Fallece la Dra. Ana Judith Román, primera neuróloga de Puerto Rico, a sus 94 años

La especialista siguió siendo líder y partícipe de grandes iniciativas tanto científicas como gubernamentales, en pro de la salud pública de la Isla.

María Camila Sánchez

    Fallece la Dra. Ana Judith Román, primera neuróloga de Puerto Rico, a sus 94 años

    En la mañana de este jueves 19 de diciembre, el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico informó del lamentable fallecimiento, aún sin causa conocida, de la Dra. Ana Judith Román García, reconocida como la primera neuróloga de Puerto Rico.

    A lo largo de su trayectoria, la especialista se destacó no solo por su excelente desempeño en el campo, sino también por su afán en humanizar la práctica médica, trabajando bajo la premisa de que cada paciente es más que un caso clínico. 

    Inspiración para elegir su profesión

    En un principio, la Dra. Román no pensaba estudiar medicina. Sin embargo, guiada por el firme ejemplo de su madre, descubrió desde temprana edad el valor de la educación y la superación personal.

    En su vida, su mamá ha sido una figura crucial que cultivó en ella el deseo constante de aprender y crecer, impulsándola a trascender sus propios límites, lo que permitió, no solo que alcanzara sus metas académicas y profesionales, sino que también sembró en ella la semilla del compromiso social y la responsabilidad hacia su comunidad.

    "Mi madre no dejó pasar una oportunidad en la que pudiera estimularme a aprender algo diferente, algo nuevo", mencionó en anteriores conversaciones exclusivas con la Revista Medicina y Salud Pública.

    Una vida llena de superación y logros

    Desde sus primeros años en Río Piedras, hasta su destacada formación en Europa y Estados Unidos,el historial académico es sinónimo de perseverancia por parte de la especialista quien, a pesar de los obstáculos, ha contribuido significativamente al avance de la medicina en Puerto Rico.

    Durante los últimos años, la Dra. Román continuó siendo una fuente de inspiración y conocimiento, especialmente para los estudiantes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico.

    Su pasión por la enseñanza, y su profundo compromiso con el servicio médico, también la mantuvieron activa y relevante en el ámbito académico y científico hasta el último momento. 

    Que descanse en paz.



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