos que favorecen la salud a nivel intestinal y podemos encontrarlos en productos como los yogures
“Se ha visto que, muchas veces, el restablecer la microbiota gastrointestinal también nos puede ayudar en el manejo y en el retraso de los síntomas correspondientes a las enfermedades inflamatorias del intestino”.
Por otra parte, los prebióticos son alimentos que generalmente se encuentran en el contenido de fibra y estos también actúan como nutrientes para la microbiota humana. Generalmente, se encuentran en cereales integrales, plátanos, hortalizas verdes, cebollas, ajo, cebollines, espárragos, alcachofas, entre otros.
Recomendaciones a pacientes con enfermedad inflamatoria del intestino
1. Lleve un diario de alimentos: Tan pronto se identifiquen los alimentos que exacerban los síntomas de esta enfermedad, el especialista puede brindarle ayuda para planear la dieta adecuada a sus necesidades.
2. Durante un brote, evite o reduzca los alimentos que empeoran los síntomas:
Elija productos lácteos con bajo contenido de lactosa, como yogur, leche deslactosada y quesos duros como el cheddar.
3. Si tiene grasa en las heces, elija alimentos bajos en grasa.
4. En lugar de freír los alimentos, trate de hornearlos o asarlos a la parrilla.
5. Cocine las frutas y verduras sin cáscara, piel o semillas.
6. Coma una dieta variada y nutritiva que sea rica en calorías y proteínas.
7. Trate de comer 3 comidas más 2 ó 3 refrigerios al día. Puede ser más fácil obtener más calorías si distribuye su consumo de alimentos a lo largo del día.
“Muchas veces, cuando presentamos malestar, quizás tendemos a comer alimentos que nos apetezcan, pero no necesariamente son los alimentos adecuados para esa etapa de la enfermedad. Así que es bien importante ser consciente de qué se está consumiendo, y evitar el consumo de bebidas alcohólicas, carbonatadas y la cafeína”, concluyó la licenciada Wanda González.
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