Proyecto BRAIN: tras una década y la colaboración de 500 laboratorios, logran el primer mapa del cerebro

El nuevo atlas celular del cerebro humano, es el mapa más detallado hasta ahora del desarrollo cerebral, identificando más de 3.000 tipos celulares y revelando cómo se forman y organizan los circuitos neuronales a hasta la adolescencia.

Katherine Ardila

    Proyecto BRAIN: tras una década y la colaboración de 500 laboratorios, logran el primer mapa del cerebro


    Hace una década, Barack Obama lanzaba desde la Casa Blanca una de las iniciativas científicas más visionarias. La iniciativa BRAIN, concebida como un esfuerzo colectivo para cartografiar el órgano más complejo del cuerpo humano, ha movilizado desde entonces una inversión superior a los 5.200 millones de euros y ha unido a cientos de instituciones científicas en una misión común: desentrañar los misterios de la mente humana.

    El punto de partida fue: "Si queremos curar enfermedades como el alzhéimer o la epilepsia, necesitamos entender mejor cómo funciona el cerebro", afirmó Obama durante la presentación del proyecto. 

    Un atlas cerebral 

    El hito más reciente de este esfuerzo colectivo acaba de ver la luz en las páginas de la revista Nature. Se trata de un mapa celular completo del cerebro humano en desarrollo, elaborado mediante la colaboración de más de 500 laboratorios internacionales, entre ellos el Instituto Cajal de Madrid. 

    Este trabajo monumental representa el retrato más detallado jamás conseguido de la formación del cerebro, desde las primeras etapas embrionarias hasta la adolescencia.

    La precisión de este atlas permite observar cómo se generan los distintos tipos neuronales a partir de células madre, cómo se organiza la arquitectura cortical y cómo emergen los circuitos neurales que sustentarán funciones cognitivas esenciales. 

    Los investigadores han logrado identificar más de 3.000 tipos celulares diferentes, cada uno con sus patrones específicos de expresión genética a lo largo del desarrollo.

    Implicaciones para la comprensión de enfermedades neurológicas

    El valor de este mapeo cerebral trasciende lo puramente anatómico. Como señala Laura López-Mascaraque, investigadora del CSIC, en declaraciones a SMC España, estos mapas "ayudan a entender los periodos críticos del desarrollo, esas ventanas temporales en las que el cerebro es especialmente sensible a los estímulos y también a las alteraciones genéticas o ambientales".

    Esta comprensión resulta crucial para desentrañar los orígenes de trastornos como el autismo y la esquizofrenia, cuyos factores de riesgo se concentran precisamente en estas etapas tempranas del desarrollo neural. "Comprender qué ocurre en esas fases tempranas, añade, es fundamental para diseñar estrategias de prevención o intervención más precisas".

    La tecnología como motor de descubrimiento

    Los avances publicados representan la culminación de diez años de progreso tecnológico en áreas como la microscopía de alta resolución, la secuenciación masiva de ARN y el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial capaces de procesar ingentes volúmenes de datos. 

    Estas herramientas han hecho realidad la predicción de Obama cuando señaló que "el cerebro humano contiene unas 86.000 millones de neuronas. No podemos entenderlo sin nuevas herramientas".

    La iniciativa BRAIN ha catalizado innovaciones que hoy permiten observar el tejido cerebral con una resolución celular impensable hace una década. Entre sus logros más significativos se encuentran el primer mapa completo del cerebro de un ratón, publicado en 2023, y la cartografía detallada del cerebro humano adulto, con más de 3.000 regiones identificadas.

    El futuro de la investigación cerebral

    El proyecto, que Estados Unidos planea mantener activo hasta 2035 con una inversión total que superará los 12.000 millones de dólares, ha establecido un nuevo paradigma de colaboración científica internacional. Europa y Asia han desarrollado iniciativas paralelas que comparten abiertamente sus datos, acelerando exponencialmente el ritmo de los descubrimientos.

    Sin embargo, este progreso plantea importantes consideraciones éticas. La manipulación de tejidos cerebrales humanos, el uso de inteligencia artificial para inferir estados mentales y la creación de organoides cerebrales presentan dilemas que requieren un marco regulatorio cuidadosamente elaborado.

    Una década después del lanzamiento de la iniciativa BRAIN, la comunidad científica dispone por primera vez de las herramientas necesarias para observar la formación de la mente humana con un nivel de detalle sin precedentes. 

    Este logro no solo representa un triunfo del esfuerzo colectivo en ciencia, sino que abre las puertas a nuevas aproximaciones para entender y tratar los trastornos neurológicos que afectan a millones de personas en todo el mundo.



    Más noticias de Neurología