La poliomielitis es una enfermedad incapacitante que supone un riesgo mortal para la población.
Recientemente se conoció de un caso de poliomielitis en Nueva York (EE.UU), algo que se consideró extraño porque no se habían presentado registros desde 1979. Frente a este tema, consultamos a la doctora Dra. Marielys Otero Maldonado, infectóloga de Puerto Rico, quien nos brindó información relevante para prevenir la enfermedad.
El caso de Nueva York
Organismos oficiales de salud de Nueva York, registraron el caso. Se trata de poliomielitis revertida del virus Sabin tipo 2, esta es una cadena de transmisión de un individuo que recibió una vacuna oral que ya no se encuentra autorizada en EE.UU., lo que indica a las autoridades hospitalarias que el virus pudo haberse originado en algún lugar fuera del país.
Según el comunicado, el paciente nunca viajó pero se contaminó por el consumo de agua que contenía el virus: “en muchas partes de África el polio sigue siendo común, lo vemos mucho más que en América, que en Estados Unidos, que en Puerto Rico”, asegura la doctora Otero Maldonado.
El polio, es un virus que tiene tres tipos de contagio establecidos de momento: “La transmisión principal es de persona a persona, rara vez se presenta a través de las gotas de saliva, y la otra manera de contagio es a través de la ruta fecal oral (a través de la boca y teniendo contacto con las heces fecales)... Esto se puede dar porque no nos lavamos bien las manos, o a través del agua contaminada con heces fecales de alguien que tenga polio”, explica la doctora.
Polio en Puerto Rico
El caso de Nueva York trae consigo una serie de atenuantes que son de interés para la población boricua. Sin embargo, Maldonado aclara que: “es prematuro para saberlo, pero afortunadamente la vacunación en Puerto Rico es bastante buena. Tendremos algunos grupos que no aceptan vacunarse, pero son mínimos… nuestra vacunación es muy efectiva, nos vacunamos desde pequeños, y en Puerto Rico no vemos un caso de Polio hace muchísimos años, lo que sí seguimos viendo es el síndrome post polio, sobre todo en adultos mayores a los que les dio cuando pequeños antes que existiera la vacunación”, especifica.
¿Se puede confundir con otras enfermedades?
Este virus tiene una particularidad, presenta síntomas similares a los de la gripe en su etapa inicial.
“Si alguna persona presenta síntomas, estos van a ser generales, constitucionales como cualquier otro virus: dolor de cabeza, dolor de garganta, malestar general, fiebre, lo cual puede durar de dos a cuatro días; algunas personas pueden tener diarrea. Es un virus que se puede confundir con cualquier otro virus”, comenta.
Agrega Maldonado que “algunas personas pueden tener el Polio y no saberlo, no presentar síntomas y pueden transmitirlo a otras personas desde un día antes de no tener síntomas”. Claro está, cuando presentan sintomatología, pueden transmitir el virus dos semanas después de contraerlo, con lo que se evidencia que es una manera de contagio bastante extensa.
¿Qué es el post polio?
Como su fonética lo insinúa, se deriva después de haber contraído el virus. La doctora asegura que se puede presentar mucho tiempo después. Sin embargo, es importante establecer las características principales, puesto que ataca el sistema nervioso, produciendo debilidad en los músculos.
Ahora, el polio es llamado también virus neurotrópico, que tiene particular gusto por las células nerviosas. Es a través de estas que ingresa al sistema nervioso, ya sea por la sangre o directamente por las neuronas o los axones, causa daño tal en donde se pueden producir enfermedades como meningitis o encefalitis.
Meningitis y Encefalitis
La primera se caracteriza por la inflamación de las meninges, que son las capas que recubren el cerebro; mientras que la segunda, es la inflamación del cerebro mismo. Claro está, el virus también se puede alojar en la columna vertebral y la médula espinal produciendo una parálisis flácida ascendente que no es simétrica: “esto es que los músculos empiezan a ponerse blandos, flojos; puede empezar desde las piernas, y puede dejar secuelas hasta en el aparato respiratorio”, aclara Otero.
Es por ello que los cuadros de polio agudo tienen como característica principal que la movilidad del paciente se ve restringida: “muchas personas no pueden caminar, o no pueden nunca volver a caminar como antes”, detalla.
Hablar de polio y postpolio implica directamente saber que: “es una enfermedad bastante antigua, y el síndrome postpolio, aunque se presenta muchos años después, incapacita a muchas personas. Es responsable de la rehabilitación de muchas personas mayores… si de pequeño tuviste polio, te recuperaste, y después de muchos años volverás a tener daños en el sistema nervioso central por el virus”, asegura.
Personal médico, atención en Puerto Rico
“Como médico, como personal de la salud, debemos estar pendientes sobre todo a esos casos atípicos de parálisis flácida donde no tenemos otra explicación que pensar en polio, sobre todo en pacientes inmuno comprometidos y donde no tengan una vacuna activa contra polio”, enfatiza la doctora Otero.
Existen otros factores que comprometen al paciente y predisponen al organismo en su sistema autoinmune: “un paciente al que le hayan dado mucha radiación o quimioterapia para hacerle un trasplante de médula ósea, esas personas borran la vacunación de su cuerpo y tienen que muchas veces, volver a tomar todo el esquema de protección. Podría ser un paciente predispuesto a padecer polio, o cualquier otra enfermedad”, asegura.
Agrega la doctora Otero que el esquema de vacunación contra polio, normalmente se da sobre los seis años, después de eso se necesita un refuerzo de dos a tres dosis, como método de prevención.
La importancia de la vacunación
La ciencia ha logrado establecer dos tipos de vacuna a lo largo de la historia, haciendo frente a esta enfermedad incapacitante, que es potencialmente mortal. La primera vacuna es una solución inyectable de dos dosis del poliovirus inactivado, desarrollada Jonas Salk, probada por primera vez en 1952 y dada a conocer el 12 de abril de 1955; la segunda fue de tipo oral, desarrollada por Albert Sabin usando poliovirus atenuados, la cual inició estudios clínicos en 1957 y autorizada en 1962.
El plan de vacunación contra la poliomielitis está constituido para que los niños reciban 4 dosis de la vacuna en determinados tiempos: a los 2 meses, 4 meses, 6–18 meses y 4–6 años. “La vacunación salva vidas y es importante que se vea de esa manera”, concluye la doctora Otero.