Dolor rectal, sangrado y urgencia para evacuar: síntomas que alertan sobre una proctitis

Sus causas son variadas: enfermedades inflamatorias intestinales, infecciones de transmisión sexual, infecciones alimentarias, antibióticos, cirugías intestinales, alergias en lactantes y radioterapia dirigida a la pelvis o el recto.

Katherine Ardila

    Dolor rectal, sangrado y urgencia para evacuar: síntomas que alertan sobre una proctitis

    Una necesidad urgente y constante de evacuar, dolor y sangrado son algunas de las señales de la proctitis, una inflamación del recto que puede poner en riesgo el bienestar de quienes la padecen. 

    Según Mayo Clinic, esta afección causa una irritación en la porción final del colon, con síntomas que van desde temporales hasta constantes y que "afectan de manera considerable la calidad de vida de quienes la padecen".

    Los síntomas: una señal de alarma

    El cuerpo envía varias señales cuando el recto se inflama. Quienes transitan esta condición suelen experimentar dolor en la zona rectal o en el costado izquierdo del abdomen, junto con la presencia de sangre o moco en las heces. 

    A esto se suma una sensación persistente de plenitud rectal y molestias al defecar. La persistencia de estos signos suele indicar una inflamación activa que requiere atención médica.

    ¿Qué puede desencadenar una inflamación del recto?

    Las causas detrás de la proctitis son diversas. Tiene un vínculo estrecho con las enfermedades inflamatorias intestinales. La institución médica señala que "aproximadamente el 30% de quienes padecen estas patologías desarrollan inflamación en el recto", siendo más frecuente en la colitis ulcerosa.

    Las infecciones de transmisión sexual (ITS) representan otra causa principal, sobre todo en personas con vida sexual anal. La gonorrea, el herpes genital, la viruela símica y la clamidia figuran entre las más asociadas. 

    Pero no son las únicas; infecciones comunes transmitidas por alimentos, como las causadas por salmonella o shigella, también pueden desencadenarla.

    El espectro de causas se amplía con otros detonantes. Los antibióticos, por ejemplo, pueden alterar el equilibrio intestinal y permitir que la bacteria Clostridioides difficile inflame el recto. 

    Algunas cirugías intestinales pueden derivar en una "proctitis de derivación". Incluso en lactantes, puede estar relacionada con alergias a las proteínas de la leche de vaca o soya.

    Factores de riesgo y complicaciones

    Ciertas prácticas y tratamientos elevan la probabilidad de desarrollarla. Mayo Clinic señala la actividad sexual sin protección, la multiplicidad de parejas sexuales y el contacto con personas que presentan lesiones o secreciones genitales como factores clave.

    La radioterapia dirigida a la pelvis o el recto es otro desencadenante conocido. Esta "proctitis por radiación" puede aparecer durante el tratamiento, meses después o incluso años más tarde.

    Si no se trata adecuadamente, la proctitis puede generar complicaciones serias. El sangrado crónico puede derivar en anemia. La inflamación persistente, por su parte, puede provocar úlceras y, en casos más severos, la formación de fístulas, que son conexiones anómalas entre el intestino y otros tejidos.

    La prevención y el camino a seguir

    La prevención es fundamental, especialmente en lo que respecta a las ITS. 

    Las recomendaciones incluyen "limitar el número de parejas sexuales, utilizar preservativo de látex en cada encuentro y evitar el contacto sexual con personas que presenten lesiones o secreciones genitales". Si se diagnostica una ITS, se debe suspender la actividad sexual hasta completar el tratamiento.

    Ante la aparición de cualquier síntoma compatible, como dolor rectal, sangrado o cambios en el ritmo intestinal, la recomendación es buscar atención médica sin demora para obtener un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado que permita recuperar la normalidad.




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