Estudio revela que quienes no alcanzan la ingesta diaria recomendada de agua presentan mayor reactividad hormonal ante situaciones de presión, incluso sin percibir sed.
Investigadores británicos han descubierto una conexión preocupante entre la hidratación inadecuada y la respuesta biológica al estrés.
Las personas que beben menos de 1,5 litros de agua al día muestran niveles significativamente más elevados de cortisol (la principal hormona del estrés) cuando se enfrentan a situaciones de presión, a pesar de no experimentar una mayor sensación de sed.
El estudio, publicado en el Journal of Applied Physiology por investigadores de la Universidad John Moores de Liverpool (LJMU), analizó a 32 adultos divididos en dos grupos claramente diferenciados: aquellos que consumían menos de 1,5 litros de agua diarios y quienes cumplían con las recomendaciones oficiales de hidratación.
Los participantes fueron sometidos a una evaluación exhaustiva durante una semana mediante análisis de orina y sangre para verificar su estado de hidratación. ´
Posteriormente, enfrentaron una prueba de estrés diseñada para simular presiones cotidianas: una entrevista de trabajo improvisada con apenas diez minutos de preparación, seguida de un desafío de cálculo mental bajo presión.
Los resultados fueron reveladores. Aunque ambos grupos experimentaron síntomas físicos similares durante las pruebas —aumento de frecuencia cardíaca, manos sudorosas y boca seca—, las personas con menor consumo de agua presentaron incrementos significativamente mayores en los niveles de cortisol.
"Ambos grupos se sintieron igualmente ansiosos y experimentaron aumentos similares en la frecuencia cardíaca durante la prueba de esfuerzo. Pero las personas que estaban mal hidratadas tenían respuestas de cortisol mucho mayores", explicó el profesor Shaw, integrante del equipo de investigación.
Un hallazgo particularmente significativo del estudio es que los participantes con menor consumo de agua no reportaron sentir más sed que el resto. Esto indica que la percepción subjetiva de hidratación no siempre refleja el estado real del organismo, creando una "deshidratación silenciosa" que pasa desapercibida para quien la padece.
El profesor Neil Walsh, de la Escuela de Ciencias del Deporte y el Ejercicio de la LJMU, destacó la importancia de estos hallazgos considerando que el cortisol está vinculado a funciones críticas como la respuesta inmune, el metabolismo y la presión arterial.
"El cortisol es la principal hormona del estrés del cuerpo y la reactividad exagerada del cortisol al estrés está asociada con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y depresión", señaló Walsh.
Las recomendaciones oficiales varían según las fuentes consultadas:
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA): 2,5 litros diarios para hombres y 2 litros para mujeres
Guía Eatwell del Reino Unido: entre 1,5 y 2 litros diarios
Los expertos advierten que estas necesidades pueden aumentar considerablemente en situaciones de calor, actividad física intensa, recuperación de enfermedades, embarazo o lactancia.
Los investigadores sugieren que mantener una hidratación adecuada podría convertirse en una herramienta sencilla para moderar la respuesta del organismo ante los "microestresores" cotidianos como atascos de tráfico, presentaciones laborales o situaciones de presión social.
"Nos gustaría pensar que cumplir con las pautas de consumo de agua podría ser una de las varias cosas que se pueden hacer para mitigar esa respuesta del cortisol día a día", concluyó Walsh.
Aunque los resultados son prometedores, los autores del estudio reconocen que se requieren más investigaciones para determinar si aumentar conscientemente la ingesta de agua en personas que no beben lo suficiente puede reducir efectivamente la reacción del organismo ante el estrés diario.