Un dispositivo desarrollado en Estados Unidos puede distinguir entre infección real y falsos positivos generados por vacunas experimentales en solo cinco minutos, con una precisión del 95%

Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania han desarrollado una prueba diagnóstica capaz de diferenciar con alta precisión la infección activa por VIH de los falsos positivos que provocan las vacunas experimentales, un avance que podría impulsar significativamente el desarrollo de inmunizaciones contra este virus que afecta a casi 40 millones de personas en el mundo.
El dispositivo, que combina análisis de proteínas y material genético, arroja resultados en tan solo cinco minutos y supera en precisión a las tecnologías actuales, según el estudio publicado en la revista Science Advances.
Desde que el VIH fue identificado en 1983, aproximadamente 91,4 millones de personas han contraído el virus y 44,1 millones han fallecido por causas relacionadas. A pesar de los avances en tratamiento y prevención, aún no existe una vacuna aprobada contra el VIH-1, la versión responsable de más del 95% de las infecciones.
El principal escollo para el desarrollo de estas vacunas ha sido un fenómeno conocido como serorreactividad o seropositividad inducida por la vacuna (VISP), que ocurre cuando las vacunas experimentales generan anticuerpos que hacen que las personas den positivo en las pruebas de VIH, aunque no estén infectadas.
"Una consecuencia directa de esta superposición inmunogénica es que la vacuna puede provocar que una persona dé positivo en la prueba del VIH-1, incluso si no tiene la infección", explica Dipanjan Pan, profesor de Nanomedicina y líder del equipo de investigación.
Los falsos positivos no son solo una complicación técnica. En diversos ensayos clínicos, estos resultados erróneos han aparecido en entre 0,4% y 95% de los casos, dependiendo de múltiples variables como la demografía del paciente y el tipo de prueba utilizada.
Las consecuencias para quienes reciben un diagnóstico falso son graves y múltiples: angustia psicológica, estigma social, incomprensión familiar, descalificación para donar sangre u órganos, y complicaciones con seguros médicos, empleo, viajes e inmigración.
"La VISP suele percibirse como un riesgo para la participación en ensayos de vacunas, lo que limita el reclutamiento", señala Pan. Además, estos falsos positivos pueden distorsionar los datos epidemiológicos, requerir tratamientos innecesarios y complicar los esfuerzos de vacunación masiva.
El nuevo dispositivo impreso en 3D funciona filtrando el plasma sanguíneo a través de pequeños canales que lo dirigen simultáneamente a dos tiras reactivas.
Una detecta biomarcadores proteicos generados por anticuerpos contra el VIH-1 (presentes tanto en infección como en vacunación), mientras que la otra identifica el ARN del virus, presente únicamente en casos de infección activa.
"Al incorporar la detección del ARN del VIH-1, la plataforma de pruebas proporciona un indicador definitivo de la replicación viral activa, ausente en los casos de VISP", destaca Pan.
El equipo probó el dispositivo con 104 muestras clínicas en colaboración con la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH, patrocinada por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos. Los resultados fueron contundentes: el dispositivo identificó correctamente a personas con infección activa el 95% de las veces, y a personas sin infección pero con anticuerpos de vacunas el 98% de las veces.
El diseño escalable y el costo relativamente bajo del dispositivo lo hacen viable tanto para países con recursos abundantes como para regiones con infraestructura limitada, donde la epidemia de VIH es más grave.
Los investigadores, que han solicitado una patente para su invención, planean perfeccionar el prototipo para hacerlo más duradero y ampliar su capacidad para detectar otros patógenos. También consideran desarrollar una prueba casera de carga viral que permita a pacientes en tratamiento antirretroviral monitorear la cantidad de virus en su cuerpo.
"Nuestra plataforma de pruebas integral representa un avance sustancial en el diagnóstico del VIH, ya que permite la detección precisa de la infección activa y minimiza los falsos positivos", concluye Pan.
Este desarrollo podría marcar un punto de inflexión en la carrera por desarrollar una vacuna efectiva contra el VIH, eliminando uno de los principales obstáculos que han frenado durante décadas la investigación en este campo crucial de la salud pública global.