El ensayo clínico de 55 personas que acababan de ser diagnosticadas con VIH, ha permitido demostrar que la administración de la inmunoterapia basada en el anticuerpo 3BNC117 facilita la eliminación del VIH en sangre y mejora la respuesta inmunitaria.
Estudios recientes propuestos por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, en conjunto con otras entidades hospitalarias, han demostrado que aplicar un anticuerpo justo al principio del tratamiento, y no más adelante como se había hecho hasta ahora, es una buena estrategia para evitar la persistencia del virus que ocasiona el sida.
Por eso, proponen una posible estrategia para inducir el control del virus sin necesidad de tratamiento: la administración de un anticuerpo justo al inicio del tratamiento antirretroviral.
Gracias a la terapia antirretroviral, la infección por el VIH ha pasado a ser una infección crónica que no interfiere en el día a día de las personas que viven con el virus. Sin embargo, aún no existe una cura para la infección y las personas deben mantener el tratamiento de por vida, puesto que, si llegasen a abandonarlo, el virus puede volver a manifestarse de manera descontrolada.
Cómo se realizó la investigación
El ensayo clínico ha permitido demostrar que la administración de la inmunoterapia basada en este anticuerpo facilita la eliminación del VIH en sangre y mejora la respuesta inmunitaria capaz de eliminar las células infectadas.
De hecho, los participantes con virus sensibles al anticuerpo, llamado 3BNC117, han podido controlar durante más tiempo el VIH a lo largo de las 12 semanas en las que se les ha interrumpido el tratamiento.
Investigaciones previas
Hasta ahora, los estudios de inmunoterapia con anticuerpos se habían realizado siempre con personas que llevaban tiempo recibiendo tratamiento antirretroviral.
“Estos nuevos resultados nos indican, por primera vez, que realizar la intervención justo cuando se inicia el tratamiento permitiría limitar la persistencia del VIH y esto nos abre una nueva puerta a todos aquellos que nos dedicamos a investigar la erradicación de este virus”, explica uno de los autores.
Población y metodología de la investigación
Para llegar a estas conclusiones, el equipo ha llevado a cabo un ensayo clínico de fase 1b/2a con 55 personas que acababan de ser diagnosticadas con VIH y que, por lo tanto, iniciaban la terapia antirretroviral.
De estas personas, 15 de ellas recibieron exclusivamente este tratamiento, mientras que al resto se les administró durante un año la pauta antirretroviral junto con el anticuerpo 3BNC117, solo o en combinación con la romidepsina, un fármaco que no ha demostrado tener un efecto significativo en ese contexto.
Resultados
Después de un año de tratamiento, los resultados muestran que el VIH se elimina más rápidamente de la sangre en el grupo de personas que habían recibido el tratamiento antirretroviral y el anticuerpo 3BNC117, en comparación con las que únicamente habían recibido el tratamiento sin inmunoterapia.
Además, en personas con virus sensibles al anticuerpo disminuye la cantidad de células infectadas susceptibles de producir nuevos virus.
“Gracias a una técnica diseñada y patentada por IrsiCaixa llamada VIP-SPOT, podemos detectar y cuantificar estas células que, de hecho, son las posibles responsables del rebote viral que sufren los pacientes cuando abandonan el tratamiento”, explican los autores.
Para determinar si la inmunoterapia ha tenido algún impacto en el control del virus en ausencia de terapia antirretroviral, 20 participantes detuvieron el tratamiento un año después de iniciarlo.
Los resultados obtenidos muestran que prácticamente todas las personas (5 de 6) con virus sensible al anticuerpo y que habían recibido tratamiento antirretroviral e inmunoterapia se mantienen, durante 12 semanas, con niveles controlados de carga viral.
En cambio, las personas que o bien habían recibido tratamiento antirretroviral en ausencia de inmunoterapia o bien tenían virus resistentes al anticuerpo tuvieron que reiniciar el tratamiento antes.
Estos resultados, en parte, pueden deberse a un aumento de las células protectoras dirigidas específicamente contra el VIH, una respuesta del sistema inmunitario importante para conseguir controlar la infección.