Internautas discuten sobre el consumo abierto de melatonina en diferentes presentaciones como gomas o pastillas y la culpan de malos sueños o pesadillas. Sin embargo, los expertos no han encontrado una relación causa-efecto pero advierten el abuso de esta sustancia.
La melatonina en cápsulas, gominolas o gotas ha invadido los mercados internacionales. Lo que desean los usuarios es claro: dormir mucho, rápido y mejor. Esta sustancia ya lleva años en los mercados de América Latina y España. De hecho, en 2007 los españoles autorizaron el primer fármaco para dormir cuyo principio activo era la melatonina, en dosis de 2 miligramos (mg) por pastilla.
Además, también se autorizó la comercialización de suplementos alimenticios con esta hormona siempre que las dosis no superaran los 1,9 mg. Desde entonces, el consumo se ha disparado, con un pico exuberante durante la pandemia, cuando los farmacéuticos recuerdan haber vendido hasta 30 cajas en un día.
¿Qué funciones realiza la melatonina en el cuerpo?
Lo que se hace cuando se toma una píldora o una gominola de melatonina es suplementar una función del cuerpo que está alterada por una vida excesivamente iluminada, donde hay pocas diferencias entre el día y la noche, una circunstancia que perturba la segregación de la hormona que se rige por los ritmos circadianos.
A esas píldoras los expertos la llaman “melatonina exógena” para diferenciarla de que debería segregar el cuerpo sin ayuda. “Es la hormona por excelencia implicada en la regulación del ciclo vigilia-sueño y su función primordial es la inducción del sueño. Su síntesis principal reside en la glándula pineal, aunque actualmente se sabe que se sintetiza en otros órganos como la retina, la médula ósea, la piel, las células del tracto gastrointestinal productoras de serotonina, el cerebelo y el sistema inmunitario”, explica la doctora Alba García-Aragón, médica especialista del Instituto de Investigaciones del Sueño en Madrid.
“Un ciclo circadiano dura 24 horas. El inicio de la secreción de melatonina coincide con el momento del día donde es mayor la concentración de adenosina, una sustancia producida por la actividad cerebral durante la vigilia, y que cuando se acumula nos provoca sensación de agotamiento. De esta manera, el sueño se facilitaría tanto por la acumulación de adenosina como por la atenuación progresiva de la luz que conduce a la secreción de melatonina”, explica García-Aragón.
Hay tantos tipos de melatonina en el mercado como insomnes en el mundo. Esa diversidad explica las experiencias tan variadas que tienen los consumidores habituales de este suplemento. Las que se comercializan suelen diferenciarse por dosis y modos de liberación. “Cada tipo se prescribe en función de la sintomatología referida por el paciente y acorde a los resultados obtenidos en un estudio de sueño previo. Por esta razón, es difícil decir que una melatonina es mejor que otra, pues cada tratamiento debe ser individualizado”, señala la doctora.
Estudios previos de la Melatonina
Un estudio publicado en JAMA en 2018, avisaba de que en Estados Unidos se estaba consumiendo más del doble de melatonina que en la década anterior, y las evidencias científicas reportan efectos secundarios leves que remiten de modo espontáneo. Sin embargo, algunos usuarios hablan en redes sociales de pesadillas y sueños extraños después de tomarla.
¿La melatonina altera el sueño?
La hormona de la oscuridad, así la llama la periodista noruega Sigri Sandberg en su ensayo Oda a la oscuridad (Capitan Swing, 2022) se segrega en la glándula pineal cuando el cerebro deja de recibir la señal de la luz natural, entre las tres y las cuatro de la mañana vive su momento de gloria.
Su producción disminuye con la edad. Entre sus funciones está preparar al cuerpo para dormir dilatando los vasos sanguíneos y reduciendo la temperatura corporal, aunque también es un antioxidante muy potente. La segregación de melatonina se ve alterada con la abundancia de luz artificial.
Investigaciones asociadas
Un metanálisis de 19 ensayos clínicos que involucraban a más de 1.600 adultos y niños con trastornos del sueño, evidenció que la melatonina reducía en siete minutos el tiempo de conciliar el sueño, aumentaba en 8 minutos el tiempo que pasaban dormidos y aumentaba la calidad general del sueño. También demostró que la melatonina ayudaba a aliviar el insomnio a corto plazo provocado por el desfase horario tras un viaje.
Uso y abuso
Existen pocos estudios sobre el uso y abuso de la melatonina y los expertos consultados hablan de “falta de datos de calidad a largo plazo”. La doctora Odile Romero, coordinadora de la Unidad del Sueño del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, dice que solo ha tenido que retirar la melatonina por cefalea (dolor de cabeza). En su experiencia clínica tampoco ha visto pacientes que hayan desarrollado adicción o que tengan pesadillas.
Testimonios sobre malos sueños
“Dejé de tomar melatonina el día que soñé que era cómplice de un asesinato. Fue un sueño muy vívido y la víctima era una grande de España”. Esto es un testimonio real de alguien que prefiere ocultar su nombre, y que sostiene, en contra del criterio de varios expertos, que fue la melatonina la que le provocaba sueños, cuando menos, extraños.
Claudia D.C. compraba en Amazon los botes de 60 pastillas de 2 mg. También recuerda “sueños inquietantes, diversos y muy elaborados. Me pasaban tantas cosas que me despertaba agotada, como si hubiera vuelto de un viaje”. Fue al médico y le recetaron melatonina de liberación prolongada y dejó de soñar. Anabel V. C empezó a tomarla para aliviar el jet lag de los viajes. “La dejé por las pesadillas. Prefiero dormir mal”. Meses después le dio otra oportunidad con dosis diarias más pequeñas. “Ahora tengo sueños hiperrealistas toda la noche, como si fuera una película, pero no son pesadillas. Me sirve para lo que necesito”, dice. M. M. la toma cada noche, pero tiene su estrategia: “Calculo el tiempo y solo la tomo cuando sé que tengo ocho horas de sueño por delante, si no paso todo el día siguiente con resaca”.
Resaca y somnolencia
Los estudios registran como efectos secundarios más habituales del consumo de melatonina la sensación de resaca y somnolencia durante el día, dolor de cabeza, mareos, hipotermias y fatigas. “En cualquier caso, casi todos los efectos adversos notificados se consideran de gravedad leve o moderada y tienden a resolverse espontáneamente en unos pocos días, o inmediatamente después de interrumpir el tratamiento”, puntualiza la doctora García-Aragón.
Ausencia de evidencias científicas
Varias revisiones sistemáticas de estudios han intentado cualificar los efectos secundarios del uso prolongado de la melatonina y han encontrado, efectivamente, una ausencia de evidencias científicas. Los expertos creen que los riesgos de un consumo intensivo son mínimos, pero también advierten de que no hay datos de calidad para asegurarlo.
¿Estamos dramatizando con las pesadillas hiperrealistas y culpando a la melatonina? Este estudio sostiene que el 85% de los adultos tienen al menos una pesadilla al año, y entre un 4% y un 10% de la población tendría una a la semana, probablemente relacionada con el estrés. Pero ningún trabajo se había atrevido a asegurar que las pesadillas o los sueños muy vividos se podían relacionar con algún fármaco. Hasta este análisis de 2019, que incluyó las pesadillas como un efecto secundario “poco común pero serio” de los suplementos de melatonina.
Sus autores que han acuñado el término “sueños de melatonina” creen que los malos sueños pueden explicarse por uno de los efectos comprobados de la hormona: alargar el tiempo que permanecemos dormidos.