Factores como trastornos en la microbiota intestinal, el estrés, la ansiedad, el sedentarismo y la alimentación pueden desencadenar este desequilibrio.
La revista MSP tuvo el honor de compartir un espacio con la Dra. Juliana Suárez, destacada gastroenteróloga, experta en salud digestiva y catedrática de la Universidad Javeriana, en donde abordamos un tema de gran relevancia en el ámbito de la salud gastrointestinal: el síndrome del intestino irritable (SII)
"El síndrome del intestino irritable es un problema común que afecta aproximadamente al 20% de la población mundial. Aunque su fisiopatología aún está en proceso de investigación, sabemos que implica una alteración en la comunicación entre el sistema digestivo y el cerebro". Destacó la Dra. Juliana Suárez.
Los factores que inciden en el desarrollo del SII son diversos. Alteraciones en la microbiota intestinal, infecciones gastrointestinales, estrés, hábitos alimenticios poco saludables, consumo de alcohol y tabaco, y predisposición genética son algunos de los principales elementos que contribuyen a esta compleja afección. Además, los cambios en el estilo de vida, como la falta de contacto con la naturaleza, también pueden influir en su aparición.
La especialista, enfatiza en que "es importante señalar que el SII se caracteriza por un dolor abdominal tipo cólico, difícil de localizar, y cambios en la evacuación, como diarrea o estreñimiento. Otros síntomas comunes incluyen sensación de urgencia para ir al baño, dolor antes o después de evacuar, y distensión abdominal. Estos síntomas suelen empeorar con ciertos alimentos y pueden alternar entre diarrea y estreñimiento".
Un estilo de vida saludable puede jugar un papel crucial en el manejo del SII y en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Esto incluye hábitos como dormir adecuadamente, evitar el estrés, mantener una alimentación balanceada, realizar ejercicio regularmente y practicar actividades relajantes. La adopción de estos cambios puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de los síntomas.
Según la Dra. Juliana Suárez, "el diagnóstico del SII se basa en la evaluación clínica, considerando los síntomas del paciente y descartando otras condiciones médicas. No existe una prueba específica para diagnosticar el SII, y los resultados de los exámenes suelen ser normales. Sin embargo, se pueden realizar pruebas adicionales en caso de presentar signos de alarma o sospecha de otras enfermedades gastrointestinales".
Aunque hay opiniones divergentes, creo firmemente que el SII puede ser tratado con éxito. Un enfoque integral que aborde los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de la enfermedad puede llevar a una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes.
"El manejo del estrés, la alimentación adecuada, el ejercicio y el uso de tratamientos médicos modernos pueden contribuir a la remisión de los síntomas y, en algunos casos, incluso a la curación completa". Culminó la especialista.
El síndrome del intestino irritable es una condición compleja que requiere un enfoque multidisciplinario para su manejo efectivo. Con el adecuado tratamiento y cambios en el estilo de vida, es posible mejorar la calidad de vida de los pacientes y lograr un control óptimo de los síntomas.
