Estudio demuestra que la Terapia Cognitiva Funcional es el primer tratamiento con "buena evidencia" para combatir el dolor de espalda incapacitante a largo plazo.
Un estudio publicado en la revista 'The Lancet Rheumatology' revela que la Terapia Cognitiva Funcional (TCF) se convierte en el primer tratamiento para el dolor lumbar crónico discapacitante con evidencia científica sólida, capaz de reducir significativamente la discapacidad asociada durante un período de hasta tres años.
La investigación, liderada por el Consejo Nacional de Investigación Médica y Sanitaria de Australia en colaboración con la Universidad Curtin, representa un avance significativo en el tratamiento de una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y constituye una de las principales causas de discapacidad laboral.
El ensayo clínico aleatorio controló el seguimiento durante tres años de 492 adultos australianos que padecían dolor lumbar crónico con una duración superior a tres meses.
Los participantes presentaban limitaciones moderadas en su actividad física relacionadas con el dolor y registraban una intensidad promedio de al menos 4 puntos en una escala de 0 a 10.
Los investigadores dividieron a los pacientes en tres grupos: uno que recibió atención médica habitual, otro tratado únicamente con TCF, y un tercero que combinó la TCF con biorretroalimentación mediante sensores de movimiento. El tratamiento se administró en 20 clínicas de fisioterapia de atención primaria a lo largo del territorio australiano.
Los participantes en los grupos de TCF recibieron hasta siete sesiones de tratamiento durante un período de 12 semanas, complementadas con una sesión de refuerzo a las 26 semanas. Este protocolo relativamente breve contrasta con los tratamientos tradicionales para el dolor crónico, que suelen requerir intervenciones más prolongadas.
La TCF se centra en modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que perpetúan el ciclo del dolor crónico, ayudando a los pacientes a desarrollar estrategias más efectivas para manejar su condición y recuperar la funcionalidad perdida.
Los resultados del estudio demuestran de manera contundente que tanto la TCF sola como la TCF combinada con biorretroalimentación superaron significativamente a la atención habitual en la reducción de la limitación de actividades a los tres años de seguimiento.
En cuanto a la intensidad del dolor, ambas modalidades de TCF también mostraron mayor efectividad que los tratamientos convencionales al cabo de tres años.
Sin embargo, los investigadores observaron que las diferencias entre la TCF simple y la TCF con biorretroalimentación fueron mínimas y estadísticamente no significativas, lo que sugiere que la adición de tecnología de sensores no aporta beneficios sustanciales adicionales.
Este estudio representa la continuación del exitoso ensayo clínico 'RESTORE', que había demostrado previamente efectos significativos de la TCF durante 12 meses.
Los investigadores señalaron que, aunque los resultados iniciales fueron prometedores, "los efectos a largo plazo no estaban claros", lo que motivó esta extensión de la investigación para evaluar la durabilidad del tratamiento.
Los investigadores destacan que estos efectos a largo plazo son "novedosos" en el campo del tratamiento del dolor lumbar crónico y ofrecen una oportunidad única para reducir significativamente el impacto de esta condición debilitante, siempre que la intervención se implemente de manera integral.
El estudio cobra especial relevancia considerando que el dolor lumbar crónico representa uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial, con enormes costos económicos asociados tanto por el tratamiento médico como por la pérdida de productividad laboral.