A lo largo del tiempo la humanidad ha tenido que lidiar con diferentes tipos de pandemias y epidemias de las cuales ha salido avante gracias a su fortaleza, unión y esfuerzos científicos por hallar las curas.
Como lo menciona José Enrique Ruiz-Domenec en su escrito para La Vanguardia de España:
Era prácticamente una obligación hablar hoy de la epidemia como protagonista de la historia. Confinado como todo ciudadano debe hacer en estos aciagos días, leo para reflexionar sobre el significado de lo que nos está sucediendo
A continuación haremos referencia a algunas de las grandes pandemias.
PRIMER MOMENTO: LA GRAN EPIDEMIA DE LA PRIMAVERA DEL 542
Es la más llamativa por ser la menos mencionada pese a que el historiador Procopio tuvo conciencia inmediata de ella; rápidamente la vinculó al cambio climático en su tiempo por el abandono de superficies de cultivo y el desarrollo de los bosques que convirtieron la geografía europea en un paraje parecido al actual de África central. Sin razón aparente, durante la Pascua un brote de peste bubónica alcanzó la populosa ciudad de Constantinopla, que vivía sus días más gloriosos de la mano del emperador Justiniano y su esposa Teodora, a los que vemos representados en los mosaicos de la basílica de San Vital en Rávena. Escenas desgarradoras.
Los médicos encontraron la razón de la plaga en el interior de las hinchazones de los cadáveres, pero no lograban aislar la causa. Se moría por doquier, sin distinción de edad, sexo, dieta, clase social. Para los supervivientes quedaba la tarea de contabilizar víctimas, las medidas para enfrentarse a la gran cantidad de cadáveres o sencillamente la descripción del temor al contagio. En pocos años, la peste alcanzó las islas británicas e Irlanda. Se convirtió en pandemia. Fin de una época.
Fuente: historia.nationalgeographic.com.es
SEGUNDO MOMENTO: LA PESTE NEGRA DE 1347-1350
Es la epidemia más conocida, fue un efecto no deseado de la primera globalización, la que unió Europa y China en tiempos de Marco Polo, la que hizo posible la ruta de la Seda por donde se trasmitió una bacteria mortal, la Pasteurella pestis, en el estómago de la pulga Xenopsilla, un bicho que mide menos de un milímetro y que anida en el pelaje de las ratas negras. Las bacterias, las pulgas y las ratas habían salido de su hábitat original, probablemente Asia Central, en el asedio al que los tártaros sometieron a la factoría genovesa en la ciudad de Caffa, en el Mar Negro, donde lanzaron cadáveres infectados por encima de las murallas. A partir de ahí se propagó primero por el ecúmeno mediterráneo y luego por todas las ciudades de Europa, donde los sistemas de alcantarillado y la eliminación de residuos eran el hábitat ideal para el desarrollo de la mortífera bacteria. Se convirtió por tanto en una pandemia.
Fuente: elsolweb.com
TERCER MOMENTO: GRANDES EPIDEMIAS EN MESOAMÉRICA DE 1492-1520
Los exploradores y conquistadores trajeron de América la sífilis, pero llevaron un buen número de enfermedades infecciosas que acabaron con más de la mitad de la población indígena. La serie comenzó con las epidemias por vía respiratoria, gripe en 1493, sarampión en 1500 y viruela en 1519; luego las que se propagaban por la vía digestiva, diarreas o la fiebre tifoidea y, finalmente, las que lo hacían por las picaduras de mosquito, como el tifus. Entre los intervalos de las grandes epidemias se desarrolla una sucesión de acontecimientos que definen la épica de los exploradores y la épica de los pueblos resistentes a la colonización. Son los historiadores de Indias López de Gómara o Bernal Díaz quienes informan de lo que muchos europeos empezaban a sospechar, la banalidad con la que se enfrentaban al viaje por el Atlántico.
Fuente: elespanol.com
CUARTO MOMENTO: LAS PLAGAS DURANTE LA GUERRA DE LOS 30 AÑOS (1618-1648)
En un libro reciente, Geoffrey Parkers nos cuenta la conjunción de tres desastres en el siglo XVII, la pequeña edad del hielo, la guerra de religión y una sucesión de epidemias de tifus, viruela, paludismo y peste. El foco más activo estuvo en la región de Lombardía, en especial en la capital, por eso se conoció como Peste de Milán, que se llevó consigo cerca de un millón de personas. El movimiento de tropas favoreció el contagio, pues un día estaban en Alemania y al siguiente en los Países Bajos. Los otomanos que recorrieron el valle del Danubio no sólo sembraron la muerte con sus armas sino por propagar la peste hasta alcanzar el grado de epidemia en Austria y Hungría.
Fuente: enciclopediadehistoria.com
QUINTO MOMENTO: LA GRAN EPIDEMIA DE 1918-1920, LLAMADA GRIPE ESPAÑOLA
Vino precedida de dos brotes anteriores en el siglo XIX, cuando se popularizó el nombre de influenza para este tipo de enfermedad y que provocaron una gran cantidad de muertes. Recientemente, con el título de El jinete pálido , Laura Spinney se preguntó por las razones de que a comienzos del siglo XX surgiera la más grande epidemia de gripe de la historia, pues dejó casi cuarenta millones de muertos. Existe la opinión de que los primeros casos se detectaron en la base militar de Fort Riley en marzo de 1918, aunque otros creen que se dieron antes, en China, en otoño de 1917. El caso es que llegó a España en la primavera de 1918 donde la prensa se hizo eco de la epidemia con tal riqueza de titulares que pronto comenzó a llamarse gripe española. Así, y sin ser el epicentro, España se convirtió en uno de los países con más afectados, unos ocho millones, con cerca de trescientos mil fallecidos, a causa de una neumonía bacteriana secundaria en una época sin antibióticos, aunque también hubo muertes bastante rápidas por edemas pulmonares. Se supo que se estaba ante un virus A del subtipo H1N1 que afectaba sobre todo a jóvenes entre veinte y cuarenta años.
Fuente: elpais.com
Todo lo anterior nos hace reflexionar sobre nuestra vulnerabilidad frente a la naturaleza y su poder.