Vitamina D podría frenar el deterioro físico y cognitivo en pacientes con cirrosis avanzada según estudio

Los investigadores destacan que evaluar y tratar la deficiencia de vitamina D puede ser una estrategia clínica segura, económica y efectiva para reducir hospitalizaciones, caídas y deterioro cognitivo en pacientes con enfermedad hepática.

Katherine Ardila

    Vitamina D podría frenar el deterioro físico y cognitivo en pacientes con cirrosis avanzada según estudio

    La vitamina D podría desempeñar un papel clave en la mejora del estado funcional, cognitivo y clínico de los pacientes con cirrosis hepática avanzada. Así lo demuestran dos estudios recientemente publicados en las revistas científicas Medical Sciences y Nutrients, liderados por el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y el Hospital de Sant Pau de Barcelona, en colaboración con instituciones europeas y australianas. 

    Estos trabajos han contado con el respaldo de la Comisión Europea y el Instituto de Salud Carlos III, y se han desarrollado en el marco de iniciativas conjuntas entre grupos del CIBERehd, CIBERSAM y la Universidad de Melbourne.

    Una estrategia de bajo costo para reducir la fragilidad

    El primero de los estudios, publicado en Medical Sciences, evaluó el impacto de la suplementación con vitamina D en pacientes con cirrosis descompensada y deficiencia de esta vitamina. 

    El ensayo incluyó a 39 personas recientemente hospitalizadas por complicaciones de la enfermedad hepática. Tras confirmar los bajos niveles de vitamina D, se inició una intervención nutricional multifactorial que incluía la suplementación con esta vitamina y otros micronutrientes necesarios.

    Durante los doce meses que duró el seguimiento, se midieron parámetros como la fuerza muscular, la composición corporal, el índice de fragilidad de Fried y la calidad de vida. A los seis meses, los pacientes ya mostraban una mejora significativa en su índice de fragilidad, y al concluir el año, se confirmó un aumento sostenido en la fuerza muscular. 

    Según explicó Germán Soriano, investigador del grupo de Patología Digestiva del IR Sant Pau y jefe clínico del Hospital de Sant Pau, "sabíamos que el déficit de vitamina D era muy frecuente en pacientes con cirrosis avanzada, pero hasta ahora no había evidencia sólida sobre si tratarlo tenía un impacto clínico real en la fragilidad".

    Lo más destacable, según los investigadores, fue que no solo mejoraron los parámetros bioquímicos y nutricionales, sino también indicadores funcionales clave como la fuerza de prensión, el nivel de ansiedad y la calidad de vida general. 

    Soriano añadió que incorporar la evaluación y el tratamiento de esta deficiencia en la práctica clínica podría reducir riesgos importantes: "Mejorar la fragilidad puede disminuir el riesgo de nuevas hospitalizaciones, caídas y mortalidad".

    Reducción de la inflamación y mejoría cognitiva: un nuevo enfoque terapéutico

    El segundo estudio, publicado en la revista Nutrients, se enfocó en el impacto de la vitamina D sobre la función cognitiva y los niveles de inflamación sistémica, dos aspectos especialmente comprometidos en personas con cirrosis avanzada. 

    Esta etapa de la enfermedad se caracteriza por una inflamación crónica persistente, disfunción inmune y alteraciones en la esfera cognitiva, como problemas de memoria y atención.

    La doctora Rita García-Martínez, quien lideró este proyecto en el Hospital Gregorio Marañón, explicó que el objetivo era comprobar si la deficiencia de vitamina D podía estar relacionada con estos deterioros. 

    En total, 39 pacientes recibieron una suplementación oral diaria, y 27 completaron un seguimiento de seis meses, mientras que 22 alcanzaron el control a los doce meses. Los análisis revelaron que quienes tenían niveles más bajos de vitamina D al inicio del estudio presentaban peor desempeño en pruebas que exigían memoria de trabajo, velocidad de procesamiento y atención.

    Además, los pacientes con mayor inflamación —medida a través de citocinas proinflamatorias— también mostraban un menor rendimiento cognitivo. Tras la intervención, se observó una mejora notable tanto en el estado cognitivo como en la reducción de estos marcadores inflamatorios. 

    El doctor Rafael Bañares, del Servicio de Aparato Digestivo del Gregorio Marañón, destacó que "estos datos refuerzan la vinculación entre la inflamación sistémica y las alteraciones cognitivas en la cirrosis, lo que abre la posibilidad de nuevas intervenciones terapéuticas".

    En ese sentido, la doctora García-Martínez añadió que la vitamina D "podría convertirse en una herramienta terapéutica segura, asequible y de fácil administración para prevenir complicaciones comunes en pacientes con enfermedad hepática avanzada".

    Vitamina D en el tratamiento para cirrosis 

    En un contexto clínico donde los pacientes con cirrosis descompensada enfrentan altos niveles de fragilidad, disfunción inmunológica y deterioro cognitivo, estos hallazgos abren la puerta a estrategias terapéuticas más integrales y accesibles.

    Al centrarse en una intervención sencilla y de bajo coste, los investigadores proponen un enfoque novedoso para mejorar la calidad de vida de una población especialmente vulnerable. Como coinciden los autores, incorporar la evaluación y suplementación de vitamina D en el manejo clínico habitual podría representar un cambio significativo en el pronóstico y la autonomía funcional de estos pacientes.

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