Investigadores crearon un robot blando de impresión 3D capaz de administrar hidrogeles con precisión milimétrica en las cuerdas vocales, favoreciendo la recuperación de la voz y reduciendo el riesgo de fibrosis postoperatoria.

Hablar después de una cirugía de cuerdas vocales puede ser un desafío. Muchos pacientes desarrollan fibrosis postoperatoria, una rigidez de los tejidos que altera la vibración normal de las cuerdas vocales y dificulta el habla.
Para evitarlo, los cirujanos suelen inyectar hidrogeles que promueven la cicatrización y la elasticidad de los tejidos, pero administrarlos con precisión en esta zona tan delicada ha sido, hasta ahora, una tarea compleja.
En busca de una solución, un equipo de ingenieros biomédicos y cirujanos de la Universidad McGill en Canadá, desarrolló una bioimpresora 3D en miniatura, descrita en la revista Device de Cell Press, que puede integrarse directamente en el procedimiento quirúrgico.
El cabezal del dispositivo mide apenas 2,7 milímetros, convirtiéndose en la bioimpresora más pequeña reportada hasta la fecha. Su diseño flexible se inspira en la trompa de un elefante y permite al cirujano manipularla manualmente durante la intervención.
"Nuestro dispositivo está diseñado no solo para la precisión y la calidad de impresión, sino también para la facilidad de uso del cirujano", explicó Swen Groen, ingeniero biomédico y autor principal del estudio. "Su diseño compacto y flexible se integra con los flujos quirúrgicos estándar y proporciona control en tiempo real en un entorno de trabajo restringido".
El robot está compuesto por una boquilla conectada a una estructura flexible y controlada mediante finos cables tendinosos. Puede administrar hidrogeles a base de ácido hialurónico en líneas de apenas 1,2 mm, replicando con exactitud la forma de las cuerdas vocales.
Los investigadores probaron su precisión dibujando manualmente figuras simples (como espirales y corazones) antes de aplicarlo en modelos simulados de cuerdas vocales humanas. En las pruebas, el dispositivo logró reconstruir con éxito tejidos dañados, incluso en casos que requerían una reconstrucción completa.
"Parte de lo que hace que este dispositivo sea tan impresionante es que se comporta de manera predecible, a pesar de que es esencialmente una manguera de jardín", señaló la coautora Audrey Sedal, también ingeniera biomédica de McGill.
Entre el 3% y el 9% de las personas desarrollan trastornos de la voz a lo largo de su vida, con causas que incluyen quistes, pólipos o cáncer de cuerdas vocales.
Este nuevo avance promete mejorar las técnicas reconstructivas y reducir el impacto funcional de la cirugía.
Aunque el dispositivo todavía se controla manualmente, el equipo trabaja en una versión semiautónoma, que combinará control robótico y manual para ofrecer mayor precisión y reproducibilidad durante las intervenciones.
Si bien aún falta camino para su aplicación clínica, este desarrollo marca un paso importante hacia la bioimpresión personalizada dentro del quirófano. La posibilidad de reconstruir tejidos tan delicados como las cuerdas vocales con un robot miniatura abre la puerta a nuevas terapias para recuperar la voz y mejorar la calidad de vida de miles de pacientes.